El Reflejo Maldito

La Promesa Del Padre

El aire que emergía del umbral abierto por la segunda prueba era diferente. Ya no dolía al respirarlo. Ya no quemaba los pulmones como brasas de angustia. Era aire denso, sí, pero había en él un rastro de esperanza, una grieta en la prisión del mundo de Morganna. Elias cayó de rodillas al atravesar la prueba. No por debilidad, sino porque su alma había librado una guerra. Había sostenido el peso del odio y no se quebró.

Lucian seguía llamándolo.
Pero ahora su voz sonaba menos distante. Menos dolida. Elias levantó la cabeza, sus ojos nublados de lágrimas, su respiración entrecortada. Y entonces, lo vio. A una figura alta,
de espaldas rectas, con un aura que no reconoció de inmediato...

Su padre.

El asombro del hijo

Elias no se movió. El temblor que le subió por el pecho no era solo emocional. Era un crujido en su idea del mundo. Durante semanas,
había alimentado la certeza de que su padre los había abandonado.

Que no sentía.
Que no lloraba.
Que ya no amaba.

Y, sin embargo, allí estaba. Lord Alistair, adentrándose al mundo de Morganna. Alistair, el hombre de mármol, en carne y hueso, con ojos húmedos, con luz brotando de su alma como una llama antigua renacida. Elias dio un paso atrás.

-¿Tú...? - preguntó, con la voz rota.
-Elias - respondió Alistair. Su voz fue suave, pero honda como la raíz de un roble - Estás vivo. Lo lograste.

Los ojos del niño, aún brillando de lágrimas, parpadearon como si no comprendiera el mundo.

-¿Qué haces aquí?
-Vine por ustedes. Por ti. Por Lucian. No podía quedarme más tiempo quieto.

Elias lo miró, confundido, dolido, como si quisiera creer pero aún no pudiera soltar el peso de todo lo sufrido.

-¿Y... y por qué ahora? -preguntó. Su voz, aunque joven, llevaba el tono desgarrado de quien ya ha vivido demasiado.

Alistair se agachó frente a él. Ya no era un noble altivo. Ya no era un espectro del pasado. Era un padre.

Vivo.
Presente.
Ardiendo.

-Porque me equivoqué. Porque dejé que el miedo decidiera por mí. Y porque te vi, Elias....Te vi entrar aquí sabiendo que quizás no saldrías, solo por tu hermano. Y entonces recordé quién fui. Y a quién le fallé. Y juré que no lo repetiría.

Elias bajó la mirada. Sus labios temblaban.

-Pensé que me odiabas. Que habías olvidado a Lucian. Que ya no querías...

-Jamás.
-¡Pero lo dejaste! ¡Lo dejaste allí... con ella!

El grito fue como un puñal. Y Alistair no lo esquivó.

Lo aceptó.
Lo abrazó.
Lo sostuvo.

-Sí - susurró - Y he vivido cada día desde entonces con ese peso aplastándome. Pero no más. Esta vez, estoy aquí. Y no me iré sin ustedes.

El abrazo

Elias tembló. Y algo en su interior, esa coraza hecha de rabia y dolor, empezó a agrietarse. El niño miró a su padre. Y por un instante, vio en él al hombre que había amado alguna vez. No al noble distante. No al señor de voz fría. Sino al padre que alguna vez le enseñó a leer, que cargó a Lucian en brazos cuando se caía, que sonreía entre los rosales, cuando aún tenía luz en el rostro.

Y, temblando, Elias se lanzó contra él. Alistair lo recibió sin dudar. Lo apretó contra su pecho, lo cubrió con sus brazos, como si con ese gesto pudiera restaurar el tiempo perdido.

Ambos lloraron.
No como niños.
No como adultos.
Sino como almas que al fin se reencontraban.

La resolución

-Tenemos que seguir -dijo Elias cuando el temblor de su cuerpo cedió.
-Sí -respondió Alistair, limpiándole con cuidado el rostro- Lucian nos necesita.

-¿Y Morganna?
-Teme. Por primera vez en siglos,
sabe que puede perder.

Elias lo miró.

-¿Cómo lo sabes?

Alistair sonrió.

-Porque esta vez, los tres estamos juntos.

Y tomándolo de la mano, el padre y el hijo avanzaron. Uno con cicatrices que ardían, el otro con el alma aún a medias, pero ambos con el fuego de la sangre Lothaire brillando como nunca. En lo profundo del mundo de cristal, Morganna sintió un escalofrío recorrer su esencia. Y supo que la batalla apenas comenzaba.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.