El Regalo: A Media Noche

Jack Frost

Hola mis Bell@s.

Me disculpo por la tardanza... les recuerdo seguirme y darle me gusta en la estrella 😘. 

Les quiere, Bella. ✨

______

 

Mis padres llevan tres días fuera de la casa, el enano y yo hemos estado muy felices por eso, la paz y la tranquilidad nos hace sentir seguros. Dant es mi motivo de querer seguir viviendo, tengo 16 años recién cumplidos, el enano es mi fuerza, sin mí su vida puede ser como o peor que la mía, así que me aferro a ella y a él con todas mis fuerzas.

Estamos en la sala de juegos cuando escuchamos sonar el timbre de la casa, es raro que suceda, así que salimos los dos disparados para ver quien era.

Vemos a Lupe caminando en dirección de la puerta, cuando de repente nos interponemos en el camino y abrimos primero la puerta.

- ¡Hola! - digo emocionado al ver una señorita bastante hermosa. Vestida en un traje de falda corta, lentes grandes y su perfecto moño recogido como una cola de caballo rubio.

- ¡Bienvenida! - dice el enano con mucho entusiasmo como yo.

- Hola, vengo de parte del Golden School Prestige, mi nombres Ana Cecilia Launcher. Se encuentra la señora…

- No está - la interrumpo molesto, no puedo creer que a mis padres se les ocurriera ponerme en esa escuela de niños estúpidos y estirados. Prefiero una escuela pública que pasar por esto otra vez.

- ¡Vaya! - exclama el enano al lado mío con cara de asombro. - ¿Yo también iré a la escuela señorita?

- Me parece que sí jovencito. - se acerca a Dant y lo toma por el cachete - Ustedes deben de ser los hermanos Krylov ¿Verdad? - esta vez se dirige a mí.

- Así es, pero no estamos interesados, gracias. - voy a cerrar la puerta, pero ella la ataja con el pies.

- Disculpe joven. No viene a pedirles permiso.

- ¡Oh señorita! Disculpe a estos dos maleducados niños. - Lupe nos quita de la puerta y ella se acerca a la joven.

- Hola señora Lupe, me da gusto verla nuevamente. Vine a dejarle los documentos que le hicieron falta a la señora Krylov de la inscripción de los niños. - sus labios dibujan una sonrisa malvada, ella sabes de mi disgusto de pertenecer a esa escuela y lo disfruta.

- ¡Vamos para una escuela de verdad! Siii… - sale celebrando el enano para correr en circulo en el recibidor.

Yo giro los ojos y me largo, no me interesa saber nada más. Mis padres son una caja de sorpresa, un día están diciendo que no debemos ir a la escuela y al otro día dicen lo contrario ¿Quién los entiende?.

Seguro que traman algo, y cuando esos dos orquestan una jugada, el mismo infierno desata su oscuridad en todo el lugar. He visto como se han manejado durante todo este tiempo, la insistencia de mi padre de que yo aprenda las cosas que el hace, y otros detalles que aún no me resultan fáciles de decir,  puesto que exponer a un niño a ciertas situaciones no es de gente normal y es de sospechar.

¿Quiénes son mis padres? ¿Cuáles son sus verdaderos rostros? Éstas son las preguntas que me llegan a diario, pero por miedo a descubrir la verdad, solo me concentro en el verdadero objetivo, huir de esta familia junto con Dant, ser libre, aunque eso signifique renunciar a lujos y comodidades, pero la libertad tiene un solo precio, y ese es, la muerte a uno mismo.

Cail

- ¡Ey! Cail.- Ver a Tiago temprano en la mañana es tan reconfortante. Suspiro de solo saber que viene hacia mí. No comprendo como es que es mi amigo, pues soy la chica rara de la escuela, no me quejo, sólo digo.

- Hola Tiago. - Digo embobada mirando sus profundos ojos marrones.

- ¿Cómo estas?... Pregunto porque no te vi en todo el fin de semana.

- Sabes como es, cuando mis padres llegan a casa unos días…

- Ok, esta bien, entiendo. No tienes que darme detalles.- dice como si hubiera invadido mi espacio personal.

- No, esta bien. Nada fuera de lo normal, todo muy tranquilo.

Ambos nos quedamos en silencio, no uno incómodo, de esos donde se disfruta de la compañía de quien esta a tu lado.

Tiago me imparte paz, es cómodo estar con él. Caminamos en dirección a nuestra aula, pero de pronto los brazos y besos de nuestra amiga Sky nos envuelven.

- Ustedes siempre me dejan atrás. Los extrañe este fin de semana.

- Nosotros a ti pequeña.- le dice Tiago acariciando su cabellera oscura. Muchas veces me confunde, nos trata a ambas con mucho cariño.

Suena el timbre, aceleramos el paso para llegar primero que el maestro Peterson.

Las horas pasan rápido, ya en el receso estoy tratando de ver somo introducirle a los chicos el tema del regalo que recibí a media noche, desde ese día miro a la Luna pidiendo volver a verlo ¿para qué? o ¿por qué? Aun lo estoy averiguando, pero es un chico un tato peculiar.

- Andas muy calladita ¿Te pasa algo? - pregunta Tiago y la mirada de Sky lo secunda.

- No… bueno, el día de mi cumple, Jack Frost apareció en mi ventana antes de llegar el invierno. Raro ¿no? - La naturalidad con la que cuento lo sucedido, hace que ria a carcajadas de golpe, sus caras están afectadas por mi comentario.

Me desato en una loca y desenfrenada risa, que sin querer, le doy un golpe a mi leche y esta cae al piso, salpicando aquellos que pasaban cerca, y vaya mi suerte.

- ¡ERES UNA IDIOTA! - Grita a todas sus ancha la ridícula Hanna Peterson, hija de mi maestro de Lenguas. La miro de arriba abajo, su mini vestido, o mejor dicho, pedazo de tela blanca, está manchada por mi increíble leche voladora.

- Tranquila niña, no morirás por unas cuantas gotas de leche. - No me muevo de mi lugar, ya la limpieza se esta encargando del desastre, aquí todo debe estar impecable.

- Todavía no entiendo que tienes tú, como para estar en este lugar, eres una mugre asquerosa que daña la imagen ¡DIVINA! de nuestro colegio. - habla con un gesto de estirada, que lo único que me provoca es tirarla del pelo.




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