El Regalo: A Media Noche

Un Lugar Desconocido

 

 

Hola mis Bell@s.

Le informo, que me estoy tomando el tiempo necesario a la creación de esta nueva obra, les agradecería paciencia y sobre todo apoyo, guarda en tu biblioteca, dale a la estrella y te pido que te suscriba, así te darás cuenta de mis publicaciones y seras parte de este crecimiento que juntos haremos.

Con mucho cariño, Bella.

P.D. : Dejanos tus comentarios.

 

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- ¿No me vas a decir que pasó?

- No. - sentencio, esperaba que ella insistiera pero no.

- Ok.

Un silencio llenó todo el lugar.

- Deja de moverte, es difícil limpiar la zona de los labios.

Mi corazón late desenfrenadamente con ella estando tan cerca de mi rostro. Quizás sea por mi poca experiencia con chicas.

- Listo.

Comienza a recoger las cosas de la cama, tenía tan pocas fuerzas que me senté de golpe en la cama y ella no me movió.

- Gracias. - hago un intento de levantarme, pero un fuerte dolor en mis costillas me hacen caer nuevamente con un quejido.

- Súbete la camiseta. - Ordena ella.

- No es necesario, esas las puedo curar yo.

- Si vas a irrumpir en mi casa, lo menos que puedes hacer es obedecerme ¿No crees?- ella suele tener la razón.

Vuelvo a ponerme de pies y subo muy lentamente la camiseta. Su rostro me hace saber lo feo que debe estar.

- Eso te lo hizo el imbécil que le di una paliza en el parque ¿Verdad?

Veo que se pone como lo loca a buscar cosas en su armario, saca una macana de policía, algo con cadenas y madera, y otros utensilios que desconozco. De último un cuchillo.

- ¿Qué haces Cail?

- Vamos por él. Esto no se puede quedar así.

- Déjalo, por favor.

- No. Si lo dejamos así, la próxima podría matarte.

- Cail... - no me hace caso y sigue sacando cosas.

De repente se saca el uniforme, y me giro por la sorpresa.

- ¿Estás loca? ¿Cómo puedes desvestirte tan fácil delante de un chico?

- Sabia que no ibas a mirar. Tienes una cara de niño bueno.

- Eso es mentira.

- Así la veo yo.

- No soy bueno, para nadie. Así que no me veas como tal.

- Estoy lista, vamos.

Me giro, iba toda de negro, ahora si parece una delincuente juvenil.

- ¿Qué esperas?

- Te dije que lo olvides, jamás podrás con ellos, ni cien más como tú.

- Pruébame - dice desafiante.

- Te prometo, no volverá a pasar.

Vuelvo a tomar asiento, agarrando la parte de mi cuerpo que me duele.

- ¿Dónde están tus padres? ¿Por qué no hacen algo para detener esto? Como pueden permitir que su hijo pase por este tipo de abuso. No creo que por tu aspecto, estés en una pandilla callejera. Esto es obra de bullyng. Nadie puede pegar por nada a un chiquillo por mas delgado que este.

- Por favor, deja de inventar, no sabes que hablas o de que se trata esto a lo que me enfrento, es más grande de lo piensas. Es lo único que puedo decirte. Y sólo quiero descansar.

Suspira con pesadez y tira todo a un lado.

- Este es nuestro tercer encuentro, y siempre estas en peligro. No creí que volviera a verte…

- Lo siento. Si deseas no regreso.

- No es eso Urk, esperaba que nuestro encuentro no seas tu… en este o cualquier estado vulnerable.

- Estas diciendo que… quieres… - ella me entendió, como quiera no sabría explicar lo que quería decir, porque una emoción me nublo los sentidos.

Se encoge de hombros y se sienta a mi lado en la cama.

- Recuéstate, déjame ver que hago con eso. - habla de mi herida en el costado.

Me acuesto en su cama con su ayuda, el dolor es insoportable. Llorar ya no es una opción para mi.

Después de ella limpiar, nos quedamos juntos en la cama, yo la escuchaba hablar de sus amigos, en especial de Tiago, cuando mencionaba su nombre, sus expresiones eran diferentes, y sus mejillas se ponían un poco color rosa, pero de los demás era normal. Había nacido aquí, no tocó nada de sus padres, solo el hecho de que trabajan mucho y no suelen estar en casa todo el tiempo. De su mejor amiga Sky, lo extrovertida y simpática era. Y como no podía faltar, su escuela, se refirió a ella como “lo más patético y ostentoso de todo el lugar”.

De mi parte escucharla era lo mas agradable, yo le hable del enano, que ya se habían conocido, y de Lupe. De mis padres le dije lo mismo. Ella me ofreció unos calmantes para el dolor, pues esta chica parece de más edad, sabe mucho de esas cosas.

De pronto, escuchamos que alguien llama a la puerta.

- ¡Oh por Dios! es mi papá. - dice con mucho asombro.

- ¿Cail? Cariño, ven a cenar.

- Bajo en un momento.

- Por favor, ya es tarde, baja lo antes posible. Es nuestra ultima noche juntos.

- Si señor.

Escuchamos que se aleja y el corazón volvió a nuestros lugares.

- Será mejor que me marche.

- ¡No! Volveré con algo de comer para ti, quedate un rato más.

- ¿Estás segura?

- Sí.

- Bien. Esperaré aquí.

Su emoción es tan brillante como su sonrisa, da unos cuantos brinquitos en la cama, que sonreí tímidamente por su luz.

Me quedo solo en la habitación, no puedo moverme por el dolor y ahora por la venda que me rodea el cuerpo. Así que solo me queda recordar lo lamentable que es mi vida.

 

*FLASHBACK*

- Urkey - el rostro de mi madre se asoma por la puerta de mi habitación - tu padre te espera en el despacho, por favor no lo hagas enojar, esta de buen humor y voy a salir, no estaré en la casa para intervenir en sus discusiones.

Mofo con su comentario.

- Bajo en un momento.

- Por favor Urkey, baja ahora mismo y evita problemas.

- ¡Por Dios mamá! Ya voy.




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