El regalo del Emperador.

Capitulo 3

El dia domingo salí a pasear al jardín,mi mente me seguía atormentado,no había rastro de que fui tocada más que el dolor de cuerpo,en serio quería saber si ya no era vírgen y como se dio,porque me sentia normal.Después de ello ¿Que debía hacer? ¿Quedaría embarazada? ¿Debía limpiarme continuamente? ¿Que más cambios habrían en mi?

Saliendo de mi habitación choque hombro con hombro con la persona que menos esperaba,fue un choque brusco y pisotie el vestido de aquella dama.

-Estaba revisando el área,fíjese por dónde camina,acaba de arruinar mi hermosa capa.

-Disculpe hermosa capa.-dije sarcástica.

Ella se inclino.

-No haga reverencia no es necesaria.

-jajaja.-río.-yo no me inclino ante nadie, ni siquiera ante el emperador.

-Pues como yo soy una princesa,pensé que sabía su lugar.

-Mi lugar es al lado del emperador,como amiga confidente,consejera y mujer...bueno como él prefiera,no para reverenciar a una princesa cualquiera.

Sabía que ella era Dessire,su apariencia hablaba por si sola,cabello negro largo y lacio, labios negros, sombra tenebrosa,uñas largas, vestido negro ajustado.No cabía duda que era la hechicera.Y por su forma de expresarse, parecía que no le caía nada bien y que ese choque no fue un error.

-Cuentan que el emperador amaneció a su lado.-dijo.

Asentí; mirándola de arriba a abajo,no quería mencionarle ni una palabra.

-Eres muy intuitiva ¿No? Siente que mi plática no tiene buena fé.

-Aqui ninguna plática con nadie tiene buena fé.

Este comentario no le agradó nada, porque su gesto cambió completamente.

-Simplemente soy Dessire,ó su concubina del emperador.

-Gracias por tu presentación,pero no era necesaria.-me aparté.

Solo me vio y se sonrió con sus labios negros.

-Él no te toco,si es lo que te preocupa,jamás lo hará, mientras esté yo para darle lo que necesita.

Eso fue raro.-me contesté,ignorandola por completo.

Me senté en el jardín más alejado,y empezé a leer uno de los libros que me trajo Marcela,que aburrido era no venía nada de lo que buscaba,solo eran relatos sobre el nacimiento del imperio.

-Princesa,ahora es una gran lectora;esos libros me parecen más como una preparación para ser emperatriz.

-¡Raquel! Me asustó,jamás llegaré a tanto,es distracción.

-Afortunada,tú qué pudiste despertar con el emperador.

-Valla,ya es noticia en todo el imperio.

-¡Si! ¿Amaneciste adolorida?.-preguntó.

-No puedo contar lo que pasó en mi habitación.-replique.

-Ya se,yo tampoco me acuerdo de nada.

-Ni deberian.-replico Dessire.

-Hecichera,un honor.-contestó Raquel.

-Vete por favor,déjame sola con "duraznito".

Me chocaba el apodo que me habían otorgado,y en especial que ella volviera a encontrarse conmigo.

Raquel salió de el jardín,y procedí a hacerle notar que tampoco ella era bienvenida.

-Diga rápido lo que necesite, interrumpe mi lectura.

-Usted quiere deseosamente saber que es hacer el amor ¿No?.-preguntó directa.

-¿Eso te incumbe?.

-¿Quiere saber lo que es intimar? Yo le puedo decir.

-Dicen que la curiosidad no es buena.-contesté.-Y menos la lengua suelta.

-Para usted,es un requisito ¿Quiere saber o no? Deje de hacerse la mustia princesa.-replico molesta.

-No soy mustia,ni deseó hablar temas íntimos con usted y le pido me trate con respetó soy una princesa,usted será la concubina de Alexander,pero mientras no sea emperatriz, para usted soy su majestad la princesa Smirnova.

Hizo una mueca y con sus largas uñas negras me tomo de la barbilla.

-Soy más que tú, princesa,por mi tu reino Smirnova sigue en pie.-me dijo.-Y no vuelvas a llamar a el emperador por su nombre real en mi presencia.

Me aparte,empujando su muñeca.

Y sonreí con descaro.

-¿Por ti? Disculpa...pero si mi reino está en pie es porque yo estoy aquí en el harem de el emperador,es por mi;no te lleves triunfos que no ganaste.Y para tu información el emperador mismo me pidió llamarlo por su nombre.

Hacía muecas,y muecas,que por breves momentos me daban pánico de que estuviera lanzandome un hechizo.

-Los hombres tienen algo bajo su pantalón es el miembro viril,este se pone dentro de tu cuerpo,en esa cavidad estrecha que tiene entre sus piernas, duele,sangra y después se siente placentero,si no pasó eso usted sigue siendo virgen y por lo tanto el emperador,ni siquiera la usó.-se sonrió y se fue riendo fuera de el jardín.

Sin querer ella me había dicho lo que pasaba,cuando se consumaba una unión,me sumió una profunda decepción y alegría conjunta,de saber que entonces el emperador no tocó ni una parte de mí,no fui suficiente,me quedé dormida;pero un aura de luz aún quedaba encendida en mi, él había dicho que yo era su favorita.

-¿Danae,está usted bien?

-¡¡Emperador!! ¿Que hace aquí?.-me sobresalté.

-Vi salir a mi hechicera,no es normal que ella esté en el harem,me preocupé.-contesto.

-Alteza...

-¿Que pasa?

Tenía ganas de decirle todo lo que había pasado,desde que salí al jardín,en mi encuentro con Dessire,pero preferí callarme,no quería entrometerme en relaciones ajenas.

-Dime ¿Todo bien?

-Si alteza,es solo que... olvídelo sabe no es cuestión de alarmarse.

-Por mi tranquilidad, déjeme la escoltó a su habitación.

Me ofreció su brazo para tomarlo y así lo hice,caminamos hasta la entrada de mi habitación,en el camino le agradecí la preocupación.

-Estoy deseoso de que sea miércoles por la noche.

-Y yo deseosa de besar sus labios...

¡¿Que hice lo dije o lo pensé?!

 

 

Alexander.

En cuánto desperté,corrí a mi estudió,tenía una junta con los nobles de reinos cercanos,me gusto tanto la tranquilidad que me daba ella que me atreví a decirle que era mi favorita desde ahora.

Llegando estaban ya esperando.

Alteza llega tarde, bastante.




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