El regalo del Emperador.

Capítulo 7

Cuando baje a mi encuentro con Alexander note a los guardias esperando para escoltarme.

-Princesa, emperador nos ha enviado por usted la llevaremos a prisión,pero descuidé allá está él, es para lo de sus ofensoras.

-Si claro,estoy lista.

Cuando me llevarón a prisión me encontré con Marieta y Dessire frente a frente.

-Ambas imploren perdón a la princesa Danae por el intento de asesinato.-dijo el emperador.

-Perdoneme princesa,todo fue plan de la hechicera.-decia Marieta.

-Yo no fui,y jamás le pediré perdón a alguien como tú.-replico Dessire.

-Él castigo para Marieta será un mes como plebeya,sirviendo aquí en prisión a los demás presos,tú mi princesa favorita escogeras el de Dessire.-dijo Alexander.

Ella me miró con odio.

-Alexander gracias por dejarme escoger a mi...quiero que sea mi sirvienta personal un mes también.

Todos se sorprendieron.

-Que peor castigo que atender y servir a la persona que casi mataste.-dije presunciosa.

Hice una mueca de orgullo.

-¿Estás segura Danae?.

-Si,segura.

-Dessire,tu lealtad pertenece ahora a la princesa Danae,si intentas hacerle daño una vez más;irás a la horca sin juicio o perdón alguno.-replico Alexander.

Ella me miraba conteniendo todo su odio,y yo abusaba de la confianza que Alexander me daba,tenía preparado un mes de agonía para ella.

-Guardias,escolten a la princesa de regresó a nuestros aposentos.

La manera en que el emperador decía las cosas,era una manera para molestar a Dessire,al referirse a nuestros aposentos era como dando a entender,que ya dormíamos juntos.

-Esto es lo más injusto que he vivido,yo no hice nada para afectar a la princesa.-dijo Dessire.

-Usted me dió los bocadillos,ya no mienta.-replico Marieta.

-No te di nada, solamente porque tengo un inhibidor,si no te haría la lengua de serpiente.

-Bueno lady Dessire, prepárese para servirme,soy algo quejumbrosa.-le dije.

Regresé al palacio,a la habitación del emperador y pedí que prepararán mis cosas para mí regresó al harem,suponiendo que ya me encontraba mejor,ya no tenía que hacer ahí,más bien emperador me regresaría.

-¿A dónde vas?

-Alteza Alexander, regresaré al harem.

-¡No! Te quedarás aquí,acaso no te agrada mi compañía;y aparte me sentiría muy inseguro que estés allá sola con Dessire.

-Alexander,se que te duele castigarla ¿Estás seguro que quieres...?

-No digas nada Danae,será castigada te prometí cuidarte,no me duele,quizá sea algo que no me esperaba pero te cuidare de Dessire eso tenlo por seguro,tendrá un inhibidor de poder,para que no te ataque pero físicamente igual debo protegerte.

-¡Ay Alexander! Parece que el castigo es para ti cuidarme día y noche, suficiente tienes con todos los pendientes de palacio.

-Es un honor cuidarte, algún día tu cuidarás y protegerás a todo el imperio.

Sonreí.

Me quedé en silencio esas palabras me hacían tener ganado mi título de emperatriz,como el mencionó algún día cuidaría todo el imperio,no había otra forma,yo una hechicera no era ¿De que otra manera protegería el imperio? Solamente siendo la compañera del emperador.

Cuando llegó la noche,fue lo mismo con el emperador dormimos abrazados pero no pasaba nada más.Al amanecer de igual manera se iba sin que me diera cuenta.

-Buenos días princesa, que ocupa hoy.-dijo la mismísima Dessire.

-Ohh no esperaba que desde hoy estuvieras a mi servicio.Traime té y por favor no lo endulces,si tienes dudas puedes preguntar a Marcela.

Asintió y salió de la habitación.

-Aqui tiene,su bebida ¿La ayudo a cambiarse? O desea tomar un baño.-preguntó.

-¡Valla! Me sorprende tanto que estés tan sumisa.

No respondió.

En todo lo que prosiguió del día la traje como a cualquiera de mis sirvientas,yo no era una persona grosera,ni mucho menos maltrataba a mis empleadas.Los tres días siguientes fue la misma rutina,no cabía en asombró que Dessire halla doblado su ego,pero algo había notado y era que su mirada se había entristecido y su rostro palideció.

-¿Oiga Dessire,note un cambio en su rostro,tanto le repudia atenderme?.-le dije.

No respondió de nuevo.

Tomando el té,llegó el mensajero de el emperador.

-Princesa buenas tardes.-dijo.

-Buenas tardes,diga...

-Emperador no vendrá está noche a dormir,y ordena que mañana en la noche usted se ponga sus mejores sedas,para una evento de gala en el palacio Este.

-¡No sabía que tendríamos un baile!.

-Princesa,permiso.-salio

-Es un baile de los nobles,para darle una cálida bienvenida a el príncipe Donatello.-replico Dessire.

-Jamas había escuchado el nombre de tal príncipe.

-Es de las tierras desérticas.

-Ya veo, entonces buscaremos mis mejores ropajes hasta hoy.

Entonces hoy dormiría sola,ya me estaba acostumbrado a la compañía de Alexander,no sé a qué se debía pero si era cierto que me sentía protegida a su lado.

-Él no siempre está,si usted es su compañía entenderá que él siempre tiene compromisos.

-Asi vivía usted Dessire,esperando un poco de su tiempo.

-Siempre cuidandolo,más bien,desde pequeña mi misión fue protegerlo.

-¿Quien te asignó tal tarea? Tengo entendido que lo acompañas desde muy muy joven.

-Nadie,yo sola le entregué mi lealtad.

-Ya veo...sabe Dessire,pensé que sería muy tedioso tenerla,pero la siento muy suave,se que está amenazada pero si sigue así,este mes será muy sencillo.

 

 

Alexander.

La respuesta de la princesa me sorprendió bastante,no imaginé que si querría que le hiciera el amor,era pequeña de edad pero grande de mentalidad, aún así no pensaba aprovecharme de ella, aunque tuviera fama de garañón.

Me metí a dar una ducha,no quería oler mal,pero en mi cabeza seguía resonando las palabras de Dessire.

«No Alexander,al parecer no me conoces bien,jamás te haría daño»




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