El regalo del Emperador.

Capítulo 10

-Dessire, levántate.-replico la princesa Danae tocando sus manos.

Los ojos de la princesa Danae se pusieron color blanco y empezaron a brillar,y de su cuerpo empezaba a emanar una energía inmensa,el espacio en el que estábamos empezó a temblar y parecía que nos estaba envolviendo un tornado.

-¿¡Que está pasando!?.-grite conmocionado.-¡No princesa,ya no más,no la perderé a usted también!.-gritaba, queriendo sacarla de ese trance.

-¡Dejala Alexander! ella sabe lo que hace,déjalas.-me apartó Donatello.

-¿Que haces aquí tú? ¿Porque la trajiste?.-lo tome por la camisa enfurecido.

-¡Quítate Alexander,ella sabe lo que hace?.-decia empujándome.

El círculo de energía se volvió más y más,hasta que sentí que un halo de luz me cego.

Cuándo recobre la vista inmediatamente busque a la princesa, Donatello la tenía entre sus brazos.

-Dejala no la toques.-le decía queriendo arrebatarsela.

-Emperador no es el momento,valla a ver a la hechicera,la princesa está bien,le repito ella sabía lo que hacía.

Me acerque a levantar a Dessire ¡respiraba de nuevo! su respiración era algo rápida,pero al pasó se iba normalizando.

-Cargala,tenemos que regresar al palacio,está energía la sintió todo el imperio,y seguramente aquellos enemigos tuyos también.

La tome acomodándola en mi caballo, Donatello se transformó en un ave con sus grandes alas color fuego,se llevó a mi amada princesa con él.

Ya estaba de más ocultar mis poderes así que aceleré a mi caballo como un rayo,yendo a la par de aquella ave humana en el cielo.

Entregué a Dessire a los empleados y llame al médico para que de inmediato revisará a ambas,en diferentes habitaciones pero no lejanas.

-Tu corazón se ha dividido en dos ¿Cierto?.-preguntó Donatello.

-¿Que sabe ella? ¿Porque la llevaste?.-reproche.

-Mhh no sé ella lo pidió,desde anoche sabe lo que posee.

-¡Tu le dijiste, miserable!.-lo empujé.

-Emperador,ya basta de usar su título para hacerme como quiere, también soy un ser mágico y a diferencia de usted,lo soy de nacimiento no porque mi madre me lo traspaso,y para que le quedé claro ella aún no sabe nada, más que posee poder inmenso,mejor dediquese a pensar que le dirá, porqué ese beso le rompió sus ilusiones.

Me dió justo en mi ego,que hasta me dejó sin palabras,y a la vez me hervía la sangre de pensar en sus palabras sobre mi poder,era verdad si yo era poderoso se debía desgraciadamente a Amanda.No por elección ni por destino, si no, porque ella lo quiso así.

-Emperador la princesa Danae ha despertado.-pronuncio el médico.

Pase a la habitación.

-Princesa,me alegra tanto verla bien.-su mirada era triste.-yo...debo...hay tantas cosas que explicarle.

-No emperador,no debe explicarme nada,por favor deseó hablar con el príncipe.-Replico.

-La bese por instinto,Dessire significa algo para mí pero no en el sentido amoroso.

-Emperador,usted puede hacer lo que le plazca,y no necesita darme explicaciones yo soy solo su regaló,no pasa nada y de hecho si no le importa quiero regresar con las demás al harem y levantar el castigo a la hechicera Dessire.

-Hablas por coraje,ya me decías Alexander y nos hablábamos como si siempre nos hubiéramos conocido,estabas cómoda en mi habitación.

-Emperador deseó hablar con Donatello.-repetia.

-Has dicho que yo puedo hacer lo que me plazca entonces...no regresaras al harem te quedarás en mi habitación y no verás a Donatello.

Cerré la puerta azotando y me dirigí a ver a Dessire.

-¿Cómo está médico?.-dije cerrando la habitación de Dessire.

-Esta bien,solo está cansada,aconsejó alimentos energéticos y reposo.

-¿Porque no avisó que despertó?

-Si,pero estaba en el cuarto contiguo preferí esperar.

-Bueno, médico déjeme a solas con ella.

-¿Sabes lo que te paso Dessire?.-pregunté al ver salir al médico.

-Alguien...me asfixió sentí sus manos frías en mi cuello,unas manos lúgubres, tenebrosas no pude defenderme,ya que me quedé sin poder alguno.

-¿Eso paso,después de que nos besamos?

-¿¡Que!? Alexander eso paso desde que me vestía para la fiesta ¡yo no te bese!.-respondio.

Sentí como un escalofrío recorría mi cuerpo.

-¿O sea que no te presentaste al baile?

-No,desde ahí perdí el conocimiento...pero sabes sentí como esa cosa o lo que fuere se llevó mi escencia.

-¡Maldita sea! Ha entrado al imperio,esto tuvo que ser antes de la purificación que hice con la princesa Danae,por eso ya no pudo salir y empezo a infiltrarse.

-No Alexander,no era Amanda;creo que era.-suspiro.-el hechicero demoníaco,y por lo que pasó estará en rabia ya que yo no era lo que el buscaba.

-Sabe que estás viva,pero no te asesino.-respondí.

-Soy la puerta de entrada aunque quiera me necesita,jamás destruiría el portal que el mismo creo...

-Pues casi lo hace,moriste unos segundos te dejo abandonada.

-¿Él o tú? Tu fuiste quien me quito mi poder,el me botó dónde sabía que yo llenaba mis energías,pero con tu inhibidor no pude.

-No sabes lo que sentí,significas mucho Dessire,pero no en la forma amorosa si no sanguínea,tu eres como mi hermana.-Dije.

-Pues que lamentable,porque a las hermanas no se les hace el amor,esto paso desde que ella llegó,ella nos desunió,ella se puso en medio,ella,por ella casi me matas a mi.

-Ella te salvó,te resucitó,así que creó que están a mano y más que eso.Dessire te dije que nunca amaría a nadie,pero...

-Si,eso dijiste.-contesto fríamente.

-Creo que me equivoqué,me enamoré de su inocencia,de su dulzura,de su belleza de su sonrisa y tengo impreganda su escencia en todo mi ser.-le dije quebrando la voz.

-Solo lamento no haber sido yo,si es así necesitas arreglar todo desde el principio.-replico.

-Ella ya sabe de su poder.

-No la ibas a engañar por siempre.-refirio.

-Perdoname,no fue algo que planee.




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