El regalo del Emperador.

Capítulo 14

El regresó al palacio ya fue en absoluto silencio, aunque por dentro me dolía ver a la princesa acompañada del brazo de otro,me reconfortaba que fuera un hombre como Donatello,porque sabía que él por sobre todas las cosas daría su vida antes que alguien le hiciera daño.

-Guardias,hay que entrenar con mucha más fuerza.-Grite llegando.

Entrenamos con todo el poder necesario sin descanso,hasta el día que la princesa Danae retornaría a mis tierras,ya con la mentalidad de convertirse en emperatriz.

-Emperador,la princesa Danae no tarda en llegar,le sugiero que se planee inmediatamente la boda.

-Asi será,tienes una semana para preparar un banquete digno para mi boda y planificar el mejor y más fastuoso baile. ¿El sumo sacerdote llegó?

-Alteza el llegará un día antes de la boda para bendecir la unión.

-Perfecto en cuanto esté la princesa aquí, déjenla que se haga cargo de su vestido,de lo demás encárgate.-Replique saliendo al patio.

Acomodé mi espada y mi capa para recibir a mi futura emperatriz,mi más grande sorpresa fue cuándo la vi llegando en brazos de Donatello directamente del cielo,el la sostenía cuál bella flor entre sus brazos, tocando sus piernas y su cintura.Se suponía que no debía decir nada,así que seguí fingiendo que no me importaba.

-Princesa Danae bienvenida,puede ya instalarse en su habitación conjunta a la mía,así mismo ya puede ir preparando los asuntos referentes al vestido de bodas.-dije.

-¡Alexander! Querido emperador, déjame estrecharte ese día saliste corriendo ni tiempo me diste de saludar.-contestó Donatello.

-Principe,las cosas regresan a la normalidad,un emperador no está a su misma altura.-Dije dando la vuelta adentró.

Claro que eso lo decía sutilmente por coraje,ya que estaba más que agradecido con él por cuidarla.

Todo transcurrió normal,trabajaba en mi estudio hasta que tocaron.

-¿Que necesitas?.-dije al ver a Danae.

-Alteza,solo quiero decirle que mi familia llega en dos días y ya tengo una elección del vestido.-replico

-Esta bien,el sacerdote llega un día después que tú familia,por lo tanto en 4 días llegas al trono.Espero ya estés preparada para el cargo.

-Asi es alteza.

Se quedó un poco ahí parada,cómo esperando que yo le dijera algo...no lo hice.

Y ella simplemente dió la vuelta y se retiró.

Los dos días siguientes me esforze demasiado en no encontrarme ni con la princesa,ni con Donatello.Tomaba un descanso en mi jardín privado cuándo a los pocos minutos entró Dessire.

-Ojala yo hubiera sido una princesa,no sabes lo que hubiera dado por ser tu esposa.

-No estés triste ya te dije que todo es por política.

-Se te fué el amor tan rápido.-Preguntó.

-Te acuerdas lo que te dije hace mucho tiempo,sigue en pie...ni tú ni nadie.Esto lo hago porque de esa manera ella estaría obligada a proteger el imperio,yo no puedo ser feliz con nadie.

-Yo creo que todos merecemos felicidad.

-Yo tendría felicidad ¿Y tú?.-Dije.

Ella guardó silencio y no dijo más,se sentó solamente al lado mio,sin decir más.

Después de esa tarde se me informo que su familia de la princesa ya estaba instalada, venían sus hermanas solteras y sus hermanas casadas,los habían instalado en el palacio oeste,cerca del harem y me habían rumoreado que Danae paseaba en los jardines con las demás nobles.No dije nada pues yo había visto la amistad que había forjado con Raquel y Anayeli;en cuánto Danae fuera emperatriz las mujeres del harem serían devueltas a sus reinos y tierras y tendría que buscar nuevas,pero está vez ya no sería para purificar el imperio si no para divertirme ahora sí.

-Alteza,el sumo sacerdote ha llegado y pide una audiencia con usted.

Respiré.

-Hagalo, preparé un jardín con té y postres solo él y yo.

-Si alteza,de inmediato.

En lo que preparaban todo seguí trabajando los documentos del imperio.Empezo a arderme la cicatriz que me dejó la mordida de aquella mujer,eso significaba que cada vez estaba más cerca.Después de un rato fui a mi reunión pendiente.

-Sumo sacerdote.

Estiró su mano para que la besará.

-Sacerdote no está frente a un rey.-dije.

-Ay,ay Alexander,no cambias tu altanería por lo que veo.-se sentó.-Debo decir que me sorprendió mucho tu casamiento.

-Necesito una emperatriz a mi lado.

-Una emperatriz muy joven y hermosa.-contestó.

-No merezco menos.-replique.

-Se vienen muchas cosas obscuras al imperio,lo siento cada vez más,quiero que sepas que confío plenamente en que sabrás ganar está guerra que no solo es física si no mental Alexander.

-Asi es sacerdote,me estoy preparando está será la guerra final.

-Bendecire está unión con alegría,pues quiero tu felicidad y con tristeza porque uno de los dos morirá.

Esas palabras hicieron eco en mi cabeza,lo mire y le dije.

-Sabe,todos creen saber mi futuro, Amanda no me tocará y Calter tampoco, protegeré el imperio y si en esa cuestión llegará a morir sería por mi pueblo y el bienestar de mi gente,tal como jure el día que me convertí en emperador.

El me miró y sonrió con satisfacción.

Después regresé a mi habitación,y dormí profundamente,para despertar y ser el esposo de Danae Smirnova.

 

Danae.

Los días en casa de mis padres eran de extrema tranquilidad comparados al barullo del palacio.Me sentía extraña y ahora tenía que estudiar muchas más cosas,mucha historia y muchos textos me sentía cansada y aparte de toda esa rutina entrenar mis poderes en compañía de Donatello por las tardes.

Donatello era un exelente amigo siempre daba los buenos días y en el balcón de mi ventana dejaba flores,era muy educado con mis padres y hermanas y en los entrenamientos era muy protector,pero a pesar de sus bondades en mi corazón estaba impregnado el recuerdo del emperador.

-¿En que piensas?.

-En nada.

-Aún puedes rechazar ser emperatriz y ser mi reina.




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