El regalo del Emperador.

Capítulo 22

-¿¡QUE!?

Ya más calmada le dije que tenía sospechas de estar embarazada y que lo que habia pasado hoy no quería vivirlo siempre.

-Aqui nunca habrá paz Sofía y yo no quiero eso para mí primogénito.

-Si aquí no hay paz,no la habrá en ningún lado,si tú estás segura de tu embarazo ¿Que necesitas para sentirte tranquila?.-preguntó.

-El único que cuidaba bien el cielo era Donatello,el es el único que puede cubrir ese punto ciego que el emperador no.

-Pues que lo manden a traer.

-El emperador piensa que quiero algo más con él,su orgullo le hace pensar tonterías.

-Ire a hablar con él ¿Está bien? Ya no llores más,si es que tú estás embarazada no debes estar entristecida.

-Querida hermana deseo que ese hombre te escuché,por el bien mío y de este pequeño ser.

Pedí muy dentro de mi,que Alexander escuchará a mi hermana y que Donatello volviera a proteger el imperio por los cielos.

Pasaron 15 minutos aproximadamente,mis damas me preparon un té para calmar mis nervios y recordaba todo lo que pasó,es increíble que un grito mío halla destruido a todas esas lombrices,no use más que mi voz;ahora no tenía dudas que en realidad tenía un gran poder ocultó en mi.

Emperatriz? Podemos charlar.-Recito el emperador entrando al salón.

-Si.

Alexander empezó a contarme que el no había pedido que Donatello se fuera 

-Si es tuya,lo es,alguien me lo dijo.-Contesté.

No era verdad,yo ni siquiera sabía las razones por las que él había abandonado el imperio,me sorprendió bastante escuchar que ahora era rey de su nación,el emperador dijo que su padre murió de un hechizo.

-Debes de regresarlo, solo él puede cuidar los cielos junto a su legado.-Dije.-Que le digan que lo mando llamar yo,me hizo una promesa.

Le trate de explicar a Alexander que no lo veía con ojos de amor,lo que yo quería era que me cuidará,para yo cuidar al niño de mis entrañas.

-Que gracioso,porque sabes tu lo vez como un apoyo y el te ama.

-Tal cómo a ti,te ama Dessire.-Replique ofendida.

El salió sin despedirse y me quedé entristecida porque las cosas entre nosotros estaban de mal en peor.

-Raquel en cuanto el se valla llama por favor al médico.

-Si alteza.-Respondio. 

-Anayeli tú,ve a vigilar al emperador,dime quién y quién lo acompaña.

-Si alteza.-dijo saliendo.

-Marcela ¿Cuando llega Marieta? 

-La delegación dijo que en cuatro días ella estaría pisando el imperio.

-Quiero tener todo en orden para cualquier ataque.

Pasarón escasos 15 minutos cuando regreso Anayeli.

-Emperatriz,ya han marchado iban una legión de guardias y la hechicera con él.

De menos lleva protección...

-Muy bien,cuando llegue Raquel con el médico, necesito que salgan todas por favor.

Asintieron ambas.

-Emperatriz,aquí está el médico.

-Salgan por favor.-Dije.-Dejenme a solas con el médico.

-Que pasa alteza,se siente agobiada.

-Creo que posiblemente estoy esperando.

Sus ojos se abrieron pero no parecía sorprenderle la notícia.

-Mañana vendré muy temprano para que pueda usar su orina,ahí nos daremos cuenta que está sucediendo.

-Gracias médico.

Salió del salón.

-Eso fue muy rápido emperatriz.

-Si Raquel,sentí lo mismo,mañana regresará, supongo que a primera hora estén pendientes por favor.

Pase el resto de mi día en los jardines de mi palacio,pidiendo que Alexander convenciera a Donatello y que regresará con bien al imperio.

Cuándo anocheció me asegure de no ver ningúna alimaña,y traté de proteger la habitación.

-¿Estas aquí? Estoy sola.

No hubo ningúna respuesta.

-Tengo miedo.-Dije.

-¿De que tienes miedo?

El escuchar la voz,me hizo sentir un respiro.

-De convertirme en madre.-Dije abrazando mis pies.

-No tengas miedo,es una bendición de la vida,el fruto de las semillas de ambos crecerá dotado de poder,inteligencia y bondad.

-¿Y si muero antes de conocerlo? 

-No morirás.-Replico.

-Hablas como si supieras el futuro de todos.

-No lo sé,pero confío en tu fuerza y en el amor que tienes por Alexander.

-No le digas nada por favor,si es que estoy preñada,yo misma quiero decirle.-Contesté.

-Yo no diré nada,duerme tranquila y sin miedo,haré todo lo que pueda para proteger a la familia imperial.

Dormí hasta la mañana siguiente que me despertó Anayeli.

-Emperatriz disculpe que la moleste,el médico real ha llegado.

-Si está bien, déjenos solos.

-Alteza tome esta bolsa llena de trigo,orine en ella y me la entrega tal como este.

Así lo hice y le entregué después la bolsa al médico.

-En cuatro días vendré a confirmarle lo que halla pasado,eso es todo.

-Gracias.-Replique.-Damas les pido por favor su absoluto silencio en este tema con el emperador,así como a usted médico,por favor nadie comenté nada.

Asintieron con la cabeza.

El día me lo pase en el jardín leyendo unos pocos libros y comiendo postres.Hasta que sonarón las trompetas,las cuáles indicaban el regresó del emperador.

Trate de correr desde mi palacio hasta la entrada principal del palacio,pero no fue necesario.

-Dichosos los ojos que vuelven a mirarte.

-¡Donatello! 

-Danae,te he extrañado tanto.

-Donatello,que gusto que hallas regresado.

Eso predecía que ahora estaríamos un poco más a salvó.Nuestro abrazo duro casi un minuto, él me transmitía mucho alivio,pero nada se comparaba con la seguridad y el amor que Alexander me daba.

 

Alexander.

En cuánto llegamos al imperio y pisamos la entrada del palacio sonaron las trompetas y Donatello alzó el vuelo, yo sabía a dónde se dirigía.

No me equivoqué y al ver la escena me sentí devastado,si tan solo ella mostrará esa alegría de verme me levantaría todos mis ánimos.

-Mi amado emperador,estoy agradecida contigo por escuchar mis peticiones.-Dijo Danae.




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