Capítulo 1

Hoy es víspera de año nuevo, mi familia ha estado adornando la casa desde que comenzó diciembre, y todavía no han terminado de colocar todos los adornos navideños. Mi padre está terminando de adornar el arbolito, porque según él: «No está del todo listo». Me río cuando veo que intenta alcanzar la punta del árbol y colocar la estrella en la parte central. Niego con mi cabeza y me acerco a él.

—No deberías de hacer tantos esfuerzos, recuerda tu problema en la cadera, papá —le digo, tomando la estrella con mi mano derecha. Él me sonríe apenado, le devuelvo el gesto—. Eres adorable.

Mi padre se hace a un lado y me deja colocar la estrella, retrocedemos un poco y visualizamos el arbolito. ¡Quedó lindo! Mi padre es muy creativo y hoy no nos ha decepcionado. La casa está realmente hermosa decorada de adornos navideños por doquier.

Amo la navidad, es una época de alegría, de reencuentro familiar y de reflexionar sobre cómo fue nuestro año. El mío fue bueno, no me puedo quejar; tengo un trabajo estable, mis padres están bien, mi hermana está en la universidad y mi novio Andrew sigue a mi lado. Me siento agradecida por este año. Lo único que me entristece esta noche, es que Andy no estará conmigo…

Andrew Blair es mi novio de hace tres años, lo conocí cuando iba a mis clases de ballet cuando estaba en mi último año de universidad. Él es un hombre atractivo, inteligente, divertido y familiar. ¿Por qué estoy triste hoy? Porque él se fue de viaje debido al trabajo a Londres, y no podrá estar conmigo en año nuevo. Además, soy una estúpida que discutí con él, porque él prefirió aceptar el trabajo que estar conmigo.

¡Lo sé! Me siento una egoísta por hacerle eso, porque sé que él ama su trabajo. Es fotógrafo de una revista importante de Seattle y estoy muy orgullosa por todo lo que ha logrado. ¡Pero joder! Lo extraño y este es nuestra tercera víspera de año nuevo juntos y que no esté, me duele. Es una sensación agridulce. Quisiera pasar mi último día del año con él, así como el primero. Pero no se podrá.

Veo como mi madre se acerca corriendo, me dice con los labios que tengo una llamada de Andrew. Trago saliva. No hemos hablado desde que se fue, desde hace una semana, y no sé cómo estamos, él se enojó mucho por mi actitud. Tomo el teléfono y respondo la llamada.

—¿Hola? —inquiero de manera tímida. Muerdo mis labios con nerviosismo. Me alejo de la sala y salgo al jardín, está comenzando a nevar, hace un poco de frío pero tengo el suéter de navidad de mi hermana.

—Hola, Payton —dice, su voz es gruesa y distante. Sé que está tanteando el terreno.

—¿Cómo estás? —pregunto, suspirando. Miro las calles llenas de nieve y a las personas caminando por la acera—. ¿Qué tal Londres?

—Estoy bien, Pay. Londres es muy frío y llueve mucho pero me gusta la ciudad —Hace silencio, luego vuelve a hablar—: ¿Tú cómo estás?

Odio que esta conversación se sienta incomoda, debo disculparme. No me gusta la distancia que tenemos.

—Andrew, lo lamento… —confieso.

Escucho como suspira. Puedo imaginar cómo remueve su cabello con una mano y colocando sus dedos sobre sus labios.

—No puedo dejar de pensar en que tú no me apoyas, Payton. Yo siempre estoy feliz por tus logros, sé que si la situación fuera al revés, aceptaría que no estuvieras hoy conmigo. Porque es algo importante para ti.

—Lo sé, y estoy muy avergonzada por ser egoísta… es que… es nuestra tercera navidad como pareja y quería terminarla contigo. Además, es año nuevo y quiero estar a tu lado.

—Entiendo, amor. Pero así es la vida y debemos aceptar como es.

Trago el nudo en la garganta que se ha formado desde que he contestado la llamada.

—Debo irme, Payton. No estés triste, pronto estaremos juntos de nuevo.

Asiento tontamente como si él pudiera verme.

—Ten una bonita noche, corazón — musito con sinceridad.

—Te amo, Pay. No lo olvides.

Sonrío.

—Yo te amo más.

Suspiro de nuevo.

No puedo evitar pensar que nuestra conversación fue muy incómoda, sé que no estamos del todo bien pero Andrew es tan calmado y entiende mis locuras, pero sé que él puede cansarse de todo este drama y romper nuestra relación por mis actitudes tontas.