DEDICATORIA
A todos los que alguna vez pensaron que la Navidad era solo luces y regalos…que esta historia les recuerde que el verdadero regalo está en encontrar un abrazo que dure para siempre.
Gracias por acompañarme en este viaje.
Esta pequeña historia es mi regalo para ustedes.
LirioAbant.
EL REGALO PERFECTO
La nieve golpeaba suavemente los vidrios del orfanato. Enzo, con sus diecisiete años, observaba desde la ventana cómo los más pequeños corrían hacia el salón principal. Era Nochebuena y, como siempre, los benefactores habían traído cajas envueltas en papeles brillantes.
Él no se movió.
Trece Navidades había pasado allí. Trece veces había recibido bufandas, libros y dulces… pero nunca lo que realmente quería. Su corazón seguía sintiéndose vacío.
—¿No vas a abrir el tuyo? —preguntó el director, con una sonrisa cansada.
—Ya sé lo que hay dentro —respondió Enzo, encogiéndose de hombros—. Algo bonito, sí… pero no lo que espero.
Se apartó, dejando que los demás disfrutaran. Recordó los inviernos en la calle, antes de llegar al orfanato con apenas cuatro años: el frío, el hambre, la soledad. Nunca había tenido una familia. Nunca un abrazo que durara más de un instante.
De pronto, la puerta del salón se abrió.
Una pareja entró, con pasos inseguros y miradas nerviosas. El director se levantó de inmediato.
—¡Qué bueno que llegaron! —dijo, emocionado.
Los niños los miraron con curiosidad, pero el director se dirigió directamente a Enzo.
—Ven, quiero presentarte a alguien.
Enzo se levantó despacio, sin entender. Entonces reconoció un sobre. Era la carta que había escrito un mes atrás y colgado en el árbol de los deseos.
—Leímos tu historia —dijo ella, con voz suave—. No buscamos un bebé. Buscamos a alguien que quiera compartir su vida con nosotros.
El joven los miró, incrédulo. La mujer lo observaba con ternura y el hombre le extendió otro sobre.
Enzo lo abrió con manos temblorosas. Dentro había una carta de adopción. Sus ojos se llenaron de lágrimas.
—¿Yo…? —susurró—. ¿De verdad me quieren a mí?
El hombre asintió.
—Sí, Enzo. Queremos darte un hogar. Queremos darte lo que siempre mereciste: una familia.
Por primera vez, el vacío en su pecho comenzó a llenarse. No con juguetes ni dulces, sino con algo mucho más grande.
Enzo no dijo nada más. Simplemente los abrazó.
Y en ese abrazo, entendió que esa Navidad había recibido el regalo que siempre esperó.
No algo material.
No algo envuelto en papel brillante.
El regalo perfecto era una familia.
FIN
Nota:
Esta historia nació con la intención de recordar que el regalo perfecto no siempre viene envuelto.
A veces llega de la forma más sencilla: en personas que nos ofrecen un hogar, una oportunidad o un abrazo que cambia la vida.
El regalo perfecto es una historia pequeña, escrita con cariño, pensando en quienes creen en la familia, en el amor que se construye y en la esperanza que puede aparecer incluso en los momentos más fríos.
Gracias por leer y por permitir que estas palabras los acompañen un instante.
Que esta Navidad les regale calma, amor y personas que se sientan como hogar.
Con mucho cariño.
LirioAbant.