El Regreso

Extra II

Peyton

 

Todos estábamos reunidos en el almacén donde solo los más peligrosos pueden entrar y uno de ellos era yo. Luke, John, Andrés, Allec, Derek y Ryan estaban aquí. Me senté en uno de los sillones tratando de contener toda la ira que sentía en este momento. No comprendía que aun alguien existiera tratándome de matar. Maldición.

Mis ojos brillaban con furia por todo esto, nadie hablaba y eso aumentaba más mi furia.

–Al parecer este infeliz nos quiere joder –Escupió John tirando en la mesita que había en el centro papeles, suponía que era información de él. Cogí un sobre y empecé a leerlos

 

Alex Lucas Castro (una foto de él)

 

18 años.

 

Hijo único.

sus padres son...

 

No quise leer más porque no había nada importante en estas mierdas. Me masajee la sien tratándome de auto-calmar. Respire profundo.

–Aquí no hay nada importante –dije tratando de sonar tranquila o al menos intenté. El frunció el ceño mirando lo que había dicho, el asintió y señalo aquel sobre que estaba a lado donde estaba lo que nos interesaba.

Leí detenidamente todo lo que decía. El infeliz era un estadunidense, pero trabajaba para una mafia, era alguien importante en dicha organización. Decía que trataba de controlar todos mis territorios que también son de las personas que estamos reunidas. Maldita sea, si este infeliz cree que va hacer fácil la tiene caro ya que nosotros no nos jodimos durante años para que esto funcionaria.

Deje los papeles donde estaba y cuando iba hablar ellos me interrumpieron o mejor dicho el.

Ryan.

–El cabron ese parece estar–dijo dudando por lo que iba a decir, pero al final lo hizo. Ya que eso era lo que más le convenía a el –Obsesionado contigo Peyton –Abris los ojos sorprendida, no esperaba eso. Mire a todos para ver si era una de sus jodidas bromas, pero no lo era.

Mierda

Aun no creía todo esto. Es decir, quien demonios se obsesiona con alguien que no conoce. Para estar en ese estado tienen que conocerla ya tiempo o algo. Pero el tipo no lo había visto ni una sola vez.

Después de aquella conversación cada uno de fue a donde tenían que ir, yo por mi parte tenía que ir a las carreras a ver cómo estaban mis hermanos y Ryan igual a ver a su hermano que se llama Jake. Pero parece que mi trayectoria fue interrumpida por una furgoneta que salió de la nada, me hizo girar en U rápidamente para no chocarme. Cuando pude estabilizarme cogí mi arma que la tenía en mi cinturilla y salí con toda la ira que era posible. Pero no era la única ya que Ryan también se bajó a ver que me había pasado, le hice una seña que no era necesario que yo podía sola pero no me hizo caso y se quedó a una distancia prudente para que nadie lo pueda ver. Rodé los ojos, estúpido desconfiado.

– ¡¿Que mierda es lo que les pasa?! –Grite enfurecida, pero nadie respondió. Cuando iba a disparar las puertas de la furgoneta se abrieron dejándome ver al imbécil que casi ocasione que me estrelle. Mis ojos se abrieron como platos

Mierda y más mierda

Era el infeliz ese

Alex.

–Tranquila Diablita –dijo el burlón. Me contuve las ganas de volarle la cabeza –Lo bueno aun no comienza –sonrió sin una pisca de emociones. Cuando iba insultarlo alguien nos interrumpe.

Ryan

Lo veo acercarse de manera intimidante. Ese era mi chico... espera ¿Eso dije yo? Joder. Camino hasta llegar a mi lado y me sujeto firmemente las caderas y me atrajo hacia él. No entendía lo que hacía, pero no hice nada para que me soltara.

–Sígueme la corriente –susurro sin que el psicópata que teníamos adelante se diera cuenta. Asentí

Se escuchó un carraspeo, lo mire. Sus ojos estaban vacíos con ira, mucha ira diría yo.

–Pequeña Diablita aún no te ha llegado el aviso que eras mía –gruño este. Lo mire sin entender, apenas sabia de su jodida existencia y me jodia con eso. ¿Enserio? –Siempre lo has sido –golpeo fuertemente la parte delantera de la furgoneta

 

Sonreí burlonamente mirándolo.

–Mira infeliz no me digas "pequeña diabla" –moví los dedos haciendo énfasis–porque la próxima vez termino con tu existencia –reí sin gracia al ver su cara descompuesta que ahora estaba más que enfurecido. –Ni muerta cabron –me carcajee – Me parece que no has oído lo que dicen las malas lenguas –alce una ceja –Diabla con Diablo tu muerte fatal –lo mire desafiante. El no respondió y eso me hizo gracia, aunque solo para mis adentros. Ryan rio, pero no le llego a sus los ojos. –Sera mejor que pienses dos veces si piensas acercarte a mí –dije caminado hacia él, y en un rápido movimiento disparé su pierna. De la nada salieron dos hombres a dispárame, pero Ryan fue más rápido y acabado con ellos. –No sabes con quien te estas metiendo –susurre cuando me aleje de él.




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