El regreso de la navidad

Relato Corto

Hoy es 24 de Diciembre pero parece cualquier otro día del año, ¿la razón? Desde el 2011 que en mi casa no hay nada referido a navidad en Diciembre, nada cambia, es un día más en nuestras vidas. No hay arreglos de la época, no hay ropa nueva para estrenar en la cena y, prácticamente, no hay cena familiar. Esta decisión es tán rígida por parte de mis padres que solo dejaron una regla al irse: Los Vila no festejan la navidad. Peeero, nosotros tenemos una misión más importante: que  hoy regresa la navidad para los Vila. 

Soy Ali, la menor de tres hermanos y la única mujer entre ellos. Mis hermanos, Dan y Rob me llevan sólo uno y dos años respectivamente pero están tan emocionados como yo. 

 

-Entonces, ¿hiciste la lista con lo que no puede faltar?

 

-Por décima vez, sí - Le respondo a Rob.


 

Soy la encargada de las compras, tanto de los regalos como de la decoración y la comida. Mientras que Rob es el encargado de cocinar y Dan de colocar todos los adornos navideños que consiga.


 

-Bien, no puedo llevarte pero Nick irá contigo.


 

-¿Nick?, ¿y ese quién es?


 

-Mi amigo, el vecino de enfrente… Nick. Va a pasar navidad con nosotros.

 

Intento ignorar esa noticia, no conozco realmente a Nick pero mientras él no sea una molestia para que la navidad regrese a esta casa, no hay problema, supongo.

-Bien entonces, el itinerario es el siguiente -dice Dan entrando a la cocina junto con otro chico que no conozco- A las 22 nos juntamos todos, nos quedamos unas horas hablando y comiendo, a las 00 salimos a saludar a los vecinos y ver el barrio y luego entramos a comer lo dulce y abrir los regalos. ¿Va?

 

-Perfecto - dice Rob.

 

-¡Vamos  a tener nuestra propia navidad! - digo emocionada.


 

Quedamos unos minutos más hablando de cómo nos íbamos a deshacer de todo luego de festejar y de cómo nadie podía contar de lo que iba a suceder en esta casa. Una vez finalizada la charla me dirijo con el chico desconocido a hacer las compras, resulta que ese chico es el famoso Nick.

 

-Y entonces ¿por qué festejas la navidad con nosotros? - pregunto mientras vamos en el auto.

 

Él me mira de reojo con cara de pocos amigos y de que mis preguntas no le gustan demasiado por lo que decido mantener el silencio. Pero para mi sorpresa obtengo una respuesta de su parte.

 

-Mi familia viaja a otra ciudad para reunirse con el resto y pasar juntos navidad.

 

-¿Y no piensas ir?

 

-No - dice firme, puedo notar que no quiere hablar de eso, pero yo sí tengo ganas de continuar preguntando.

 

-¿Por qué?

 

-Porque no, estamos por llegar, ¿tienes todo?

 

-Buena forma de cortar la charla - digo irónicamente.

 

Él solo sonríe sin mirarme. Me agrada más allá de su poco interés de hablar conmigo.

 

Una vez que llegamos al centro comercial, yo no doy más de la emoción por lo que bajo de un salto del auto y me dirijo directamente al interior. Nick me sigue de atrás, aunque con un andar más tranquilo y menos emocionado.



 

-¡Nick! - grito al no verlo cerca en la tienda.

 

Él aparece en un segundo con preocupación en su rostro.

 

-¿Gorros de Santa o tiaras de renos?

 

-¿Por eso tanto griterío? pensé que te había pasado algo.

 

-Claro que me pasa, ¿cómo voy a poder decidir esto? quiero el gorro clásico de navidad pero también quiero el de los renos.

 

Él me mira serio como si no pudiera creer mi dilema ni mi emoción ante este día. Pero al menos, no dice ningún comentario negativo, solo miradas que intento ignorar.

 

-¿Entonces? - digo impaciente esperando una respuesta. 

 

-¿Y si llevas ambas y que luego cada uno elija?

 

Me gusta su idea, por lo que le agradezco con una gran sonrisa para luego continuar por los pasillos de decoraciones.

 

-Nick a ver cómo te queda - le digo agarrándolo desprevenido y poniendo una tira con cuernos renos sobre él.

 

-Ridículo me veo.

 

Me quedo mirándolo, pensativa y concluyo con mi veredicto.

 

-Te ves navideño, me gusta.


 

Continuamos probándonos diversos accesorios entre risas, las barbas blancas no me van bien aunque a Nick sí, más allá de que él diga lo contrario. Ya agarramos confianza, ya no se queja ni me lanza miradas fulminantes. Es más, hasta puedo notar que le está gustando este recorrido navideño.

Luego de pagar salimos por una de las entradas laterales donde veo una estructura de cartón de un duende y un reno con espacio para poner nuestros rostros.



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En el texto hay: navidad, romance adolesente

Editado: 12.12.2021

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