El regreso de la oveja

Parte 10

Ya bajado del autobús se miró las manos y aún temblaba de lo nervioso (en una tenía el dinero que le dieron).

Luego llegó al culto de personas que había en la plaza y resulta que eran unos chamos tirándose (competencia de rap):

— Tú viniste con esa rima ajena y no sabías que conmigo ibas a pasar pena— con eso lo mató.

La gente abucheó al perdedor.

— ¡No vale, que venga otro!— dijo el ganador haciéndole un gesto de desprecio al perdedor.

Edward miraba mientras comía de su pan (canilla) y tenía otro embolsado.

— ¡Estoy dando cinco mil en efectivo al que me gane!—dijo el flaquito de color con gorra visera plana.

Miró a Edward por un momento mientras decía eso. Edward sintió la tentación de enfrentarse al negro creído ese, pero primero consultó la hora, faltaba cinco para la una, ya era tarde, debía volver al trabajo, así que se fué.

Por la noche, estaban mirando televisión cuando entra en padre de Edward (llegaba del trabajo), el niño salió a recibirlo y los demás lo saludaron

— ¡Ven acá!— dijo abrazándolo— .¿Cómo estuvo la escuela?

— Bien.

Edward se levantó y se dirigió a su cuarto, no para evitar a su padre, sino para darles una sorpresa.

— ¿Cómo te fue?— preguntó su esposa.

— Hoy el Señor me bendijo— dijo sentándose con el niño.

Edward cogió el pan que tenía debajo de la almohada y salió

— Y justo en ese momento los compañeros me dieron comida entre todos.

— ¿Verdad?— dijo ella sorprendida.

Edward puso el pan en el cojín de uno de los muebles delante de él

— Aquí está — dijo orgulloso, por primera vez no triste ni desanimado.




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