El regreso de la oveja

Capitulo 19

Ahora sí la pegó, y se sintió orgulloso.

— Caraqueño con orgullo mi acento pesa más que el tuyo con mi flow te destruyo aquí tú eres el que va a huir yo no huyo más bien como un lobo aúllo tú eres el ladrón y yo el policía que patrullo eres un estúpido y no me redarguyo más bien con todo esto yo te engullo y concluyó tigreño lo tuyo no es esto pero si quieres yo te enseño.

A la gente le gustó.

—Enseño, creo que estás pica’o cómo mi tío Carreño te voy a decirte algo pero no frunzas el ceño no tienes desempeño pero yo tengo más empeño tú cantas molesto yo no canto molesto pero tampoco risueño porque de esta mierda soy el dueño -eño aquí soy gigante y tú eres pequeño tu enojo me engorda mientras te haces tequeños dame tu gorra mientras no te riñones aprovecha que te hablo con cariño no esperes que me vuelva Bob Patiño.

— ¡Uuuh!

Ganó. Edward se sintió grande, el chamo quedó picado, pero aceptó la derrota y le dio la gorra, pero cuando Edward la fue a agarrar la quitó y le dijo, vamos a otro combate mañana. Te apuesto la bicicleta, ¿te aguantas?

Edward mostró la palma reclamando lo suyo, él se la dio

— No quiero nada, lo voy a hacer por gusto, porque estoy seguro que te voy a matar.

La gente le hacía sonido de casquillo al chamo.

— ¡Ja! ya lo veremos.

— Él creía que Edward se refería a matarlo rapeando, pero en realidad habló su odio.

A la cuidad la arropó la noche. Jon entraba a su casa cantando el salmo que dice: “tú alabanza en mi boca estará…” entró y dijo, ¿qué hay? Edward y su hermano estaban a la mesa comiendo empanadas; sus platos ya estaban vacíos, ellos lo saludaron y pidieron la bendición, una costumbre venezolana. Él los bendijo, pero mientras se acercaba se extrañó al ver esas empanadas o lo que quedaba de ellas

— ¿Eso es empanada?




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