El regreso de la oveja

Capitulo 28

vestido para el colegio) y preguntándose ¿será que no le afecta esta pobreza? Andrés se percató que lo miraba

— ¿Qué?

— ¿No te cansas de esta estúpida pobreza?

— ¿Y qué quieres que haga?—preguntó con la boca llena.

— Deja de meterle esa basura a tu hermano en la cabeza— dijo Jon que pasaba.

— No es basura, es la verdad— dijo en voz baja.

Luego fue por su bolso a su cuarto, metió sobre la ropa de trabajar la pistola —si, esa pistola que le otorgaría la venganza, ese ángel que descenderá a mover las aguas del estanque—, el suéter, la gorra y cerró el bolso.

El sol calentaba, eran las nueve o diez.

— Porque tú me lograste derrotar no te acostumbres porque ahora soy yo quien te va a explotar— cantaba el ladrón de bicicletas en su casa con una pista y el flaco que esperaba en la plaza quien también era el dueño del radio sentado en el mueble frente a él— te voy a poner las rimas en la sien y te voy a disparar.

— ¡Iiincha! ¿quedaste pica’o por el pana?

— Vermo (expresó ), si. Burd’e pica’o, pero con esto si lo voy a matar.

— Dices tú ¿Qué tú sabes si el también está practicando?

Él se encogió de hombros sacando el labio inferior como expresión de que no le importa.

—Que practique todo lo que quiera, pero yo voy a ser el coronado.

— Corona’o, corona’o, corona’o nao, nao— repitió la canción de el Alfa.

Se echaron a reír.




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