El regreso de la oveja

Capitulo 31

— Si alguien te ha hecho algún daño no te vengues por tu propia mano, déjalo en las manos del Señor que el sabrá que hacer, recuerda que Dios es justo no tomará por inocente al malvado.

Edward estaba perplejo ¿será casualidad? No creo ¿cómo ese hombre va a saber eso?

De repente un hombre choca de hombro con él y se disculpó ¿será que no tiene ojos? Edward miró otra vez al predicador, pero este hablaba otra cosa y sin mirarlo, era como si nunca le hubiera hablado, pero Edward quedó con la incógnita.

José llegó a la parada y sacó el celular (inteligente), las muchachas de cerca lo seguían, pero se detuvieron al ver el problema, habían pocas personas

— Si nos acercamos nos va a ver— dijo la novia de Víctor.

En seguida tres personas llegaron a la cola y el autobús también

— Ahí llegó el autobús.

Todos subieron.

— Vamos a esperar a que se llene.

José se sentó y miraba a las personas (menos las de atrás), no buscando a alguien, sino curiosidad. Él autobús se llenaba y subió un varón con un niño de doce años

— Buenas tardes. Este pequeño instrumento vino a darles una grande palabra. Por favor, escúchenlo.

— Buenas tardes. Cómo ustedes saben, muchos predican de las maravillas que vendrán y hasta creo que ya les han predicado así. Pero, yo les vengo a decir otra parte, lo que va a pasar con ustedes si no se arrepienten

A José le aburría ese sermón, así que mejor abrió el facebook mientras el niño hablaba.

— Ahora sí, vamos— dijo la novia de Víctor.

Se acercaron y pagaron el pasaje, o mejor dicho, ella pagó los pasajes.

— Mi nombre es José — José miró al niño, porque lo nombró, pero, sin importarle, solo fue un vistazo— como el personaje bíblico y le hago




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