— ¡No, tú sabes que no pude! Cuando yo puedo, puedo y cuando no puedo, no puedo.
— Le voy a decir para hacer otra vuelta— dijo mientras lo miraba fumando del cigarro que le ofrecía Cristina, el tosió y ella se rió.
— ¿Va a ser del grupo ahora?
— No sé, si el quiere, pero para ser su primera vez no estuvo caga’o.
— Mira, un trago—pidió Kelvin, él era el más simpático de ellos.
Cristina enseñaba a Edward a bailar, se veía que podía aprender rápido, pero la pena lo derrotaba. Edwin llegó a darles un trago, ella seguía practicando con él hasta que sonó su celular.
— Ya vengo—entró al baño—. ¿Aló?
— Épale, soy Nick.
— ¡Ah, épale! ¿cómo está todo?
— Bien, mira, te tengo una buena noticia.
— ¿ Verdad?— se interesó, porque de seguro se trataba de música.
— Si, ve, el sábado van a hacer un matiné público, ya cuadré para que entres. Un reggaetón, de Ozuna o quien sea, total tiene que ser reggaetón.
— Ajá.
— Mira, ve, cómo va a ser tu primera vez, va a ser gratis, así te van conociendo.
— Claro.
— Práctica una canción ahí para que lo hagas bien, porque si les gusta te pueden llamar para otro y ahí cobramos ¿te parece?