El regreso de la oveja

Capitulo 47

— No tengo ganas. Además, ¿qué hace Dios por uno?

— Edward ¿qué tú tienes? Últimamente andas raro, te has portado grosero con Jehová hablando cómo un completo mundano. Anteayer me llegaste con embustes y anoche olías a cigarro ¿estás fumando?

— No— cónchale, me olvidé de ese olor.

Ella achicó los ojos dudando.

— No, enserio, ellos eran los que estaban fumando.

— Debes alejarte cuando estén fumando mucho ¿no sabías que según los estudios más daño reciben los que están alrededor que el mismo fumador?

— Si.

— ¿Vas a ir o no?

— No.

— Bueno.

— La salvación es individual— comentó Andrés que pasaba.

— No me iré al infierno solo por no ir hoy a la iglesia— no lo dijo a la defensiva.

— Estaremos esperando al hermano Juan por si cambias de opinión— dijo su madre saliendo con Andrés.

— Ajá— consultó la hora, 05:35. Esperaba a José.

Cayó la noche. José salía de su casa y echa un vistazo a la esquina (dónde estaba la carretera) y estaba una joven sola y al parecer llamando, por la luz era un teléfono grande. José volvió a entrar por su pistola, la jóven como que escribía un mensaje, José se acercaba fijándose que no hubiera nadie más cerca y miró para atrás nadie tampoco, el momento justo. La chama volvió a ponerse el celular al oído




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