El regreso de la oveja

Capitulo 48

— Buenas noches mi reina.

Ella se asustó un poco.

— No te asustes, chica ¿Qué haces solita en esta peligrosa noche?

— Llamando a un amigo que quedó de buscarme hace rato.

— Ah, okay.

No era tonto, le sacó conversación primero para asegurarse que no anduviera acompañada y al ver que no, según él porque miró a los lados sacó el arma, no apuntándola, sino para que la viera. Pensó que con eso era suficiente.

— Necesito el teléfono, mi amor.

Ella se asustó y se lo dio, pero al ponerle la mano le pusieron una pistola detrás de la cabeza

— Parece que te encanta robar teléfonos.

Edward salió de su casa, se cansó de esperar.

José cayó en el piso de la cauchera (porque la esquina era de la cauchera) porque lo empujaron.

— Ya está listo, anda, vete— le dijo Víctor a la chama y esta se fue a subir a la moto que llegó y se fueron.

José se levantó y miraba a todos asustado; eran tres aparte de Víctor, y uno de los tres que parecía el mayor resaltaba en el físico, puede que se ejercitaba. Ellos lo rodearon excepto Víctor, porque el trabajo lo iban a hacer los chamos

— ¿Qué, estás caga’o? ¿Te sientes indefenso sin tu pistola? ¿Sin ella no eres hombre? Mira cómo me dejaste— se refirió a su pierna—. Ahora estoy renco por tu culpa, pero hoy me la voy a desquitar— José tragó grueso y miró a los chamos, si, de seguro le van a caer encima—. No tengas miedo, tú dijiste que sabías con quién te metías, entonces sabías que esto iba a pasar.

De repente, le dan un fuerte golpe en la cara y al caer al piso entre todos le caen a patadas. Él se encogió cubriéndose el rostro y la barriga. Víctor veía como le daban patadas y lo disfrutaba y uno de ellos le dio una buena patada en la espalda y él gritó.




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