El reino de Dios

Prólogo

Desde el inicio de los tiempos, la creación no nació en calma, sino en medio de una guerra sin fin. La luz apareció como un ejército invasor, avanzando con fuerza para conquistar lo vacío, ocupar territorios desolados y levantar orden donde solo reinaba el caos. La oscuridad, espesa y rebelde, defendió su dominio con fiereza, aferrándose al desorden como su estandarte.

La batalla nunca se resolvió. Aunque la luz levantó fortalezas y extendió su imperio, la oscuridad nunca se rindió: se oculta, se reorganiza, espera el momento de contraatacar. Cada amanecer es una victoria, cada sombra un recordatorio de que el enemigo sigue vivo.

Así, la creación se convierte en un campo de guerra eterno: claridad contra sombra, orden contra caos, esperanza contra abismo. Una lucha sin descanso, donde cada chispa de luz es un soldado y cada rincón oscuro una trinchera lista para recuperar el mundo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.