Si, ahora recuerdo perfectamente el día en que mi padre me dejó, era un día muy soleado, era verano, y el calor era sofocante para una niña de cinco años de edad, estaba en la sala jugando con mis muñecas, la Barbie que me había dado mi tía Linda era mi favorita, tenía unos hermosos ojos y una sonrisa esplendida, amaba mucho esa muñeca.
─Nena.─ me llamó mi padre. Sus hermosos ojos grises estaban abatidos. No entendía porque estaba muy triste.
─ ¿Pasa algo, papi?
─Si hija.─ se agachó y sonrió, pero su sonrisa no llegó a sus ojos.─ tu madre y yo hemos tenido un problema, y hemos decidido que no podemos vivir juntos. Yo tengo que irme, pero tú te quedarás con tu madre, ella te cuidará mejor que yo.
─ ¿Dónde te vas?
─A Inglaterra, tengo algo que hacer allá. No puedo llevarte, nena.─ acarició mi cabeza.─ te amo, Melody. Eso nunca lo olvides. Tú eres el tesoro más importante que tengo en esta vida.
Mi madre bufó detrás de nosotros.─ por favor Dean, si tanto amas a tu hija, no te hubieses revolcado con tu secretaria, pero eso no te importó, solo querías tenerla con las piernas abiertas y follarla hasta que tu cuerpo esté satisfecho.
─No delante de mi hija.
─ ¿No delante de tu hija?─ soltó una risa.─ ella tiene el derecho de saber que su padre se revolcó con una mujerzuela en su propia casa.
─ ¡Basta! No permitiré que hables así delante de nuestra hija.─ contestó papá molesto. Me estremecí cuando los vi molestos, mis padres siempre estaban sonriendo, nunca se gritaban, pero ¿Por qué estaban gritándose? ¿Acaso es por mi culpa? No quería verlos de esa manera.
─Lo siento. No peleen. Por favor mami, papi, no peleen por mi culpa.─ contesté con lágrimas en los ojos. Mi padre me miró con dolor.
─Nena, esto no es tu culpa, nada de esto es tu culpa.
─ ¡Tu padre es el culpable de todo esto!─ gritó mi madre, comenzó a lanzar las cosas al suelo.─ ¡Sal de mi casa ahora! ¡No quiero ver tu asqueroso rostro nunca más! ¡Ándate a revolcar con tu perra!
Temblé a medida de que mi madre lanzaba las cosas, mi padre negó con la cabeza y me miró tristemente.
─Lo siento, nena. Los adultos a veces somos idiotas. Cuando crezcas nunca permitas que la idiotez te mande, tu manda a ella. ¿Correcto?
─Correcto.─ contesté hipeando. Limpie mis lágrimas con mis manitas.─ no te vayas, papi.
─Lo siento, nena. Tengo que hacerlo.─ me abrazó y besó mi cabeza.─ cuida a tu madre y pórtate bien.
No quería que se vaya, quería que todo volviera a la normalidad, no quería que mis padres se separaran.
Mi padre se separó de mí y me sonrió con dolor.
─Te amo, Melody. Nunca olvides eso. Nunca, nena. Adiós.
─ ¡Papi! ¡No te vayas!─ comencé a ir hacia él, pero mi madre me detuvo.─ mami, dile a papi que se quede, no quiero que se vaya. Por favor, mami.
No me hizo caso y me sostuvo fuertemente. Mi padre caminó hacia la puerta y salió de la casa, lo último que recuerdo fue la sonrisa triste que me dio al final.
….
Unas manos estaban sosteniéndome, abrí los ojos poco a poco, encontrándome con un par de ojos violetas azulados que me estaban mirando fijamente. Era Damen.
─Espero que esto no sea un sueño, quiero estar viva y no ahogada en un lago.─ contesté. Tosí un poco.
─No es un sueño, llegué a tiempo para salvarte, pero estabas inconsciente varios minutos, pensé que estabas muerta.
─Parece ser que siempre me tienes que salvar de los altercados que tengo. Bájame, puedo caminar sola, tengo mis piernas para eso.
─Prefiero dejarte en la cama acostada, no quiero bajarte.
─Si no bajas en este maldito momento, me veré obligada a golpearte la cara, y tú sabes muy bien que soy buena en eso.
Damen soltó un suspiro de extenuación. Acató a mi demanda. Tosí varias veces, mi cuerpo me dolía horrible, me apoyé en su hombro, no tenía estabilidad en todo mi cuerpo.
─Gracias por salvarme.─ dijo una vocecita infantil, detrás de mí.
─No hay de qué.─ sonreí. La niña me miraba con picardía, tenía una sonrisa muy juguetona en su boca.
Los murmullos se escucharon a nuestro alrededor, di una mirada y retrocedí dos pasos.
─Qué diablos……
Editado: 07.11.2024