El reino de las sombras.

Capítulo 4: El laberinto de las ilusiones.

El amanecer tiñó el cielo de tonos naranjas y rosados, iluminando el claro y el majestuoso Árbol de la Sabiduría. Elian se levantó con el corazón palpitante, sintiendo la tensión de la prueba inminente. Lyra, con su habitual serenidad, le ofreció una sonrisa tranquilizadora.

"Es hora, Elian", dijo Lyra, señalando hacia un sendero que se había abierto en la base del árbol. El sendero serpenteaba hacia la oscuridad del bosque, desapareciendo entre los árboles retorcidos. "El Laberinto de las Ilusiones te espera".

Elian asintió, tomando una respiración profunda. Siguió a Lyra por el sendero, adentrándose en la penumbra del bosque. A medida que avanzaban, la luz del amanecer se desvanecía, y el aire se volvía más denso y frío.

De repente, el sendero se detuvo frente a una entrada oscura y cavernosa. Un escalofrío recorrió la espalda de Elian al contemplar la entrada, que parecía tragarse la luz a su alrededor.

"Este es el Laberinto de las Ilusiones", anunció Lyra. "Una vez que entres, estarás solo. Debes confiar en tus instintos y recordar que no todo lo que veas será real".

Elian asintió, sintiendo un nudo en el estómago. Se giró hacia Lyra, buscando en sus ojos una última muestra de aliento.

"Estaré aquí esperándote", dijo Lyra, con una sonrisa cálida. "Confío en ti, Elian. Eres más fuerte de lo que crees".

Con un último suspiro, Elian se adentró en la oscuridad del laberinto. La entrada se cerró detrás de él, dejándolo en completa oscuridad. Elian extendió las manos, tratando de orientarse, pero solo encontró aire frío y húmedo.

De repente, una luz tenue apareció frente a él, revelando un pasillo estrecho y sinuoso. Elian siguió la luz, adentrándose más en el laberinto. A medida que avanzaba, el pasillo se ramificaba en múltiples direcciones, creando una red de caminos confusos.

Elian se detuvo, sintiéndose perdido y desorientado. ¿Qué camino debía tomar? ¿Cómo sabría cuál era el correcto?

De repente, una voz familiar resonó en el laberinto. "Elian", susurró la voz, con un tono burlón. "Estás perdido, ¿verdad?".

Elian se giró, buscando el origen de la voz, pero no vio a nadie. "¿Quién está ahí?", preguntó, con la voz temblorosa.

"Soy tu peor pesadilla", respondió la voz, con una risa malévola. "Soy todo lo que temes".

De repente, la voz se transformó en la de su padre, quien había fallecido hacía años. "Elian, me decepcionas", dijo la voz, con un tono frío y distante. "Nunca serás lo suficientemente bueno".

Elian sintió un dolor agudo en el pecho. Las palabras de su padre lo habían perseguido durante toda su vida, alimentando sus inseguridades y miedos.

"No eres real", susurró Elian, tratando de convencerse a sí mismo. "Eres solo una ilusión".

Pero la voz de su padre continuó, cada vez más fuerte y más cruel, alimentando sus dudas y miedos. Elian se sintió abrumado, tentado a rendirse y aceptar su destino.

De repente, recordó las palabras de Lyra: "No todo lo que veas será real". Cerró los ojos, tratando de bloquear la voz de su padre, y se concentró en su respiración.

Cuando volvió a abrir los ojos, la voz de su padre había desaparecido. En su lugar, se encontró en un claro iluminado por la luz de la luna. En el centro del claro, una figura encapuchada lo esperaba.

"Has superado la primera prueba", dijo la figura encapuchada, con una voz suave y melodiosa. "Pero aún te quedan muchas más".

La figura encapuchada se desvaneció, y el claro se transformó en un bosque oscuro y laberíntico. Elian se encontró rodeado de árboles retorcidos y sombras inquietantes.

A medida que avanzaba por el bosque, se enfrentó a otras ilusiones: monstruos aterradores, trampas mortales, y recuerdos dolorosos. Cada ilusión lo ponía a prueba, tratando de quebrantar su espíritu y alimentar sus miedos.

Pero Elian se mantuvo firme, recordando las palabras de Lyra y confiando en su fuerza interior. Sabía que no estaba solo, que Lyra lo estaba esperando, y que tenía un papel importante que desempeñar en la salvación de Eldoria.

Después de lo que parecieron horas, Elian llegó a una salida del laberinto. La luz del amanecer lo cegó momentáneamente, y sintió un alivio inmenso al ver a Lyra esperándolo.

"Lo lograste, Elian", dijo Lyra, con una sonrisa radiante. "Has superado el Laberinto de las Ilusiones".

Elian asintió, sintiéndose exhausto pero victorioso. Había enfrentado sus miedos más profundos y había salido fortalecido. Sabía que aún le quedaba un largo camino por recorrer, pero estaba listo para enfrentar cualquier desafío que se le presentara.



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En el texto hay: el reino de las sombras

Editado: 29.04.2025

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