Tobías avanzaba por un camino de piedras perfectamente alineadas en filas y columnas. Todo parecía ordenado, como si alguien hubiera medido cada paso.
De pronto, un estruendo hizo temblar el suelo. Una figura enorme, con armadura brillante en forma de cuadrado, apareció. Llevaba un escudo con el número 4 grabado en el centro.
—¡Alto ahí, viajero! —rugió con voz grave—. Soy Cuatro, el Guardián del Orden, y mi fuerza se mide en grupos de cuatro.
Tobías tragó saliva, impresionado.
—¿Tú me enseñarás la tabla del 4?
—Sí —respondió Cuatro, levantando su escudo—. Pero primero, debes entender mi poder. Yo construyo cuadrados, organizo filas, y multiplico con fuerza.
De repente, salieron a su encuentro nuevos personajes secundarios:
Todos rodearon a Tobías, expectantes.
Cuatro levantó su espada cuadrada y comenzó la demostración:
✨ Un manzano dio cuatro manzanas de golpe.
✨ Dos barcos se convirtieron en ocho velas ondeando al viento.
✨ Tres montañas crecieron hasta transformarse en doce picos nevados.
✨ Y al final, Cuatro golpeó el suelo con fuerza: cuatro por cuatro, dieciséis, ¡el poder de un cuadrado perfecto!
Tobías, emocionado, comenzó a repetir los resultados:
4 × 1 = 4
4 × 2 = 8
4 × 3 = 12
4 × 4 = 16
4 × 5 = 20
4 × 6 = 24
4 × 7 = 28
4 × 8 = 32
4 × 9 = 36
4 × 10 = 40
La Princesa Dieciséis se inclinó y dijo:
—Recuerda siempre: el 16 es mi reino, el centro de la fuerza del cuatro.
Los escuderos Cuadrín y Cuadrón marcharon cantando:
—¡De cuatro en cuatro, vamos avanzando!
Y el Dragón Veinte rugió echando fuego en el cielo que formó el número 20.
Tobías sonrió con orgullo.
—¡Ya aprendí la tabla del 4!
Pero justo entonces, rodando desde lejos, volvió a aparecer Cero con su travesura.
—¡Ja, ja! Pero si Cuatro se junta conmigo… ¡todo se convierte en nada! 4 × 0 = 0.
Cuatro golpeó su escudo y dijo con seriedad:
—Así es, Cero. Incluso en el poder del cuatro, tú tienes tu lugar.
El cielo se llenó de fuegos artificiales en forma de cuadrados perfectos, brillando en azul y dorado.
Cuatro puso una mano sobre el hombro de Tobías.
—Has dominado mi tabla. Ahora debes seguir adelante, porque lo que viene será más desafiante: el Cinco, el Explorador de los Caminos.
Tobías respiró hondo, listo para su próxima misión.