El sendero se volvió un desierto dorado, lleno de huellas que parecían marcar pasos en intervalos perfectos: cinco, diez, quince… Tobías los iba contando mientras caminaba.
De pronto, apareció un hombre sonriente, con sombrero de ala ancha y un mapa antiguo en las manos. En su cinturón llevaba una brújula brillante con el número 5 grabado en el centro.
—¡Hola, pequeño viajero! —saludó con voz alegre—. Soy Cinco, el Explorador, y te enseñaré a avanzar por los caminos de cinco en cinco.
Tobías lo miró con entusiasmo.
—¿Entonces contigo aprenderé la tabla del 5?
Cinco asintió y silbó un canto. De inmediato, llegaron sus compañeros:
Todos lo rodearon con sonrisas y palmas.
Cinco desplegó su mapa y explicó:
—Conmigo, siempre caminarás con ritmo. Cada paso multiplica de cinco en cinco. ¡Mira!
✨ Una mano apareció en el aire con cinco dedos extendidos.
✨ Dos manos juntas mostraron diez.
✨ Tres manos se elevaron, y eran quince.
✨ Cuatro manos brillaron, ¡y eran veinte!
Los campaneros tocaron fuerte:
—¡Cinco por uno es cinco! ¡Cinco por dos es diez! ¡Cinco por tres es quince!
Tobías repitió, siguiendo el ritmo musical, hasta completar toda la tabla:
5 × 1 = 5
5 × 2 = 10
5 × 3 = 15
5 × 4 = 20
5 × 5 = 25
5 × 6 = 30
5 × 7 = 35
5 × 8 = 40
5 × 9 = 45
5 × 10 = 50
La Estrella Veinticinco brilló con fuerza, iluminando el cielo.
—Yo soy el corazón de la tabla del 5, no me olvides nunca.
El Capitán Cincuenta levantó su cofre lleno de monedas y gritó:
—¡Y yo soy la gran meta de esta tabla: cincuenta!
Tobías sonrió de oreja a oreja.
—¡Lo logré! ¡Ya sé la tabla del 5!
Pero justo entonces, como siempre, apareció rodando Cero, riéndose travieso.
—¡Ja, ja! Y si multiplican por mí… ¡todo se borra! 5 × 0 = 0.
Cinco se inclinó ante él y dijo:
—Así es, amigo. Pero tu magia también forma parte del camino.
El desierto se iluminó con estrellas doradas en grupos de cinco, marcando un camino hacia adelante.
Cinco tomó su brújula y señaló el horizonte.
—Muy bien, Tobías. Has dominado mi tabla. Ahora te espera el Señor Seis, un maestro del equilibrio que multiplicará tu reto aún más.
Tobías respiró hondo y, con pasos firmes, siguió su viaje hacia el próximo desafío.