Cinthia, May y John pasaron días trasladándose al sur huyendo de la Capital, los carteles con sus retratos no se hicieron esperar allí los tres eran los más buscados y sus cabezas, ya tenían precio ofrecían cien monedas de oro a quien los capture. Los tres cambiaron sus vestimentas por unas prendas normales de pueblo, pero cómodas para el combate.
Al ingresar a la ciudad Dragón Azul notaron que nada de la realidad de la Capital era diferente aquí la ciudad, que una vez fue el reflejo del cielo estaba completamente destruida, antes de que Zen usurpara el poder esta ciudad brillaba con sus vivos colores, los manantiales de agua solían brillar como diamantes con el reflejo del sol, las macetas con flores en las ventanas de cada casa daban una sensación de estar en el mismo cielo.
Ahora las fuentes de agua tenían un color verde y putrefacto las aceras y caminos de piedra totalmente destruidos, las paredes de las casas agrietadas, ventanas rotas, hasta el cielo se encontraba cubierto de nubes negras. Caminaron hasta la Taberna La Cueva, al entrar notaron algunos clientes sentados en las mesas con miradas de odio sujetando un tarro de cerveza, otros lanzando dardos el ambiente oscuro de todo el lugar, se fueron a sentar en la mesa más apartada.
–Tres tarros de cerveza –hablo John.
–Enseguida –contesto rápido el cantinero, llego rápidamente con los tarros y los sirvió.
–Hablemos en voz baja… entendido –continuo John. –Ambas asistieron con la cabeza. –bien… debemos pensar nuestros movimientos. Si queremos alcanzar nuestros propósitos.
–Mi único propósito es matar a ese maldito –dijo May.
–May, hay un mayor peligro que él… y debemos detenerlo –hablo Cinthia.
–Y, ¿Qué puede ser peor? –pregunto May.
–La llegada de los Dragones Legendarios –hablo John con la voz muy preocupada mientras dio un sorbo a su tarro de cerveza. Bajando su tarro continuo –estamos seguros de que ellos volverán pronto, al ver el caos que se ha producido en el Reino. Si eso pasa será el fin de todo.
–Es solo una leyenda –hablo May –según mi abuelo el ser humano siempre tuvo el poder de controlar los elementos.
–La raza humana estuvo a punto de perecer hace miles de años, por el odio entre sus clanes. El odio y la sangre derramada provocaron su ira… –hablo Cinthia.
May la corto –y lo destruyeron todo dejando la tercera parte de seres humanos vivir… es… solo un mito.
–Los mitos, imitan la realidad y todo esto es verdad… después de la creación del Reino algunas personas comenzaron a creer que el poder siempre fue suyo, pero… eso no es cierto. Este poder nos fue otorgado para la paz.
–¿Cómo sabes eso? –le interrogo May a John.
–Eran un soldado del Reino, los Reyes me otorgaron el permiso de entrar al santuario de los dragones. Ahí… se encuentra un gran libro con toda la historia de nuestro Reino de la destrucción y creación del mismo, y también –su mirada cambio a un tono muy serio –si la humanidad volvía a cometer los actos de sus antepasados.
–¿Cómo están seguros de eso?, ¿Qué los Dragones volverán? –May pregunto con curiosidad y a la vez un tono de temor.
–Hace dos meses –Cinthia hablo –cuando volvíamos del Clan del Rayo presenciamos algo…
–Te refieres a esa gran tormenta –interrumpió May.
–Si… pero tú no viste lo que nosotros – contesto John. –May lo miro intrigada.
Cinthia continuo el relato –en el paso de las montañas heladas buscamos un refugio para protegernos de la fuerte lluvia y los relámpagos que se producían el cielo estaba cubiertos de ellos, escuchamos fuertes rugidos, que nunca hemos escuchado. Un relámpago choco en tierra a dos metros de nosotros arrojándonos hacia tras… al levantarnos –Cinthia paso la mirada a John, quien concluyo el relato.
–¡¡¡Los vimos!!! A los cinco Dragones Legendarios… eran inmensos, muy poderosos, con solo verlos no podía moverme. Lanzaron un ataque combinado destruyendo parte de la montaña.
May abrió los ojos muy sorprendida y dijo –Entonces… la parte faltante de esa montaña.
–Así es… fue destruida por el ataque de ellos. Estoy segura que, sino detenemos este régimen de terror, ellos volverán tarde o temprano… A destruirnos. –hablo Cinthia, tomo su tarro de cerveza y dio un largo sorbo.
May se encontraba algo espetufacta se encontraba en la decisión de creer o no en esta historia, al igual que sus padre y abuelo pensaba que el poder, de controlar los elementos era del ser humano. Y que el cuento de los Dragones Legendarios era un mero cuento de hadas para hacer dormir a los niños –Si eso es verdad –hablo –la forma de detenerlos, es acabar con Zen y todo será resuelto.
–No podemos hacer eso –hablo Cinthia –si lo hacemos estaríamos tomando venganza por odio. Eso no sería bien visto por ellos.
–¿Entonces qué? Debemos dejarlo con vida… eso quieren decir –hablo May muy molesta.
–Hay dos formas de evitar esta tragedia –hablo John cruzando los dedos de sus manos sobre su boca, May lo miro enojada tomo su tarro de cerveza y lo bebió de un sorbo.
–¿Y cuáles son?
–El primero lo mencionaste tú, pero permanecerá toda su vida encerrado hasta que muera.