El Reino De Los Cinco Elementos

CAPÍTULO 6

La gente termino su reverencia y un anciano se tomó la palabra –estamos con la única heredera del Reino. No reconocemos a nadie más.

Los presentes comenzaron a vitorear pues sentían la libertad muy cerca, John se levantó y hablo –por favor ayuden a las personas de la Taberna. –todos estaban algo insólitos a su visita solo la Princesa, May y John sobrevivieron.

–Siguen vivos –volteo hacia la Taberna en ruinas –acaso no sienten su presencia –los habitantes del Reino debido al caos originado olvidaron como identificar las presencias de los clanes. Seis hombres se acercaron a las ruinas y notaron a todos los clientes, el dueño y las camareras tendidos en el suelo cubiertos de polvo, sin ninguna herida.

Sacaron a quince personas en total las atendieron rápidamente pues perdieron el conocimiento debido al colapso del lugar los trasladaron al centro de salud de la ciudad.

La Princesa, May y John estaban reunidos en una sala apartada –Sorel no ha cambiado –hablo Cinthia.

–¿Cómo pueden decir eso? –opino May –casi nos mata.

–Si Sorel, hubiese querido matarnos. Lo hubiese hecho en su primer ataque. Su domino sobre el viento es mejor que el mío. Siempre supe que algún día me iba a superar y ocupar el puesto de General. Pero…

–También lo piensas –Cinthia estaba pensativa.

–¿Qué ocurre? –pregunto May.

–Porque se unió al Escuadrón Dragón de Asalto. Cuando tenía todas las posibilidades de ser un General a temprana edad.

–Insinúan que aquel sujeto, tiene buenas intenciones. No me pareció ver eso –opino May.

–Tu no lo conoces como nosotros, hay algo tras su decisión –hablo John.

–Yo solo sé lo que vi –May caminaba hacia la puerta.

–¿A dónde vas? –pregunto Cinthia.

–No pienso continuar mi camino con ustedes –se puso de lado y los miro fijamente –ahora entiendo porque no quieres matar a Zen. Porque es tu hermano.

–May. Tú no sabes…

 

–Déjala –intervino Cinthia. –Si crees, que no quiero matar a Zen por ser mi hermano estas equivocada… –apretó su puño y su voz cambio –hay un solo día que no cruce por mi mente el querer matarlo con mis propias manos.

–ENTONCES ¿POR QUÉ? – refuto May.

–El mato a nuestros padres e intento asesinarme. No. Quiere asesinarme. Pero, temo más lo que esa acción pueda significar para ellos.

–¿Quiénes? Los Dragones, de verdad piensas que ellos volverán.

–Tú no estuviste ese día May. No sentiste el miedo al verlos, ni siquiera una pizca de su poder –añadió John –Zen es el causante de este caos que vive el Reino y será uno peor si no lo detenemos.

May lo miraba con furia –pero si quieres ir a enfrentarte a él. Ve y hazlo, pero no serás capaz de llegar a la capital. Seguramente ya ordeno nuestras muertes y estaremos a la vista de todo el ejército, y también de bandidos o las mismas personas que buscan mejorar su situación.

–Pues eso se lo debemos a ese tal Sorel –comento May.

–Ya te dijimos que él no es quien tú piensas. Sino no lo fuera, te hubiera asesinado cuando te revelasteis contra él.

–Pero él se movió para hacerlo, sino fuera. –Opino May.

–Lo hizo para actuar ante la gente. Date cuenta no asesino a la gente de la taberna, y tampoco acabo con nosotros en su primer ataque de espada. Debe haber una razón de su comportamiento –John estuvo pensado.

–Lydia –dijo sorprendida Cinthia.

–Ya entiendo. Algo ocurrió con ella y por eso…

–¿Quién es Lydia? –pregunto May.

–La prometida de Sorel –respondió Cinthia.

–En…

La puerta se abrió antes de que May completara la frase, era el anciano quien dio su lealtad a Cinthia. Tras él aparecieron dos jóvenes. –Gracias Princesa –dijo el anciano. –Gracias a ti hemos recuperado la esperanza.

–Princesa. Somos Marcus y Alex –hablo Marcus –a partir de ahora estaremos a tu servicio. –Ambos se inclinaron jurando lealtad.

–Se los agradezco… pero ustedes están mejor aquí que con nosotros. A partir de ahora nuestras cabezas tienen precio. –comento Cinthia.

–No importa. Asumiremos el riesgo –repuso Alex.

–Por favor quédense aquí y protejan a todos. Hombre, mujer y niño. Para que me acompañen a la capital a recuperar nuestro Reino –dijo Cinthia.

–Como ordene –contestaron ambos juntos.

–Al igual que nuestro abuelo, usted nos ha traído la esperanza. Aun mas de la que él nos ofreció. –dijo Marcus.

–¿Él? –pregunto May

–El Lobo del Rayo –contesto nuevamente Marcus.

–Es alguien muy fuerte… derroto a veinte soldados de alto rango en muy corto tiempo –contesto Alex.

–He escuchado sobre él. Anda por los cinco clanes, reuniendo el apoyo de la gente para obtener el suficiente poder para realizar un golpe de estado. Por lo que se. Quiere convertirse en el nuevo Rey del Reino De Los Cinco Elementos.




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