El Reino De Los Cinco Elementos

CAPÍTULO 10

Tres días pasaron se ocupaba de atender a La Princesa Cinthia y John quienes se encontraban inconscientes, pero John tenía grandes heridas en la espalda. Además, se encontraba sumamente debilitado debido al abuso de su poder al proteger a La Princesa, y sobre todo una fiebre muy alta.

Por su parte La Princesa se encontraba inconsciente parecía, que no iba a reaccionar pues no daba ninguna señal de despertar, desde el primer día permaneció en el mismo lugar sin mover un poco.

May entendió, poder de esa técnica no solo se basaba en el poder creado por la técnica también, el poder del usuario era absorbido. La Princesa había consumido todo su poder, por lo que se encontraba inconsciente. Ninguno de los dos en los tres días probo bocado o agua, la única que comía y bebía era May con fruta de los alrededores y peces del lago y una fuente de agua ubicado en la cabecera de la colina.

A pesar del estado de sus amigos May siguió entrenando con la espada había mejorado bastante, capaz de dominar y controlar la técnica de su padre Dragón de Fuego. Seguía entrenando en la noche, cambio su vestimenta. Cambio su largo vestido por una falda y camisa roja con pequeñas franjas negras cubriéndola hasta los muslos. En su cintura un cinturón rojo donde la espada se alojaba. Y unas medias negras con franjas rojas hasta las rodillas y zapatos negros.

A la mañana siguiente salió a pescar al lago capturo cinco peces grandes y los aso, mientras comía y bebía un poco de agua. Un gran estruendo se escuchaba fuera de la cueva, May se levantó y camino hacia la entrada y un rayo cayó a quince metros de la cueva y en él un hombre aparecía con una armadura negra con pequeños destellos de rayo rodeándole el cuerpo.

May siento que la presencia de aquel hombre, no eran buenas noticias camino cinco pasos y alcanzo a mirar a La Princesa y John dentro de la cueva.

–¡Vaya! ¡Que sorpresa! No esperaba encontrarme con ellos dos –miro fijamente a May como si la estudiara –Ya veo. Tu eres la concubina escogida del Príncipe Zen. ¡Que afortunado soy! –empuño su espada y la saco lentamente y el rayo la cubría por completo. –El Príncipe desea la muerte de los dos… perdón, corrijo. De los tres –su mirada se tornó seria y una sonrisa se dibujaba en su rostro –ellos por traición, y tu… por ir en contra los deseos del Príncipe.

May estaba temblando no podía moverse, el poder de aquel hombre era de un nivel completamente superior al suyo.

–¡Tranquila niña pronto dejaras de temblar! –moviendo su brazo libero el rayo que envolvía la espada –el ataque iba a gran velocidad, May no alcanzo ni siquiera a cubrirse el miedo la había envuelto, pues no había nadie para protegerla estaba sola, justo antes de que la espada de rayo la impactara una sombra salto delante de ella

Abrió los ojos John estaba delante de ella reteniendo el ataque con la daga giro conduciendo el rayo lo devolvió más fuerte impactándose con aquel hombre arrojándolo al suelo. John cayó al suelo apoyándose con las manos y piernas.

May corrió hasta él –¡John! Estas bien. Estaba muy agitado obviamente había usado todo, lo que tenía en devolver el ataque, May trato de levantarlo y llevarlo dentro la cueva cuando una voz se escuchó.

–No se esperaba menos. Del General más fuerte del Reino –él se incorporaba –sin embargo, no me has hecho nada. ¡Bueno! Supongo es porque estas debilitado. De lo contrario me hubieras matado –sostenía su espada elemental descansando sobre su hombre derecho mientras sonreía.

–Veo que eres más fuerte. Darnael.

–¡Si! estos diez años han servido de mucho.

–¡May! –su voz era tenue –lo siento, pero es todo lo que puedo hacer por ti. Debes huir de aquí –John se desplomo sobre el suelo.

–No tiene sentido huir niña. Así que no lo hagas.

Lagrimas corrían por su rostro pues sentía que no podía hacer nada, decepcionada de sí misma –¡Perdónenme! –El recuerdo de su padre cruzo por su cabeza cuando se despidió de ella y su madre, con una sonrisa en su rostro decía –Volveré hija. Y te prometo que volverás a bailar sobre las flores del campo.

Abrió los ojos y unos pies luminosos frente ella inclinándose, ella los vio era su madre y padre.

–¡Lucha hija! Muéstrales el poder del clan del Fuego –hablo el padre.

–Muéstrales el poder que reside en ti –hablo la madre. –Y protégelos –hablaron los dos al mismo tiempo.

–¡Que decepción! Esperaba divertirme un poco. –Alzo el brazo para asesinar a May junto a John.

–No te creas…

Darnael detuvo el ataque mientras, las flamas comenzaban a cubrir a May de forma de una cadena cuádruple y el fuego se volvió más intenso tanto, que lo hizo retroceder. May se levantó y desvaino su espada y el fuego la cubrió por completo. –No permitiré. Que, lastimes a mis amigos –su mirada era intensa, como si sus ojos ardieran en flamas. Una nueva May nació.

Alzo la mano izquierda y las cadenas de fuego comenzaron a atacar a Darnael, quien los esquivaba perfectamente, también levanto su mano izquierda y cuatro rayos salieron chocando con el fuego.

–La que no debe creerse tanto eres tu –Darnael en un instante estaba frente a May movió el brazo para atacar –CHIM… –La espada de May bloqueo el ataque, ambos se miraron sin desviar la mirada.



#16138 en Fantasía
#22116 en Otros
#2892 en Aventura

En el texto hay: redención, dragones, poderes sobrenaturales batallas

Editado: 18.10.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.