El Reino De Los Cinco Elementos

CAPÍTULO 15

La Princesa, May y John permanecieron en la cueva junto al lago, protegidos por la neblina del Clan del Agua permanecieron los días restantes hasta que La Princesa se despertó por completo.

Había pasado un poco más de una semana, La Princesa tenían un hambre y sed insaciable. John salió a pescar trayendo treinta peces grandes, May encendió el fuego y los asaron. Terminado la cocción La Princesa se comió veinticinco peces, y tres jarrones de seis litros de agua.

Se disculpó por las molestias que causo a causa de su técnica, la cual no podía controlar correctamente. John solo le dijo que debía seguir entrenando, hasta dominar ese poder. En los ojos de La Princesa se notaba un brillo de culpa y temor, May había visto esa misma mirada cuando John la protegió de su propia técnica para May era evidente, La Princesa no veía a John como su protector, hermano, o amigo. La Princesa estaba enamorada de él.

John tal vez lo sabía, pero no podía corresponder esos sentimientos debido a su edad dieciocho años mayor que ella, pero también era evidente el fuerte amor que le tenía a su Princesa.

–Muy bien. Vamos al Clan de la Tierra, a conseguir su apoyo –hablo John.

Las dos chicas asentaron con la cabeza, montaron sus caballos y galoparon en dirección rumbo a los territorios del Clan de la Tierra. Galoparon a través del profundo bosque cubierto por neblina hasta dejar atrás.

Salieron a campo abierto el sendero rumbo hacia el Clan de Tierra, siguieron galopando rápido, hasta que bajaron de ellos a descansar los caballos comían el pasto pequeño y bebieron un poco de agua de una pequeña sequia junto al campo. Los tres descansaron bajo la sombra de un árbol naranjas, John una técnica de viento para tumbar algunas naranjas.

Cayeron al suelo, unas se rompieron por el impacto las tomaron sentados alrededor del tronco del árbol las comieron.

–¡May! No sabía que tuvieras ese poder. –hablo la Princesa, May solo la miro.

–Tienes potencial. Pensar que te enfrentaste a Darnael un oficial muy poderoso, es impresionante.

May sostenía su naranja y dijo –me voy el deseo de mis padres, de ver un Reino en paz. Y también… –su voz se tono muy suave –el deseo de protegerlos. Esos sentimientos me dieron el valor para luchar.

La Princesa se giró y la abrazo fuerte y tierno al que May también correspondió del mismo modo, después de su madre y padre era el abrazo más cálido que había recibido.

–Haremos realidad el sueño, de las personas de este Reino –hablo La Princesa.

–Sin importar como. –añadió May.

John arrimado en el tronco del árbol, cruzado de brazos miraba el cielo –para ello, debemos derrotar a los cinco Generales y al Escuadrón Dragón de Asalto. De esa forma Zen estará vulnerable –John se levantó y el viento soplo muy ligero una pequeña brisa.

Siguieron su camino llegando a la ciudad Dragón Verde, en las mismas condiciones que cualquier otra ciudad en el Reino. Dejaron los caballos atados frente una posada y caminaron por el pueblo, la gente tenía las mismas caras desanimadas el General Dark había influido fuertemente el miedo en este clan. La gente no podía soportarlo más.

Siguieron avanzando cuando un fuerte sonido ensordecedor se escuchó, unos hombres de aspecto no oficial salían de una casa con una joven de cabello rojizo llorando, su madre quien suplicaba arrodilla que no se la llevaran. Su padre parado en la puerta impotente de no poder hacer nada al igual que sus, dos hijos varones pareciera que aceptaran esta situación.

Los hombres arrojaron violentamente a la madre de la joven. El tipo con una cicatriz en la mejilla izquierda hablo –ESCUCHEN. Cualquier mujer joven entre dieciocho y veinticinco años nos pertenece. Si no les gusta saben con quién quejarse –se rio malvadamente.

La Princesa y John sintieron una fuerte tensión y miraron a May, agachando la cabeza apretando fuertemente sus puños. Alzo un poco la cabeza solo para ver un aspecto sombrío en su mirada, sin pensarlo se lanzó hacia delante golpeando a los dos canallas arrojándolos lejos de la chica –¡Como se atreven! –grito enfurecida.

La Princesa y John sabían porque ataco así, ella también iba a ser separada de su madre, para ser una de las concubinas del Príncipe Zen. Los presentes estaban sorprendidos, la madre no perdió tiempo y corrió a abrazar a su hija.

–¿Quién te crees niña? –hablo el hombre que tenía descubierto el torso. Ambos se levantaron empuñando sus espadas, con una mirada fría y oscura lanzándose a atacar a May, que asumía una posición de combate. Antes de que pudieran atacar a May. John bloqueo el ataque con sus manos desarmándolos, los dos sujetos retrocedieron.

–¡Vaya, vaya! Tenemos un héroe aquí –hablo el del toso desnudo.

–¿Un héroe? Tal vez un muerto –hablo el de la cicatriz.

–Suficiente. Deténganse ya –hablo La Princesa.

Los sujetos la vieron y quedaron maravillados por lo bella que era –eres muy hermosa, a partir de ahora nos perteneces –hablo el tipo de la cicatriz.

–Ella tampoco está nada mal –hablo su compañero señalando a May.

Ambos empuñaron armas elementales, el del torso desnudo sujetaba un bastón de tierra muy resistente, su compañero hacia fluir el fuego por su mano como si fuera una espada –Prepárense –hablaron al mismo tiempo.




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