El Reino De Los Cinco Elementos

CAPÍTULO 19

Los tres pasaron tres días vigilando el Bar Rojo en busca de aquel hombre de negro, sin lograr da con él pues no tenían suficientes datos de aquel hombre. Aun así, seguían en esa taberna investigando cualquier acto sospechoso, y lo único era solo los clientes embriagados de licor hasta los huesos, tanto que se quedaban dormidos sobre las mesas y otros sobre la barra.

En dos días se celebraba el Festival del Fuego en honor al Dragón Rojo, muy conocido entre los clanes y los Reinos extranjeros, pues muchas parejas se habían unido durante este festival.

Fueron de vuelta a la posada donde descansaban John se marchó a su cuarto a descansar. Las chicas entraron al suyo, se despojaron de sus vestiduras colocándose ropas cómodas para dormir. Acepillaba su cabello, mientras que La Princesa se encontraba sobre su cama en posición de meditación una profunda calma la rodeaba, no cabía duda, seguía entrenando para controlar el poder de su técnica.

Claramente era más fácil realizar proyecciones mentales, de su técnica que hacerlo en la vida real. Sabía el riesgo que conlleva realizar no solo la afecta, también causa un gran daño a las personas del alrededor. May lo comprobó la última vez en el lago, el gran poder que se desato y las grandes heridas que le causaron a John hacer un entrenamiento mental era más seguro que uno real.

La Princesa seguía concentrada, era como el agua en un estanque May la siguió observando hasta que finalmente hablo. Tal vez solo para comprobar su concentración o solo para comprobar sus indagaciones.

–En dos días es el Festival de fuego, crees que encontremos a alguien. Tú, yo… o tal vez –May cambio su tono –John encuentre a alguien especial.

La sola mención de John la hizo abrirlo los ojos, como si la molestara profundamente – ¡No lo creo! Seguramente, pasara vigilando todo el rato –lo dijo tratando de ocultar el desdén en sus palabras, tratando de mantener la calma, pero era claro que le molestaba.

– ¿Por qué no…?

La Princesa la interrumpió antes de poder completar la pregunta –no lo digas –lo dijo de forma suave, pero su rostro se ponía rojo.

– ¡Princesa! No hace falta que lo oculte, lo sé perfectamente. Usted está enamorada de John. ¿Verdad?

Ella la miro, pero no a los ojos trataba de ocultar su vergüenza al admitir que las palabras de May, eran correctas prácticamente había dado en pleno centro del tablero.

–Su actitud solo me confirma lo que vi ese día en el lago. Cuando vio a John cubierto de heridas, lo mirada como si tuvieras miedo perderlo no como tu protector sino como tu ser amado.

– ¡Por favor! Mantenlo en secreto.

– ¿Desde cuándo? –pregunto May.

La princesa estaba apenada, pero hablo –Desde pequeña, mucho antes que se convirtiera en mi protector. Solía verlo entrenar con los altos oficiales del ejército, hasta superarlos a todos se convirtió en General con solo veintiún años, y logro vencer a los Generales a los veinte y tres. Pero eso no fue lo que cautivo de él, sino su sentido de la justicia de proteger a los demás a costa de su vida. –Sonrió –cuando salvo a una familia cuando una casa, se encendió en la capital y se metió sin dudarlo un instante, cuando me salvo de mi hermano. Las veces que fue ayudar a los grupos rebeldes contra mi hermano.

–Ya entiendo, comparten los mismos ideales es por eso… no, claro que.

–Así es, hay otras características tu sabes cuales son.

May sonrió –sí, se cuales son –se recostó en su cama cubriéndose con las mantas.

– ¿Y tú? Esperas encontrar alguien en el festival.

–No hay tiempo para el amor. Tengo un trabajo que debo hacer, y lo voy llevar cabo.

–Estoy segura, que llegara antes, que te des cuenta –también se cubrió con las matas para dormir.

En la mañana La Princesa parecía normal igual, que siempre a pesar de tener a la persona que ama frente de sus ojos. Ella tenía en su mente su compromiso con el pueblo, pero tal vez solo espera que todo termine para intentar una oportunidad con él y tal vez no tenga la oportunidad debido a la diferencia de edad.

Siguieron asistiendo al Bar Rojo a buscar aquel sujeto con una posibilidad del uno por ciento pues solo sabían sobre sus vestiduras el día que se encontró con aquel mensajero, quien no les dio más señales para identificarlo. Era una pérdida de tiempo seguir en ese bar en espera de alguien que no vendría.

Se levantaron de la mesa los tres, cuando las puertas del Bar se abrieron dejando entrar a un hombre con una chaqueta de cuero roja hasta las botas. Al verlo se volvieron al lugar y observaron aquel sujeto dirigirse a la barra con el cantinero quien, al verlo, le entrego un tarro gran de cerveza. El sujeto levanto ambas manos para beber, algo peculiar nadie usa dos manos para beber un tarro de cerveza algo extraño ocurría.

Lo único a su merced era observara distancia, por lo que salieron del Bar. Ocultos en el tejado esperaron que saliera, aguardaron un buen tiempo hasta que por fin salió iba tranquilo caminando por la calle dirigiéndose a cierto lugar, pero a donde cuál era su destino. Siguieron observado por los tejados hasta que revelara algún indicio, aun así, mantenía la postura cambio de ruta hacia el oeste en dirección al Bosque Protector llamado así, por su gran cantidad de árboles que ayudaba a la purificación del oxígeno.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.