El Reino De Los Cinco Elementos

CAPÍTULO 21

May salió al corredor de la prisión con su espada cubierta de fuego ilumino el oscuro pasadizo. La Princesa seguía concentrada en evitar el colapso de la montaña sobre ellos, pero aun así salió de la celda, John seguía detrás de ellas para evitar que algún fragmento de tierra las golpeara.

Avanzaron rápido por el largo corredor, John destruía los fragmentos de tierra o roca que caían, La Princesa perdía el control y las múltiples explosiones la desorientaban seguían avanzando. May al frente con su espada indicaba el camino finalmente un brillo de luz de luna aparición al final todos, aceleraron el paso.

Corrieron desesperadamente cuando La Princesa se tropezó con un fragmento de piedra rompiendo su concentración en retener las toneladas de tierra sobre, todo caía por montones el polvo se alzaba borrando la visibilidad de la salida.

–Maldición –dijo La Princesa.

May corrió a levantar –¿Está bien? – pregunto sin importar que el corredor se desprendiera sobre el corredor, la ayudo a levantarse.

La tierra y rocas comenzaban a tapar la parte trasera del pasadizo los fuertes sonidos, chocando contra el piso daba señal de salir inmediatamente del ahí. John miro hacia atrás ya no había tiempo volvió la vista hacia las chicas.

–Sujétense fuerte, entre las dos. – coloco sus manos sobre su abdomen comenzando a almacenar mucho poder –Haaa… –un fuerte viento se formaba entre sus manos –sujétense –las chicas se abrazaron fuertemente –HA –una fuerte corriente de viento salió disparada, impactando a May y La Princesa mandándolas volando hacia la salida.

Ambas tenían los ojos cerrados y seguían abrazadas en posición de lado como una flecha cuando es lanzada, iban a gran velocidad apenas sintieron algunos golpes de tierra y piedras cayendo sobre ellas salieron disparadas al exterior de la montaña golpeándose contra el pasto.

Se separaron y se incorporaron. –¡JOHN! –gritaron al unísono estaban preocupadas porque aún no salía de ahí dentro, lo único que salía era polvo.

–¡JOHN! –volvieron a gritar y como flecha salió y aterrizo bien sobre el pasto dándose la vuelta.

La Princesa corrió hacia él y lo abrazo muy fuerte como si no quisiera soltarlo.

–Estoy bien. Princesa. May, te encuentras bien –le pregunto, sin dudarlo también ella lo abrazo. John se relajó y dijo –me alegro que estén bien. –Y correspondió a sus abrazos.

–Eres un idiota pudiste haber escapado con nosotras –hablo La Princesa con una voz de reclamo y triste.

–Lo siento, solo pensé en ustedes y tomé la decisión de salvarlas. –Se separó de ellas y miro hacia el noreste –Los dos Generales pagaran por esto andando, tú también… Lobo del Rayo.

Las chicas miraron alrededor y detrás de unos árboles salió el Lobo –te diste cuenta.

–Desde la primera noche que nos topamos, nos comenzaste a seguir tomando la distancia suficiente para que no te detectáramos.

John movió la cabeza para verlo sus miradas cruzaron y el viento frio de la noche cruzo entre ellos. –No esperaba menos del General más fuerte que hay existido en todo el Reino.

–Nuestros objetivos no son diferentes, deja de esconderte y colabora con nosotros.

–¿Qué? –intervino May. –Él solo quiere el trono para gobernar el Reino, sabiendo que su verdadera heredera esta aquí.

–Eso es lo de menos ahora May, debemos recuperar la paz y al final el decidirá qué hacer.

El Lobo lo quedo mirando –Vamos por los Generales –salto en dirección Noreste, John lo siguió al igual las chicas iban entre las ramas de los arboles la luz de la luna lograba atravesar las espesas cumbres de los árboles.

–¿Qué pasa May? –pregunto La Princesa.

–Ya lo sabe, él no me inspira confianza.

La Princesa miro hacia el Lobo –No te preocupes, si llega hacer algo que nos perjudique… yo misma acabare con él.

Llegaron a un lugar con las mismas características de la mina anterior se encontraban soldados custodiando la entrada y muchos aldeanos forzados a trabajar para encontrar la Perla Del Dragón, los cuatro observaron desde las copas de los árboles.

–Otro lugar de excavación. Creen que la Perla este aquí. –hablo La Princesa.

–No lo creo, esto dos lugares son como cualquier otra mina. Deben estar buscando al azar, por lo que este lugar y el otro no son los únicos. Debe haber excavaciones por todo el clan del Fuego –contesto John.

–Entonces deshagámonos de los dos Generales y pongamos fin a esta injusticia –el Lobo salto hacia el lugar tomo sus espadas agitándolas rayos del cielo comenzaron a caer destruyendo las instalaciones de la mina. Aterrizo dentro y comenzó a luchar con los saldados, derrotándolos como si de niños se trataran.

–No cabe duda. Es un idiota. –hablo May. –Al entrar a la boca del lobo sin ningún plan.

–Ya no importa. Adelante –ordeno John.

Los tres saltaron dentro uniéndose al Lobo al combate, la pelea causo estragos La Princesa y May ayudaron a los aldeanos a ponerse a salvo.

Un soldado corrió hacia la parte más alta de la mina abrió bruscamente la puerta se posiciono bien firme –Mis Generales, están… están atacando la mina no podemos contenerlos.




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