El Reino De Los Cinco Elementos

CAPÍTULO 28

Sorel salió en dirección al norte a reunirse con su escuadrón, mientras avanzaba se preguntaba. ¿Por qué Lydia tiene tan fe en la Princesa? No cabía duda que ella era poderosa incluso más que su hermano, lo único era diferente entre ellos era que la Princesa apreciaba la vida. Tal vez por eso espera a cumplir los dieciochos años para tomar el trono por la parte legal.

Siendo la única y verdadera heredera no habría objeciones, sin embargo, Zen no permitiría eso estaría dispuesto a luchar por el trono, para conservar su puesto. Viajando sobre su caballo pensó –John… yo sé que tu pondrás fin a este caos en el reino. La Princesa no es capaz de matar a Zen, por el simple hecho de ser su hermano.

Siguió avanzando hacia el norte entrado al pueblo Destellos, totalmente devastado algunos muertos se encontraban sobre las calles odiaba el hecho de enfrentarse a esto cada día. Los miembros de su escuadrón habían causado esta destrucción su estilo era arrasar con todo, sin dejar sobrevivientes lo único que ellos no sabían era que él solo dejaba inconscientes a sus oponentes.

Mancharse con sangre de inocentes es el peor pecado que puedes cometer, siguió avanzando por el pueblo y noto algo extraño había varias manchas negras por las calles incluso en las paredes. Bajo de su caballo acercándose a unas de las manchas, para examinarlas se dio cuenta que varias personas habían sido pulverizadas con la Desintegración Elemental.

No podía dar crédito a semejante barbaridad, los miembros de su escuadrón la estaban empleando. Aquella técnica fue prohibida desde su primera utilización puesto borraba cualquier rastro sobre quien se aplicaba no dejaba ningún rastro, pero aun así esto sería imposible para realizarla se necesitaba cinco miembros diestros en cada elemento para ejecutarla. Sin su presencia el resto de su grupo podría hacerla, pero las marcas coincidían con los escritos en los libros que detallaban los resultados de esa técnica.

Alguien los ayudo a desarrollar aquella técnica prohibida, pero quien. Siguió avanzando hasta llegar al punto donde se encontraban un grupo de rebeldes, que organizaban una rebelión contra Zen espera llegar a tiempo para por lo menos salvar algunas personas de tal masacre por parte del Escuadrón Dragón.

Agito las riendas de su caballo no faltaba mucho para llegar tras la montaña frente él se encontraba la base de operaciones de los Rebeldes, un poco más se repetía con la esperanza que no sea tarde. Cunado una fuerte explosión resonó por todo el lugar, varias aves alzaron el vuelo de los arboles con cantos de horror una columna de humo se alzaba al cielo. Agito más fuerte las riendas de su caballo logro ver la base rebelde cubierta en llamas los, cuerpos de los anfitriones de la libertad tendidos por el suelo, su sangre reflejaba la intensidad de las llamas. Había llegado tarde nadie sobrevivió.

Se bajó del caballo camino de frente cuando escucho una voz de un niño.

–Déjenme… no me lastimen –su voz era agitada, el miedo a la muerte se escuchaba en ella, ser testigo de esa infamia.

Entre el polvo rojo por el resplandor del fuego una silueta negra comenzaba aparecer y nuevamente esa voz con miedo se escuchó –por favor no quiero morir –detrás de aquella pequeña silueta otras, cuatro aparecieron el niño salió del polvo al ver a Sorel corrió hacia él para que lo protegiera.

–No lo harás – Tarniel apareció delante del niño movió su espada con la intensión de asesinar al niño. Antes de impactar Sorel sujeto su mano atacante.

–Ni te atrevas – Sorel apretaba fuertemente la muñeca de Tarniel mientras lo miraba oscuramente.

–Hola Sorel. ¿Qué haces?

–Vaya… llega tarde, y quiere salvar a un niño traidor –la voz de Ángel se escuchó apareció junto a los otros.

–Sorel conoces nuestras ordenes –hablo Natalia –nuestras ordenes es acabar con todos aquello, que represente una amenaza para el reino.

–Entonces espera hasta que se convierta en una amenaza –la miro de forma desafiante.

–Sorel. Si no dejas que Tarniel acabe con el niño –hablo Chris mirándolo a los ojos, con su mano en la espada –lo hare yo.

–Entonces el que morirá aquí serás tú –contesto secamente.

–Oh… interesante –se lanzó adelante.

Sorel soltó la muñeca de Tarniel alejándolo del niño y también se abalanzo hacia Chris, antes de que sus espadas chocasen una pared de tierra, se interpuso entre ellos.

–Suficiente. Tienes razón Sorel el niño no representa una amenaza, dejen que se vaya –el resto de su equipo la miraban sorprendidos esas palabras, pues ella era quien más disfrutaba de estas misiones.

–Natalia… –hablo Ángel.

–Ya hemos terminado aquí, retirémonos.

–Yo no pienso irme sin antes cortar a Sorel –hablo Chris.

–Igual yo –hablo Tarniel empuñando su espada.

Sorel los miro a los dos –muy bien –empuño su espada asumiendo una posición de combate –hoy, habrá dos vacantes en nuestro escuadrón.

Varias estacas surgieron del suelo los tres que se iban a batir fueron golpeados por ellas, pero lograron esquivarlas.

–Habrá tres vacantes, si ustedes no se comportan –lo dijo de espaldas con su voz fría y amenazadora, y solo se volteó para mirarlos de forma asesina. Natalia era poderosa no por nada era quien lideraba el escuadrón.




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