En mañana llevaron a los niños a un sitio seguro, según el Lobo todos estarían resguardados en aquel lugar, estaba a 30 kilómetros al oeste atravesando el pueblo los niños iban caminando, solo dos niñas iban a caballo junto a May y la Princesa. Tardaron cinco horas en llegar al lugar, hicieron varias paradas para que los niños descansen y coman.
Se mostraban seguros y felices aquellos niños al verlos la Princesa sonreía complacida, la niña junto a ella agitaba sus brazos llena de felicidad.
–Es aquel lugar –hablo el Lobo señalando una enorme mansión degradada tenia algunas grietas en sus paredes, se notaba que hace tiempo no le habían dado un toque de pintura a la fachada –Vamos –agito las riendas de su caballo para ir más rápido los otros hicieron lo mismo.
Al llegar la puerta principal estaba abierta frente aquella mansión se encontraba una gran pileta chorreando agua. Todos bajaron los niños parecían algo asustados e impresionados al ver aquel lugar –Señora Eva –grito el Lobo.
La gran puerta se abrió en dos una señora de aproximadamente cuarenta años salió junto a ella y tras varios niños se encontraban jugando, felices de estar en aquel lugar. La señora llevaba un largo vestido azul, su largo cabello negro a pesar de su edad lucían muy bien.
–Ah… Ren –paso su vista a sus acompañantes –traes nuevos huérfanos.
May miro a Ren que parecía algo disgustado parecía que no le gustaba que lo llamaran por su nombre principal –estos niños son del pueblo destello. Los únicos sobrevivientes –los seis niños algo tímidos y tristes procedieron a presentarse.
–Soy Theo –hablo el niño que sostenía amenazante el cuchillo.
–Mi nombre es Miguel –hablo el segundo niño que tenía el cabello rizado
–Mi nombre es Tommy –hablo el ultimo niño.
Las niñas procedieron a presentarse.
–Mi nombre es Sol –hablo la niña con el cabello dorada.
–Mi nombre es Evelyn –hablo la niña con el cabello sobre sus hombros con la mirada hacia el suelo, era demasiado tímida.
–Mi nombre es Alicia –hablo la última niña sujetando un oso de peluche.
–Hola niños –la señora Eva bajo las siete gradas de la entrada hasta ponerse frente a frente con los niños. Otros niños también acompañaron a la señora, otros salían de los costados de la mansión tenían juguetes en las manos, otros con un balón todos vivían cómodamente ahí –consideren esta casa, estos niños y a mí como su nueva familia –hablo señora con una sonrisa cálida en su rostro.
Los niños miraron a sus acompañantes quienes les influyeron a aceptar aquel lugar su nuevo hogar, caminaron hacia la señora y asintieron.
–Lina –llamo la señora Eva y una joven de veinte años salió llevaba un vestido blanco y el cabello recogido color castaño, en sus ojos se mostraba felicidad.
–Ren. Vuelves después de tanto tiempo –hablo Lina.
–Estoy de paso.
–Lina por favor lleva a estos niños a conocer su nuevo hogar –intervino la señora Eva.
–Si señora –contesto Lina –por aquí niños –extendió su brazo para que la siguieran todos, fueron tras ellos, otros niños daban la bienvenida a los nuevos integrantes de la casa.
–Bien me vas a presentar a tus nuevos amigos.
–Hump. Supongo que ya lo sabes verdad.
–No eres cordial –contesto la señora Eva –Mucho gusto Princesa –se inclinó haciendo reverencia con la mano en el pecho –mi nombre es Eva del clan del Rayo.
La Princesa respondió cordialmente el saludo de la señora Eva. John y May prosiguieron a presentarse.
–Por favor síganme adentro para tomar un Té –invito la señora Eva todos caminaron dentro de la casa en una sala grande y acogedora se sentaron y esperaron, un rato hasta que la señora Eva llego con una charola con la tetera, los vasos del Té y galletas se sirvieron.
–Ren… pensé que tu objetivo era ser Rey, pero andas con la Princesa.
Ren dejo su taza sobre la mesita –tendré que desistir, está viva y más fuerte de lo que imagine.
–Y que esperabas. Que sería una Princesa mimada –se bufo de Ren.
–¿De que se conocen? –pregunto la Princesa
La señora Eva bajo la mirada, pero su expresión la delataba tal vez la Princesa no debió tocar aquel tema.
–Discúlpeme, no…
La señora levanto la mano en señal de que nada había pasado –Descuide Princesa –esa fue en el pasado, lo único que debemos recordar de él son las lecciones dejadas por los errores cometidos. Ren y yo nos conocemos hace cuatro años, cuando me salvo de mi esposo.
–¡¿Su esposo?! –dijo May sorprendida.
–Él era un seguidor del pensamiento de su hermano, majestad. Si algo es tuyo o si algo que te interesa debe ser para ti, fue un seguidor fiel al Príncipe Zen le proporcionaba información sobre pequeños grupos Rebeldes que se oponían al Príncipe. Debido a la información entregada al reino muchas vidas se perdieron y lastimosamente también acudía a esas emboscadas para acabar con los Rebeldes.