Ren tiro en el suelo desangrándose manchando el suelo, todos corrieron hasta él socorrerlo escuchaba las voces de todos sin entender a nadie su vista se cerraba lentamente. John lo levanto llevándolo dentro de la mansión, la señora Eva lo guio hasta un cuarto vacío y ordeno a Lina traer todo lo necesario para tratar a Ren.
Todos estaban ayudaban a detener el sangrado lográndolo por fin Ren seguía inconsciente, su expresión era lamentable estaba bien pálido debido a la cantidad de sangre perdida.
–No puedo creer que su padre… lo haya querido matar –dijo la señora Eva sin creer lo acontecido, nadie podría dar crédito a eso un padre asesinado a su propio hijo.
–No es su padre –dijo May con una voz llena de rabia –Ren, no es nada para él.
–Cual sea la situación, no cambia el hecho de que es nuestro enemigo si lo volvemos a encontrar hay que acabar con él –respondió John.
–¿Qué hacemos ahora? –intervino la Princesa.
–Ren es parte de nuestro equipo esperaremos a que despierte –se levantó de la silla –una semana… sino reacciona seguiremos sin él. Debemos ir al clan del viento para pedir su apoyo solo así podremos ir a la capital a recuperar el trono. –se quedó parado frente la venta mirando la oscura noche, pasaron todo el día atendiendo a Ren.
–Vayan a informar al Príncipe, que mi hijo a muerto por mi mano… ahora me encargare de la Princesa–ordeno el padre de Ren.
–Eso será imposible. Debemos confirmar la muerte de su hijo.
Se volvió para mirarlos –¿Qué quieren decir? Que no lo mate –pronuncio algo molestó.
–Lo vimos atravesarlo con la espada, pero no le dio un golpe final nuestro reporte sería incompleto.
–Quieren decir que han sigue vivo –lo dijo mirándolos fijamente.
–El General John también sabe de medina y estamos seguros que la señora de esa mansión también debido a la, cantidad de niños que aloja.
–Muy bien. Observaremos a la distancia y si sigue con vida la siguiente vez no lo estará.
–Más vale que esté preparado. En el siguiente encuentro, la Princesa o el mismo General decidan intervenir.
Los subordinados se apartaron quedándose solo el padre de Ren. Se llamaba Raiden era un hombre que reflejaba seguridad y confianza en otros. Siempre hablaba de la libertad desde hace mucho antes que el Príncipe tomara el poder, todos lo seguían por su liderazgo.
Pero en lo profundo de su ser se ocultaban sus verdaderas intenciones, su verdadera personalidad lo que demostraba ante los demás, solo era una máscara debido a la situación del Reino. Dentro de él su auténtico ser luchaba por salir mostrar quien es en verdad, ni siquiera cuando se casó y tuvo a su hijo logro contener ese lado oscuro.
Hasta que finalmente la oportunidad se dio para dar a conocer quién era en realidad. El golpe de estado del Príncipe Zen le dio paso, abrió la puerta a su verdadero ser la degradación los crímenes que se cometían lo llevo actuar de la forma que siempre ha querido.
Se formaron grupos rebeldes que se oponían al mandato del Príncipe, pero ninguno daba con los resultados esperados. Todos caían ante el ejercito del reino, admiro a Zen por su manera de reducir a los que se oponían comprendió que debía estar de aliado con Zen para ejercer el poder, con el que siempre soñó dominar a los demás en vez de ayudarlos.
Organizo un grupo rebelde con el pretexto de la libertad. Con palabras hábiles los indujo a unirse voluntariamente a su resistencia sin saber que los esperaba muchas personas se unieron al igual que su esposa. Su liderazgo era limpio organizo, la gente de su alrededor atacaba puestos, caravanas militares con el fin de hacerse con todo el cargamento posible.
Secretamente enviaba una carta al Príncipe pidiéndole una reunión personal. Reunión posible después de quince cartas, Zen accedió a reunirse con él debido al contenido de las cartas en ellas detallaban el trueque de su organización, la vida de sus compañeros a cambio de que le permitiera gobernar ejerciendo el poder.
La traición no siempre viene del enemigo. Zen acato la propuesta de Raiden el mismo asesinarían a toda su organización a cambio de que su esposa e hijo vivieran y compartieran con el poder. Para Raiden era sencillo acabar con todos sus aliados pues era un guerrero destacado en todo el pueblo su habilidad tanto en la espada, así como el uso de su elemento lo hacían alguien digno de temer.
Esa noche ataco sin piedad a sus compañeros todos caían ante sus pies derrotados las palabras e insultos no lo hacían flaquear seguían acaban con todos sus ex aliados, pero ni siquiera eso los consideraban solo eran piedras en su camino para ascender al poder. Al terminar con todos llego al fin con su esposa frente a ella ningún remordimiento le propuse unirse a él con su hijo. Estela su esposa no pudo reconocer al hombre frente a sus ojos su cuerpo temblada, sentía un nudo en la garganta impidiéndole hablar.
Raiden le explico cómo serían sus vidas al lado de Zen, pero ella se negó y ataco ferozmente a su esposo y sin dudarlo la atravesó con uso espada le pregunto por su hijo sin obtener respuesta busco por todo el lugar sin encontrarlo quiso seguir buscando, pero lo detuvieron los Generales que se hicieron presentes para llevarlo ante el Príncipe quien le otorgo todo con lo que siempre soñó.