El Reino De Los Cinco Elementos

CAPÍTULO 37

Pasaron tres días y Ren seguía sin reaccionar pareciera como si luchar consigo mismo al no poder creer que su padre intento matarlo. En sus sueños escuchaba varias voces diciendo que aún no debía morir voces que podía reconocer, pero sobretodo una en especial la de su madre, pidiéndole que continuara la misión del grupo, la misión de la libertad.

May entro a la habitación y observo a Ren moviendo la mano lentamente llamo rápidamente, a la señora Eva para que lo revisara. Todos llegaron para atenderlo al entrar al cuarto lo vieron despierto apoyado a la cabecera de la cama.

–¿Cuántos días? –pregunto de forma suave pero entendible.

–Tres –contesto libre Lina. Se acercaron para atenderlo.

–¿Qué vas hacer Ren? –dijo John –vas a matar a tu padre –lo pronuncio gravemente fijando su mirada. Pero Ren no respondió.

–Por favor General, acaba de despertar –la señora Eva lo reprendió.

–May, Princesa. Retirémonos dejémoslo descansar –salieron de la habitación se dirigieron a la sala de estar junto la chimenea.

Después de unos minutos la señora Eva y Lina bajaron. La señora Eva fulmino con la mirada a John, quien ni se inmuto ante ella.

–No crea que soy insensible señora, sé que es su padre, pero si él no acaba con su padre. Lo hare yo.

–Usted no conoce a su padre –reprendió la señora Eva.

–Me basta con saber lo que he escuchado y con lo que paso anteriormente estoy más que convencido.

–¿Y que ha escuchado?

–En los bares se hablaba de un hombre con una máscara que vestía de blanco, que se infiltraba en los grupos rebeldes, y esos grupos desaparecían al día siguiente. Ese hombre tal vez vendería a su propia madre para estar donde esta… por eso…

–Yo lo matare –Ren aprecio interrumpiendo a John. –este no es asunto tuyo –aún está débil hablaba con esfuerzo –él, ya no es más mi padre solo es un enemigo que vendió a su propia organización… y asesino a mi madre por eso debo ser yo quien lo mate. Espero que te quede claro.

John lo miro –si dudas un instante, o te quedas paralizado tendré que intervenir y acabar con el yo mismo. Noto el odio en tu voz, pero el odio no es suficiente para acabar con alguien que una vez fue importante para ti, incluso si es tu propio padre –miro a Ren y cambio la mirada ligeramente a la Princesa –o tu hermano.

–Yo no voy a dudar… como talvez lo haga la Princesa. Vengare a mi gente y a mi madre.

–La Princesa me tiene a mí, como su protector es mi deber acabar con cualquiera que intente lastimarla.

–¿Qué fue lo que paso con tu madre? –pregunto la Princesa para aligerar la atmosfera, pero solo lo hacía para evitar el tema de la muerte de su hermano. Ella no quería matarlo a pesar de todo el daño que ha causado aún era su hermano.

–Raiden… –pronuncio el nombre de su padre con un odio profundo –era un guerrero diestro tanto en la espada, así como manipular el rayo la gente del pueblo lo respetaba, pero solo era una maldita máscara que se quitó esa noche. La masacre que cometió con todos los que confiaban en él, lo convirtieron en bastardo más asqueroso que haya conocido y, para mi mala suerte es mi padre –esa sería la última vez que le diría padre, ahora solo es una escoria que merece morir como lo que es. –Aquella noche cayeron ataques elementales sobre nuestras instalaciones en todas direcciones.

Mi madre envío a varios hombres a investigar los ataques, pero solo se escuchaba el ruido del rayo impactando, las maldiciones pronunciadas de los hombres que caían derrotados. Las llamas cubriendo todo, reduciéndolo cenizas podía escuchar las voces de los hombres diciendo que mataran al traidor y resguarden a mi madre, pero todas cesaban.

Mi madre me escondió en lugar desconocido y me noqueo, pero pude escuchar el grito ahogado de ella al morir. Cuando desperté todo está destruido encontré el cuerpo de mi madre sin vida, no pude hacer nada para protegerla afuera era igual varios cuerpos inertes sobre el suelo manchado de sangre. Busqué el cadáver de ese bastardo, pero no lo encontré.

Pensé que lo habían capturado desde, ese entonces me dediqué a entrenar para seguir los ideales de mi madre y de mi gente. Me interne en el bosque para volverme fuerte, incluso una manada de lobos se me integro –exhaló –aunque solo era por mis cacerías, pero poco a poco me fueron aceptado cono parte de ellos.

–Por eso te apodan el Lobo del Rayo –interrumpió May.

–Si. Mis técnicas y movimientos se basan en ellos. Pero como sea Raiden es mi presa así que no intervengan.

–Dudo que puedas montar tu caballo, debemos ir al clan…

–Te escuche –lo interrumpió –el rumor se ha extendido por todo el reino no es necesario ir al clan del Viento, deberíamos ir directamente a la capital para acabar con esto.

–Te dijimos que no es posible, nos estamos apoyando en ley. En dos semanas la Princesa cumplirá dieciocho, podrá reclamar el reino.

–En ese caso deberíamos ir directamente –opino May.

–No… Zen también lo sabe por lo que enviara a sus mejores soldados disponibles para acabar con la Princesa. De esa manera esta vulnerable y será más fácil para nosotros atacar.




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