El Reino De Los Cinco Elementos

CAPÍTULO 38

Ren estaba frente a su padre, pero ya no lo consideraba de esa manera en su mirada claramente se reflejaba el desprecio hacia el hombre frente a él. La princesa y los demás se quedaron distantes solo se limitaron a observar el combate que se avecinaba entre ellos, pues a Ren no le importaba su estado actual. Solo quería acabar con Raiden.

Ren inclino levemente su cabeza, cerrando sus ojos, apretando sus puños –no puede permitir –sus palabras eran frías como si un glaciar se encontrara en su interior –que estés frente a mi como si nada. Debes ser eliminado.

–Entonces continuemos donde nos quedamos. Hijo.

–Ren no puedes luchar, apenas te has recuperado de tu herida –musito la señora Eva.

–No me importa… no pienso esperar más –desvaino su espada cubierta con su elemento de rayo.

Raiden hizo lo mismo ambos lanzaron los elementos de sus espadas. Empezando su batalla, Ren a pesar de no estar recuperado completamente llevaba la pelea bien, aun así, ese esfuerzo era una gran carga para él debía coordinar perfectamente sus movimientos en cada ataque o defensa a fin de evitar que su herida se vuelva abrir.

–Ren… está llevando bien este combate –hablo Lina.

–Aun así, fue una imprudencia que luche estando herido –exclamo May –no cabe duda que es un idiota.

–Tranquilos. Si algo llega a pasar voy a interferir de inmediato –hablo John, miro a los cinco subordinados de Raiden tendidos en suelo apenas podían moverse.

El combate se iba poniendo más intenso el chirrido de las espadas chocar y los rayos dispersándose al hacer contacto moviéndose a gran velocidad. Se separaron un instante y nuevamente volvieron a luchar, sus destrezas eran impresionantes cada golpe ya sea de la espada o cualquier parte del cuerpo.

Los rayos a su alrededor se elevaban chocando y dispersándose por todo el lugar, sus ataques eran retenidos por ellos en forma de equis donde sus miradas se cruzaron y un rayo salió de ellos hacia el cielo que los arrojo a ambos en lados contrarios.

–Esferas de rayo –Raiden contrataco rápido.

Ren al verlo las comenzó a esquivar cada una, pero los ataques de Raiden continuaban no dejaba atacar a Ren quien guiaba los ataques evitando que golpeasen contra la mansión y lastime a los niños, aun así, no era necesario John la Princesa o cualquiera de sus aliados podrían defender la mansión.

–Su padre no le da oportunidad de atacar –enuncio la señora Eva. Ren seguía esquivando las esferas, pero un dolor apareció haciendo que se centre en él y no en el combate. Coloco su mano donde lo atravesaron era claro que su herida se había abierto, lo cual su padre Raiden aprovecho moviéndose rápidamente se acercó y le dio un ataque con su espada elemental haciéndolo elevar con el aire.

–Esferas de rayo –levanto su espada y varias esferas aparecieron alrededor de Ren que lo golpearon directamente –Gran trueno –Raiden continuo su ataque, un enorme rayo cayó del cielo impactando contra el suelo. El polvo y humo negro se elevaba de ahí –Eres muy resistente hijo. Pero ya estás en tu limite pronto acabara todo.

El humo y polvo se levantaba dejando ver a un enorme lobo de rayo cubriendo a Ren quien estaba hincado con varias rasgaduras en su ropa sangré salía de cabeza cayendo por su frente al igual, de su herida que el hacía presión.

Raiden camino hacia él y hablaba –no cabe duda que eres muy fuerte hijo. Si hubieras elegido aliarte conmigo y el Príncipe Zen no tendrías este final –su espada se envolvió de rayo lentamente John al verlo dio un paso empuñando su espada.

–NO INTERFIERAS –ordeno Ren deteniéndolo –no se atrevan a interferir, esta es mi batalla.

–El honor de un guerrero, eso es admirable. Pero eso no te va a salvar –lanzo su espada elemental.

Ren salto para esquivarlo aun cubierto por su técnica –esferas de rayo –Raiden volvía a atacar la técnica de Ren lo protegía a la vez que destruía varias esferas.

–Esto se acabó –Raiden apareció frente a él, Ren estaba a su merced –Gran Trueno. Esferas mortales –su ataque golpeo de lleno a Ren quien salió disparado contra el suelo dejando una gran marca en él. –Impresionante… en el último momento fortaleciste tu técnica y no solo eso también creaste esos pequeños lobos de rayo para interceptar mis esferas.

Ren estaba tendido sobre el suelo sin poder moverse, su cuerpo estaba temblando. Sus amigos estaban sorprendidos y en pánico sabían que Ren ya estaba en las ultimas, aun así, no podían intervenir en el combate, pero alguien apretaba fuertemente la empuñadura de su espada. 

–Ren… te lo diré por última vez. Únete a mí y gobierna conmigo y descubrirás que ese es el camino, es el único camino que existe. Las personas solo buscan ser sometidas por eso eligen a gobernantes estúpidos, gobernantes disfrazados de ovejas. Nosotros no somos así, nos mostramos tal y como somos y ejercemos nuestro poder sobre ellos. –Raiden se detuvo al lado de su hijo apuntándolo con la espada –ahora dime, ¿Cuál es tu respuesta?

Ren mostraba los dientes notando más su furia –ya sabes mi respuesta, prefiero morir a ser un miserable como ustedes. Yo no seré una escoria.

–¡Que lastima! Entonces muere.

–REN… –la voz de May se escuchó quien se lanzó hacia delante espumando su espada, al desvainarla lanzó una ola de fuego que fue a gran velocidad haciendo retroceder a Raiden. Quien estaba sorprendido ese ataque era mucho más fuerte de lo esperado.




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