El Reino De Los Cinco Elementos

CAPÍTULO 44

Seguían avanzando en la carroza en dirección al clan del Viento se encontraron con una pequeña aldea no había nadie en la zona todo era un completo silencio a medida que se internaban dentro, no había rastro de algún ser vivo el único sonido eran las ruedas crujir contra el camino de piedra formando una superficie plana.

Se notaba la habilidad de las personas de esta aldea, la manipular el viento John miraba la aldea y noto algunas sombras que desaparecían en las esquinas y callejones. Detuvo a los caballos y bajo, May le pregunto –¿Qué haces John?

–Basta ya. Salgan de una vez –su voz era suave, pero ordenaba.

Varios ataques de viento salieron de todas las direcciones directo hacia la carroza rápidamente formo una barrera impactándose contra ella –suficiente, niños. Nosotros no somos sus enemigos, no les haremos nada –dijo John.

–No les creemos –se escuchó la voz de uno de los habitantes de la aldea, parecía más la de un adolescente –márchense o, aténganse a las consecuencias.

La Princesa bajo de la carroza –por favor, solo queremos llegar al clan del Viento para pedir su apoyo.

El muchacho que respondió se asomó ligeramente para ver a la chica –usted… usted es la Princesa –dijo asombrado y ella le respondió que sí. El muchacho salió y se presentó como Derek asegurándose que ninguno de los presentes era peligroso, dio la señal al resto de sus amigos para salir la mayoría de ellos apenas eran niños entre los seis y doce años solo pocos, parecían tener la edad de Derek.

–¿Qué fue lo que ocurrió aquí? –pregunto May.

Los niños bajaron el rostro con una mirada triste sus ojos se comenzaron a cristalizar y lágrimas rodaban por sus mejillas al notar la reacción de los niños pequeños intervino –discúlpenme no hace falta que lo digan –pronuncio May.

–Fue hace dos días –respondió Derek con odio en su voz –cuatro sujetos aparecieron y nos atacaron sin motivo.

John y Ren caminaron alrededor de la calle notando un pequeño indicio de una de las paredes –¿Cómo eran esos sujetos? –pregunto Ren mientras examinaba una mancha en la pared. Y miro a John quien también examinaba aquella marca.

–Uno de ellos tenía el uniforme de un General manipulaba el viento –contesto Derek. –Carl… –interrumpió John. May y la Princesa cambiaron su rostro a uno de sorpresa. –¿Y los otros?

–Los otros tenían otro tipo de uniforme, no parecían Soldado, pero llevaban emblemas de Dragones en su vestimenta. Atacaron sin piedad, nuestros padres los enfrentaron desgraciadamente no pudieron hacer nada contra ellos. Yo… –su voz se entrecorto y apretó fuertemente su puño –yo trate de salvar a las personas en especial a los más pequeños, pero muchos murieron.

–Carl y tres miembros del Escuadrón Dragón –intervino John –ellos atacaron esta aldea, además intentaron realizar la Desintegración Elemental.

–¿¡Qué!? –dijeron al mismo tiempo las chicas al igual Derek.

–Tal como lo escuchan –emitió Ren caminando hacia ellos esa marca de allá, señalo la mancha en la pared –es señal de que intentaron realizar esa técnica. ¿Qué elementos usaban sus atacantes? –pregunto Ren.

–Agua, Fuego, Rayo y Viento –respondió Derek.

–Interesante. Natalia no participo en esto. ¿Qué raro? Hay tan sanguinaria como ella dejo pasar esta oportunidad.

–¿Qué quieres decir? –pregunto May.

–No sabes quién es Natalia. Ella es un ser sin corazón, masacro a todo un pueblo sola en el Reino de los Pájaros –movió la cabeza mirando el lugar –pero me extraña que no participara en esto.

–No me importa sus razones, solo me importa proteger a mi gente –dijo Derek mirando a los niños que estaban con él.

–Entonces dado que no somos enemigos, nos dejaran pasar –dijo May.

Derek sonrió –por supuesto. Princesa por favor recupere nuestro reino. –el resto de sus amigos también repitieron esas palabras. Ella asintió jurando que lo iba hacer.

Siguieron el camino dejando atrás la aldea sus últimos residentes se perdieron de la vista, ocultándose para sobrevivir mientras avanzaban –Hay que matar a esos cuatro –soltó como si nada Ren –esos actos no pueden quedar impunes.

–Tal vez tengas razón –soltó John.

Las chicas respondieron sorprendidas –¡Que!

–Ren tiene razón en que debemos acabar con ellos, no solo por el hecho de cometer esas, atrocidades también por el hecho de usar una técnica que fue prohibida. Si lo dejamos como vida es probable que lo continúen haciendo.

–Esta decido –comento Ren –en el próximo combate. Hay que matarlos.

Natalia y su equipo estaba localizados en una gran montaña rocosa cruzando un puente sobre un río con aguas enfurecidas a gran profundidad todos estaban allí esperando por sus oponentes para, dar inicio a una de las más grandes batallas que tendría en sus vidas. La fuerte brisa de la montaña sacudía sus ropas y sus cabellos iba en su dirección.

Saco de catalejos y enfoco en dirección al camino solo se miraba los arboles del bosque en los costados, aún no había señal de sus oponentes siguió observando y noto a los caballos arrastrando la carroza. John tirando de las riendas, Cinthia a su lado May y Ren en cada esquina faltaba poco para que llegaran al puente.




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