El Reino De Los Cinco Elementos

CAPÍTULO 54

Todos los presentes estaban aterrados los cinco Dragones legendarios frente a ellos y al igual que las leyendas y las historias que sus padres les contaron tan solo con su presencia infundían temor. Sus cuerpos no paraban de temblar, el sudor por sus frentes no cesaba, ni siquiera Zen les había provocado tal sensación.

–La Perla –dijo uno de los Soldados –están aquí por la Perla.

–La Perla… –emitió otra persona y todos comenzaron a murmurar.

Nadie sabía sobre la Perla, para ellos no era más que una leyenda –no hay opción… debemos luchar –propuso uno de los líderes de la resistencia, del clan de la tierra. Todos a su alrededor se sorprendieron por esas palabras.

–Estás loco –emitió un Soldado.

–Nuestros poderes, provienen de ellos –dijo otro Soldado señalando a los Dragones volando sobre ellos.

–De todas formas, nos van a destruir. El reino se sumergió en el caos, permitimos muchas injusticias y ni siquiera fuimos capaces de buscar la Perla para apaciguar su ira. Por lo menos demostremos que tenemos un alma guerrera para sobrevivir.

–Estoy contigo –dijo uno de los miembros de la resistencia. Y de uno en uno todos se fueron uniendo para dar la última batalla.

Cuando se iban a lanzar al ataque se escuchó la voz de la Princesa –Alto –venia acompañada de sus amigos, los presentes trataron de convencerla para luchar por la supervivencia de la humanidad, pero ella se negó decía que no era necesario una batalla contra los Dragones.

–Pero… ni hemos encontrado la Perla –dijo uno de los presentes.

–La Perla está aquí –pronuncio Lydia.

Todos estaban confundidos.

Los Dragones bajaron hacia la Princesa Cinthia mientras los demás se alejaban de ellos. La rodeaban parecían felices de estar con ella.

Cinthia los miraba con ojos de amor y una sonrisa en el rostro y el aura dorada inundaba su cuerpo cada vez se hacía más intensa y se expandía. Los presentes estaban boquiabiertos, los Dragones se comportaban como niños pequeños al lado de la Princesa, pero lo que más les llamaba la atención era el aura que ella desprendía del mismo modo que los Dragones.

Los Dragones comenzaron a enviar sus auras hacia la de Cinthia se estaban uniendo formando una densa luz formándose una esfera que abandonaba la tierra y se elevaba al cielo.

–¿Qué sucede? –pregunto Ren.

–Finalmente va a renacer –dijo Lydia.

–La Perla… La Perla va a renacer –dijo Sorel.

May observaba como la esfera de luz se elevaba –entonces la Princesa siempre fue la Perla, estuvimos con ella todo este tiempo y no lo sabíamos.

La luz de la esfera se condensaba y aprecio una Perla dorada los Dragones la rodeaban. Se escuchó un chasquido, la Perla se rompía –la Perla se rompe –dijo uno de los miembros de la resistencia.

La Perla se rompió dejando a todos atónitos y de la luz que aún estaba presente salió un gran Dragón dorado que se elevaba por los cielos, con los cinco Dragones que lo seguían en forma de espiral parecían que bailaran llenos de felicidad.

–No era el renacer de la Perla, sino de este Dragón –comento Sorel.

El Dragón dorado descendió hasta los presentes y con ellos los cinco dragones restantes eran más pequeños que él –han luchado con valentía –dijo el Dragón dorado no obstante la voz que se escuchaba era de la Princesa, era mucho más suave con un toque divino –a pesar de todo el caos, siempre mantuvieron la esperanza dentro de sus corazones.

Dragón Negro –mantuvieron por mucho tiempo la paz, pero dejaron que los oprimieran.

Dragón Verde –un poder superior es suficiente para oprimir a los demás, pero el verdadero poder nacer para proteger. Algo que olvidaron…

Dragón Rojo –a pesar de eso, el fuego de la esperanza nunca desapareció de sus corazones.

Dragón Azul –pero consiguieron redimirse… para lograr su meta común.

Dragón Blanco –vivan sus vidas felices. Que nosotros lo haremos del mismo modo con nuestra madre.

La última palabra dejo con la boca abierta a todos –¿Madre? ¿Qué quieres decir? –pregunto Lydia.

El Dragón Negro la miro –oh… tu eres descendiente de Derek, el hombre a quien le mostramos la visión.

–El motivo por el cual les entregamos nuestros poderes a ustedes era para liberar a nuestra madre, que había sido aprisionada por el Dios Supremo. Él ya no creía en ustedes e iba a destruirlos por completo, nuestra madre se interpuso y acepto un trato con Él para salvarlos –dijo el Dragón Blanco.

–Nuestra madre nos dio la orden de dejar solo la tercera parte de sus antecesores –comento el Dragón Rojo –si les concedimos nuestros poderes con el fin de que nuestra madre renaciera.

–Ella se había desintegrado a sí misma para renacer en una persona virtuosa, que pudiera controlar todos los elementos –hablo el Dragón Azul.

–Pero en el paso de los años solo aparecieron personas que solo podían dominar un o dos elementos, cuando llego ella lo supimos. Ella era nuestra madre su corazón era virtuoso lleno de bondad –concluyo el Dragón Verde.




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