El Reino De Los Hechiceros

Capítulo V

En ese entonces al salir de nuevo con mi uniforme de diario, todos me veían raro pero no hablaban, que tendría que haber dicho el para que todos siquiera no me dirigieran ninguna palabra, al parecer Orlando si se había encargado de todo, había hablado seriamente con Ulises, sin saberlo el empezó a ser cercano a mi desde ese instante, me lo encontraba cuando salía de él departamento e incluso me pedía historias de aquel mundo del que solía mencionarle, no tenía mucho que contarle, Ónix era el que se sentía verdaderamente feliz de narrarnos historias que cuando yo estaba sola no decía.

—no se como me convencieron para esto —exclamo caminando con ónix en mi hombro en forma de lechuza blanca y Orlando señalando los inmensos arboles del parque—es de noche.

—también es el momento perfecto para ver grotescos y espectros —añade Ónix.

— ¿no era que no te agradaba?

—me encanta poder hablar con alguien mas que no sea tu padre o tu —asiento, Orlando se posa en frente de la fuente, dejando ver como le queda bien el mono deportivo gris con el buzo color mostaza el cual resaltaba su figura atlética.

—entonces podre verlos ¿los trajiste? —asiento sacando de un bolsillo un estuche con unos lentes, este, la toma de mi mano y al sentir su toque mi piel se eriza, este lo nota porque me mira a los ojos por un momento y yo alejo mis manos.

—¿tienes lo que te pedí? —pregunto y este me pasa un bate, lo tomo para empezar a concentrar mi energía en el y engullirlo completamente por unos minutos—esto bastara, tiene una cantidad considerable de energía maldita, podrás defenderte si aparece algún ser sobrenatural —señalo una banca—yo me quedare por acá y Ónix te acompañara —este asiente, para pasar entre las personas y alzar el brazo para que Ónix vuele a él.

Suspiro al verlos lejos, sabía que Ónix lo protegería de cualquier cosa y él podría alimentar su curiosidad sobre el Reino Oculto, de cierta manera era tranquilizador saber que alguien mas sabia de mi situación y no lo viera de mala perspectiva sino como un escenario interesante a investigar, a lo lejos siento como ligeras ondas de energía desaparecen, Ónix me había enseñado a percibirlas ya que mis sentidos eran sensibles en ciertos puntos.

—ya vieron algunos —al alzar la mirada entre las personas que deambulaban en el parque, veo que un chico pelirrojo ve hacia la dirección en donde se fueron Ónix y Orlando—no sabía que había hechiceros por estos lados —abro los ojos sorprendida al escucharlo—seguro esa fue la razón de la punzada de energía que sentimos horita —ve hacia un lado y una chica morena asentía.

Me levanto inmediatamente al verlos caminar por donde se fueron Orlando y Ónix, miro hacia todos lados y lo único que se me ocurre es buscar el celular y marcarle a Orlando, al sentir el sonido del teléfono detrás de mi salto del susto y este me observaba confundido.

—dios! Me asustaste —digo tomando mi pecho para guardar el celular—hay hechiceros cerca —susurro en el oído de Orlando.

—lo sé, Ónix me lo dijo —observo para todos lados buscándolo.

—¿Dónde está? —señala hacia arriba.

—Arriba —respondió, señalando hacia el cielo.

Ónix estaba haciendo su reconocimiento. Orlando pasó su mano sobre mi hombro, y me sobresalté ante el gesto, más por lo que sentía en mi estómago que por el contacto mismo.

—¿Qué, que, haces? —pregunto claramente sonrojada y este me ve cerca del rostro con los lentes, haciendo que mi corazón bombee varias veces duro.

—solo finge que tienes algo conmigo, no se te acercaran así —veo hacia otro lado cuando me fijo que el pelirrojo de antes nos observaba, sonrió en posición a él.

y Orlando me sonrió, sin perder la compostura.

La tensión se alivió un poco, pero en el fondo sabía que aún estaba siendo observada. Caminar juntos, como si fuéramos una pareja, fue una estrategia que funcionó. Y en el proceso, algo cambió. Algo en mí, y algo en él.

Esa misma noche me dejo enfrente de mi edificio donde Ónix nos alcanzó después y se fue a pasear otro rato con Orlando, después de allí, mi padre no tardo mucho en darse cuenta que Orlando sabia cosas, ya que me acompañaba todas las veces posibles a entrenar cuando él no tenía práctica, y la cercanía poco usual que tenía con él, confirmaron sus sospechas, llevándolo a tener sus usuales platicas que lo dejaban todo moreteado, pero Orlando no se rendía. Isabella también fue una de la cuestiono nuestra amistad tan repentina que teníamos, el ya sabia que ella no tenia conocimientos de lo que ocultaba, así que fingía solo que nos llevábamos bien y ya, sin sentir el flujo del tiempo ya habían pasado tres años, donde nos unimos más, donde él se volvimos más cercano, donde ocurrieron muchas cosas, donde el se aseguro de protegerme con su vida, una decisión que tomo. Ya era hora de la universidad y este ya tenia una beca deportiva a una mientras yo seguía insegura, quería dibujar para un estudio, personajes, o caricaturas, pero el ir lejos para mis padres no era una opción.

—¿y tu hermano Winnie? —pregunta Orlando acostado en mi cama acariciando a Ónix en forma de perro, mientras yo había sido desplazada a una silla de mi cuarto.

—aún sigue en el extranjero, desde los nueve mis padres lo han dejado viajar solo a muchos lugares —le comento y este asiente viéndome desde la cama—tiene tanta suerte, es muy inteligente y puede ir donde él quiera.

—seguro que sí, yo también dentro de poco tendré que irme —me ve— vete conmigo y trae a Ónix, me sentiré más seguro si estás conmigo —niego.

—no puedes vivir tu vida procurando que la mía este a salvo —el abre la boca para hablar, pero yo sigo—se que le hiciste una promesa a mi padre, pero... yo quiero que sigas tus metas sin la angustia de tenerme.

—no eres ninguna angustia, me gusta estar con ustedes —se levanta y se agacha enfrente de mi tomando mis manos sobre mis muslos—me siento mas fuerte y capaz cuando estoy contigo, tenerte solo haría realidad... —niega—solo quiero que estés a mi lado Winnie —apoya su cabeza en mis muslos, trago en seco sintiendo que mi corazón late fuerte, con una mano temblorosa acaricio su cabeza.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.