El Reino Mágico de Nordhaven

La revelación de la profecía

En el centro del altar de obsidiana, el Fragmento del Alba comenzó a brillar con una intensidad cegadora. Sylas, impulsado por la necesidad de detener este poder, avanzó y empujó su espada hacia el altar, intentando destruir la piedra que causaba el flujo de energía oscura. Sin embargo, justo antes de que lo lograra, una explosión de luz lo lanzó hacia atrás.

De entre la luz resplandeciente surgió una figura: Ingrid, la anciana sabedora de los secretos arcanos y quien había sido una guía para Elara y sus guardianes.

—Sylas, no lo hagas, —dijo Ingrid, su voz firme y llena de conocimiento.

Sylas se levantó, tambaleándose por la fuerza de la explosión, y miró a la anciana con incredulidad.

—Ingrid, ¿por qué estás aquí? ¡Debemos destruir este altar, es la fuente del mal que ha invadido Nordhaven!

Ingrid no vaciló. Avanzó hacia él, con la sabiduría de los años pesando en su mirada.

—Este altar no es solo la fuente del mal, Sylas, es la fuente de la prueba final. Si lo destruyes, sellarás el destino de todos... y ese destino puede ser mucho más sombrío de lo que piensas. El fragmento es más que solo poder. Es el vínculo entre lo que ha sido, lo que es y lo que será. Lo que está en juego no es solo Nordhaven, sino el equilibrio del mundo.

Sylas la miró, desconcertado.

—Ingrid... —dijo con voz grave—. ¿Qué sacrificio? La Sirena habló de Elara, de ella como la clave, pero... ¿Cómo puede ser? Ella es la luz, ella es la esperanza. No entiendo.

Ingrid sonrió con tristeza.

—Lo que La Sirena dijo tiene parte de verdad, pero solo una parte. Elara es la clave, sí, pero no de la manera que piensas. Ella no es el sacrificio, Sylas. Ella es el sacrificio potencial. La profecía ha sido malinterpretada por muchos, pero como todos los profetas, nos han dejado pistas... mal entendidas. Nadie sabe realmente lo que significan las palabras antiguas hasta que se enfrentan a ellas.

Sylas sentía una presión en su pecho, el peso de las palabras de Ingrid cayendo sobre él como una avalancha. Pero Ingrid, con su tono tranquilo, continuó.

—La profecía habla de equilibrio, Sylas. El balance entre luz y oscuridad, entre el sacrificio y la salvación. Elara, por su naturaleza, es el hilo que conecta ambas fuerzas. La oscuridad que ha sido sellada en las profundidades del mar, y que ahora comienza a ascender, busca consumir el mundo. Pero para que este mal sea contenido, alguien debe abrazar la oscuridad. No destruirla, sino comprenderla y sellarla. Ese es el sacrificio.

Sylas parpadeó, tratando de comprender.

—¿Y cómo se supone que Elara haga eso? No... No puedo permitir que ella... —dijo, su voz quebrada por la preocupación y el miedo.

Ingrid lo miró, su rostro una máscara de comprensión.

—Elara no está destinada a ser destruida, Sylas. Ella es la elegida para traer el equilibrio, pero ese equilibrio solo se puede lograr mediante el sacrificio personal. Elara no tiene que dar su vida. Tiene que dar algo aún más importante... su alma, su pureza, su conexión con la luz. Ella debe enfrentarse a su propia oscuridad, comprender que la verdadera luz solo puede surgir de la oscuridad que se ha aceptado, no eliminada.

Sylas dio un paso atrás, su mente en un torbellino. Pensó en todo lo que había vivido con Elara, en su pureza, en su bondad. Pensó en su sonrisa, en su amor por el reino, en la forma en que ella había protegido a los inocentes desde el primer momento que se conocieron.

—¿Cómo podría... cómo podría Elara aceptar eso? Ella... ella nunca lo haría.

Ingrid asintió, su expresión solemne.

—Es difícil, lo sé. Nadie quiere enfrentar esa verdad. Y Elara aún no está lista. Pero eso no significa que no lo haga. El destino, Sylas, no siempre es lo que queremos, sino lo que necesitamos. Y a veces, los sacrificios más grandes vienen de los corazones más puros. Tú has visto su fortaleza, su valentía, su amor por todos. Pero la verdadera prueba de Elara será la aceptación. Deberá ser ella quien decida si quiere convertirse en la figura que puede traer equilibrio o si sucumbirá a la oscuridad. Esa será su elección final.

Sylas sintió una punzada de dolor en su pecho. ¿Cómo podía decirle todo esto a Elara? Ella lo miraba a él como su protector, como alguien en quien confiaba ciegamente. ¿Y ahora Ingrid le pedía que le dijera que su destino era mucho más grande y terrible de lo que ella podía imaginar?

Ingrid, observando la lucha interna de Sylas, suavizó su tono.

—Pero no todo está perdido. Hay esperanza. Si Elara puede aceptar este desafío, entonces ella no solo sellará la oscuridad, sino que la transformará. Su sacrificio no será la muerte, sino la aceptación de que solo a través de la unión de luz y sombra puede nacer una nueva era para Nordhaven. Esta es la batalla de su alma.

Sylas asintió lentamente, sintiendo el peso de lo que Ingrid le decía. El futuro de Elara, el destino del reino, todo descansaba ahora sobre las decisiones de una sola persona.

—Entonces... ¿cómo nos preparamos? ¿Cómo puedo ayudarla a prepararse?

Ingrid sonrió con una ligera tristeza.

—No hay mucho que puedas hacer, Sylas. Solo estar allí para ella, apoyarla en cada paso. Pero recuerda esto: La oscuridad no es un enemigo que se pueda destruir. Solo se puede comprender. Elara debe ver la oscuridad en sí misma antes de que pueda eliminarla. Ella, y solo ella, podrá sellar este mal.

Sylas respiró hondo, sintiendo una nueva resolución formándose dentro de él. Estaba listo para luchar, no solo contra las sombras externas, sino también contra las que acechaban en el corazón de Elara.

—Lo haré. No dejaré que pase sola por esto.

Ingrid asintió, su rostro finalmente relajándose en una expresión de esperanza.

—Entonces, es hora de prepararnos. La profecía se está cumpliendo, Sylas. Y con ella, el futuro de Nordhaven.

Mientras Ingrid desaparecía entre las sombras, dejando a Sylas solo con la pesada carga de la verdad, la madrugada comenzaba a asomar en el horizonte. El destino de todos parecía ahora más incierto que nunca, pero una cosa era segura: Elara enfrentaría su destino con una fortaleza aún más grande que antes. La oscuridad y la luz se fusionarían dentro de ella, y con ello, la batalla final comenzaría.



#4424 en Fantasía
#9615 en Novela romántica

En el texto hay: fuerza, unidad, amistad amigos familia

Editado: 06.04.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.