El lugar transmitía una sensación de tranquilidad y vida natural, por el verde césped del prado que se extendía hasta donde daba la vista pasaba la elegante carroza. Por delante se encontraban dos caballos montados por dos mujeres y más a la cabeza dos pegasos con los Paladines.
Su viaje estaba siendo más relajado de lo que Rosario y Eliseo esperaban, eso no era algo malo, pero como Paladines estaban acostumbrados a que cada misión que se les asignaba estaba llena de adrenalina y generaban anécdotas para contar.
De todas formas, ambos no podían descartar la posibilidad de que algo malo sucediera. –¿Aburrido hermano? –comenzó una charla casual la chica de orejas puntiagudas y blanco sombrero de bruja.
–Sé que debería agradecer la paz, pero no estoy acostumbrado. –Esa era su forma de camuflar que la respuesta era si–. De todas formas, te recomiendo no bajar la guardia, por esta zona habitan grupos de Mammalias. –Ella se refería a las gigantes bestias peludas con cuernos y caracterizadas por su agresividad.
Su hermano blanqueó los ojos. –Si –contestó vagamente–. También cuenta la leyenda de que hay un Espíritu Elemental de lava. Pero yo solo puedo ver una cosa. –Con su mirada el espadachín señaló a unas pequeñas criaturas volando por el aire, se trataba de pequeños caracoles con caparazones de cristal que reflejaban los colores del arcoíris y tenían alas blancas para volar.
Rosario no se lo tomó con gracia a diferencia de Eliseo que soltó una pequeña risa, en su lugar ella cambió su actitud fingiendo reaccionar de golpe. –Creo que he visto unos Mammalias, acompáñame para comprobarlo mejor. –Acto seguido ella se giró para observar a la guardia del Reino de Kereszt–. Subiremos un momento, ya regresamos.
La mujer de expresión seria y cabello amarillo azabache hizo un movimiento con la cabeza en señal de aceptación, los dos pegasos se adelantaron y abrieron sus alas para empezar a elevarse por los aires. Ambos Paladines se agarraron con mayor fuerza de las monturas.
Los dos son hermanos, fácilmente identificables como gemelos, se conocían muy bien el uno al otro incluyendo sus artimañas. –Ya nos alejamos lo suficiente, no creo que puedan oírnos. –Eliseo comprobó la altura y distancia con la carroza–. Ahora dime la verdad de porque inventaste esa excusa.
–¿Qué primeras impresiones tienes sobre ellos? –quiso saber ella–. Sobre este grupo de Planitis.
Sus superiores, las tres cabezas que dirigían el país de Szent, estaban realmente interesados en como los humanos fueron capaces de repeler un ejército decidido a exterminarlos. No había otra opción, tenía que haberse tratado de un tercer elemento externo el cual intervino por ellos.
El objetivo de ellos aquí no era solo protegerlos y guiarlos, si pudieron hacerle frente a un ejército de un país potencia no tendrían problemas con esas cosas. El motivo real de su presencia allí era recabar toda la información que pudieran sobre este tercer elemento.
Sin darse cuenta, el espadachín de capa blanca se mordió la uña del pulgar. –El que conduce me da malas vibras, no lo vi armado, pero diría que es un asesino. Y esa mujer de armadura distinta al resto, me da la sensación de correr en dirección contraria, sin duda es la más fuerte del grupo.
Un escalofrió recorrió el cuerpo de Rosario. –Saturno creo que es su nombre, sin duda emite un aura que da a entender que es la más fuerte de todos. No quiero ser mala, pero me cuesta saber quién ganaría entre nuestra líder y ella.
Medir la fuerza de un individuo era bastante complicado, unos guerreros podrían hacerse una idea del poder de otro guerrero, pero hasta no conocer su nivel exacto solo tenían estimaciones; similar a como un lanzador de magia podría distinguir el nivel de hechizo de otro.
En este caso los guerreros tenían grados de estimaciones para el poder de los demás, su superiora, la líder de la Orden de Paladines se encontraba en las puertas del Reino de los Héroes. Sin embargo, podía sentirse un mayor poder emanar de esta mujer Saturno, no sería un error decir que ella estaría por encima de su líder, dentro del Reino de los Héroes. Dicho de otra forma, Saturno debía tener un poder como mínimo de nivel 40.
–¿Y qué puedes decirme de la otra chica? Neptuno, como tú estás más especializada en la magia más que yo, podrías darme un mejor análisis. –Existían muchos requisitos para convertirse en un miembro de los Paladines, principalmente cada uno debía estar especializado tanto en la clase de Templario (guerrero) como de Vocero (lanzador de magia), pero siempre uno estaría más especializado en una de las dos.
Rosario apuntó sus ojos a la nada, pero su vista estaba concentrada en los recuerdos de su cerebro, ella pensó y buscó información dentro de su cabeza hasta encontrar la respuesta. –Ella usa una varita y un núcleo, no sabría decir que nivel de magia es capaz de usar. Aunque puedo asegurar que es el sistema que se usa en Caer-Compa.
–Hablando de eso, parecen humanos, pero no me dan esa impresión. Parecen demasiado fuertes como para serlo, y que una use magia ya lo confirma. Quizás sean otra especie hibrida o variante.
–Nosotros solo vimos a estos tres, sin duda parecen individuos sobresalientes. Aunque tres no son suficientes para derrotar a las fuerzas del Reino Carmesí: o tienen más seres de esa especie ocultos o poseen algún ítem o algo más poderoso y especial.
Eliseo empezó a preocuparse un poco. –Bueno, ya estuvimos demasiado tiempo arriba. Bajemos antes de que sospechen, en otra oportunidad seguimos.
Su hermana asintió con la cabeza y con un movimiento de sus pies le dieron la señal a los pegasos para que descendieran de regreso al suelo. –Ey –le llamó la atención su hermana mientras aterrizaban–. Cuando tengamos tiempo podemos escribirle una carta a nuestro hermano menor, quizás este necesitando ayuda con sus estudios en la academia.
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Editado: 27.06.2024