Capitulo Dos – Parte Uno: Café en un mundo Ahogado.

Arco: “Los Demonios del Bosque de Roble”

Resplandent Aldott Platinumheart.

El iluminado por la fe.

Las tierras que siembran concordia cosechan un gobernante sagaz.

Los resplandecientes hilos plateados protegen su intelecto audaz,

Por un tesoro mítico propuesto a realizar el viaje heroico

                                                  Da como resultado un conocimiento arcano.           

El “Cantar de los Cantares” oculta allí detrás.

Unos ojos negros con mil secretos cósmicos, que no revelara jamás.

Día 44 desde la llegada a Zemlya – Ster.

A pesar de que se trataba de mi habitación no podía tener la completa privacidad que tanto anhelaba, cada vez que Ludwig abandonaba el castillo para ocuparse de sus deberes en Kereszt le ordenaba a alguien que me sirviera hasta su regreso. El problema es que eso era muy literal y en este caso Rocco permanecía como una estatua de pie al lado de la puerta, a pesar de haber diseñado un avatar con apariencia humanoide mi especie es la de los espectros y como no muerto no necesito hacer cosas como dormir o comer.

     De todas formas, cuando cae la noche suelo venir a mi cuarto a relajarme, leer o escribir y era escalofriante sentir la mirada de alguien sobre mi espalda. A veces cuando me volteaba a la noche podía ver al Licántropo cambiar de posición su cabeza para fingir que no me estaba observando.

     Cuando un reloj empezó a sonar en la mesa de noche a un lado de la cama rápidamente lo apagué y aproveché ese momento para esconder mi diario debajo de la almohada. –Hora de otro día de trabajo –me dije a mi mismo, aunque en realidad no tenía muchas cosas para hacer.

     Observé al Vigilante de Área del Teatro. –¿Tienes ganas de desayunar? –al escuchar mis palabras la cola de perro color marrón que salía por debajo de su cintura empezó a sacudirse.

     –Si es lo que usted desea señor, entonces está bien.

     <Sí, claro. Lo que yo deseo>.

     Me levanté de la cama y rápidamente él se apresuró a traer mi ropa para que me cambiara, me saqué el pijama de lana que usaba y Rocco dejó sobre las colchas una túnica distinta a la que suelo usar siempre, esta era de color negro junto a líneas y el logo del clan en el centro de color blanco.

     –Entonces vayamos con Lola, a ver que tiene para el desayuno.

     –Ella siempre tendrá lo que usted desee señor.

     –De todas formas, es más lindo cuando me sorprende –dije casualmente esas palabras, pero las orejas de perro sobre su cabeza se levantaron como si encontrara un valioso tesoro.

     El Licántropo vestido como director de orquesta se colocó delante de mí para abrir la puerta y dejarme salir primero al pasillo, a mis espaldas pude escuchar la puerta cerrarse. El pasillo blanco puro, decorado con caros jarrones y pinturas estaba rodeado por unas ligeras nubes rosadas. 

     Los dos nos pusimos a caminar hasta el comedor <A pesar de que tengo trabajo, este es autoimpuesto. Los NPCs se encargan de casi todo y no me dejan margen para hacer cosas, de todas formas, prefiero aburrirme aquí que salir afuera. No sé porque tengo de sensación de que algo malo pasaría si dejo el castillo>.

     En realidad, creo que sí tenía una explicación para esa sensación, el edificio en el que vivía en el mundo ahogado no era muy seguro que digamos, especialmente el piso donde estaba mi pequeño departamento y los pisos aledaños. Debido a todo ese conjunto de malas experiencias cada vez que abandonaba mi casa tenía el feo presentimiento de que iban a entrar a robar, y encima no permitían tener mascotas como para asegurarme de que alguien cuidara la casa, aunque tampoco creo que podría haberla mantenido.

     <Supongo que eso es algo bueno, ya considero a este lugar como mi hogar> mientras pensaba y caminaba observé a Rocco a mi costado <Pensando en trabajo, él no solo debería ocuparse innecesariamente de mí. Tiene varios subordinados de los que encargarse> tomé aire. –Oye.

     –Diga mi señor.

     –¿Qué pasa con los miembros de la Orquesta Sinfónica de Metales? Están bajo tu cargo, pero tu estas aquí.

     –Ay no se preocupe por eso. –La forma en la que dijo eso sumado al gesto de su mano para que me tranquilizara me dejó sin palabras, me recordó demasiado a mi forma de actuar con mis amigos–. Imagino que estarán en sus habitaciones, pero deberían despertarse pronto. Les deje como encargo practicar unas melodías y que descansen cada cuatro horas.

     <No sé cómo funcionara para los Licántropos, pero me parece que es mucho tiempo de esfuerzo, más tomando en cuenta que no son de niveles altos>  de todas formas valoraba esa sinceridad, me gustaba mucho. –Esta bien. Después podemos ir a supervisar eso.

     Aunque no podía verlo si podía escuchar otra vez el movimiento de su cola en el aire que expresaba su alegría. –Le daremos la mejor demostración de todas, digna de usted. Bueno, no tanto, eso es imposible, pero sí que le sea equiparable.

     –Okey, okey. –Ahora yo le hice el movimiento con la mano para que se tranquilizara a la par que tenía una sonrisa ligeramente incomoda por toda su emocion. Al final de cuentas eso no era su culpa, yo lo programé así.

     Los dos llegamos al comedor, pero antes de poder mover un musculo, si es que tengo, Rocco se adelantó en frente y abrió la puerta por mi otra vez. El interior del lugar se encontraba vacío todavía <Es bastante temprano, los demás deberían estar recién despertan…>.