La enorme sala estaba rodeada de una oscuridad que parecía absorberlo todo, que los pisos sean negros no ayudaba. Lo bueno es que enormes caballeros golems estaban formados simétricamente por detrás de la alfombra roja y sostenían antorchas que ayudaban a iluminar un poco la zona.
Aun así, el ambiente sombrío quedaba perfecto para los dos demonios presentes y arrodillados en frente del enorme trono dorado con forma de la mitad superior de un sol donde me encontraba sentado.
<Sé que si Ludwig estuviera presente no le molestaría que este en su cama, de todas formas prefería hacer esto en la sala de reuniones. Pero sabiendo que ninguno de los dos iba a querer sentarse en las sillas esta era mi segunda mejor opción>.
Como les había dicho cuando los visité en la mañana, iba a volver a llamarlos y así lo hice. Los Vigilantes de Área del Observatorio y la Tesorería se encontraban presentes y sin decir una sola palabra, estaban totalmente atentos a lo que salía de mi boca.
–Hay varias aldeas pequeñas que rodean el Bosque de Roble Lunar y junto a Auron les hicimos un pequeño mapa para que vayan a ellas. Irán Physs Cuss junto a sus subordinados y Arian, yo no iré. Tengo cosas de que encargarme. –Realmente eso era una mentira, la razón por la que no quería ir era para hacer un experimento, de que realmente podía confiar en los NPCs.
El demonio con enormes senos y ojos con corazones dentro levantó la mirada. –Pero mi señor –habló gimiendo, aunque se detuvo cuando hice un movimiento con mi mano.
–Confió en ustedes, van a alimentarse. Y Arian va para despejar su mente, aunque también servirá como un apoyo por si ocurre algo inesperado.
El protector de la tesorería agarró celosamente el arma de su creador. –Muchas gracias por confiar en mi para esta tarea señor.
Repentinamente los sucesos que pasaron en la Ciudad Perdida vinieron a mi cabeza como un golpe. –Sin embargo, sean muy cuidadosos. Si por cualquier motivo llegan a encontrarse con una persona de cabello negro y blanco, o con una espada cuya hoja parece un cielo nocturno estrellado entonces huyan inmediatamente. No deben enfrentarse a esa persona, si es necesario sacrifica a tus subordinados para ganar tiempo Physs Cuss; utilicen el espejo mágico para regresar aquí de inmediato.
Por un segundo el lujurioso Monarca del Averno parecía estar a punto de decir algo, aunque se retractó rápidamente. –Sus órdenes son mi voluntad Rey Soberano de la Ruina.
<De todas formas no quiero que piense que son desechables> fingí toser. –Obviamente no es necesario que sacrifiques a todos, pero revivir a tres de ellos que son nivel 30 es más barato que a un nivel 70 como tú. –Mi vista cambió hasta Arian–. Y ni hablar de un nivel 90.
–Si señor –dijeron ambos al unísono.
–Pueden retirarse, los veré en cinco días. Y espero que tengan buenas noticias.
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Después de que la puerta se cerrara detrás de ellos ambos Monarcas del Averno empezaron a caminar por los corredores del Noveno Nivel para regresar al suyo, les quedaba preparar todo para salir. Pero a diferencia de cuando entraron ahora tenían dos cosas que antes no, cada uno tenía un espejo de mano plateado, un ítem de comunicación que al activarse los traería de regreso; junto a un mapa que Arian tenía en su mano.
Pero el tema del viaje era lo que menos les importaba a esos dos en este momento, sus ojos se centraron en un grupo de sirvientes Ninfas limpiando algunos caros jarrones. La voz de Physs Cuss ya no sonaba excitada, sino que molesta, aunque era difícil tomarla en serio con los grandes pechos que rebotaban con cada paso que daba. –Espero que los habitantes de este nivel sean conscientes de lo que es tener a uno de sus creadores consigo.
–Malditos afortunados –susurró su compañero. Aun así, él ya no quería sentirse mal por lo que intentó cambiar las ideas de su mente–. Bueno, tengo sensaciones contradictorias dentro de mi cuerpo. Tú debes haber escuchado los rumores, esa espada que describió nuestro señor fue capaz de desintegrar el brazo de la Maestra Saturno. –Algo de saliva se escapó de la boca del demonio con dos cuernos saliendo de entre su pelo rulado–. Sé que está mal pensarlo, pero me gustaría toparme con esa persona y robarle ese ítem, de todas formas, las ordenes de nuestro señor se arraigan demasiado fuerte dentro de mí. No puedo desobedecerle.
La voluptuosa demonio regresó a su estado normal y sus ojos de corazón saborearon el cuerpo de su compañero dentro de su mente, a ella le gustaban todos los tipos de seres vivos, pero solo tenía dos condiciones: que sea de una especie inteligente y tuviera un agujero o miembro con el que trabajar. –Estoy en desacuerdo, ojala eso no suceda. Pero pueden existir otros ítems raros que podrías robar. –Disimuladamente Physs Cuss se acercó más a él–. O podrías divertirte junto a nosotros. El placer estará asegurado.
Su compañero de menor estatura le empujó las tetas para que retomara su distancia. –No me jodas con eso. –Aunque dentro suyo resonaban las palabras de Lotan <De todas formas no me negaré si encuentro una mascota>.
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A pesar de no estar dentro de la salvaje e indomable jungla, a los alrededores también solían encontrarse Bestias Divinas, aunque no suelen ser tan poderosas o agresivas como las que habitan el corazón de la fortaleza de árboles, el Bosque de Roble Lunar. No obstante, como todo en la vida, existen excepciones.
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Editado: 27.06.2024