El Reino Sagrado de las Conspiraciones

Parte Cuatro: Aureola Negra.

A pesar de que la habitación era muy grande la verdad es que era muy poco usada, había unos muebles que contenían ropa y joyería dentro, unos espejos, una gran alfombra azul que cubría casi todo el piso y una gran cama ocupada con todas las ventanas, cortinas y persianas lo más abiertas posibles para dejar entrar la mayor cantidad de luz solar.

     Esto se debe principalmente a que Luna es una Nacida del Sol y como se encontraba tan mal y todavía no se recuperaba era una creencia popular “acercarla” lo más posible a su dios para que la ayudara, caso contrario si ella fuera una Nacida de la Luna todo estaría mucho más oscuro. Otra creencia popular que se aplicaba en este caso también era la de que los seres malignos se meten en los Szenienses mientras duermen, específicamente por la boca, debido a esto Luna también tenía un pañuelo tapando su boca y generalmente todos usan uno así cuando se van a dormir.

     Rodeando la cama se encontraba un grupo de sacerdotes los cuales estaban terminando de utilizar magia curativa en la Líder de los Paladines. Una vez que terminaron Teresa, quien estaba de pie a un costado, se acercó rápidamente para tomarle una mano y sacudirla suavemente. Pero para su desgracia su mejor amiga seguía sin reaccionar.

     Una de las sacerdotisas se acercó a la Resplandeciente Reina para colocar una mano en su hombro. –Lo sentimos mucho, regresaremos en un par de horas para intentarlo otra vez.

     –Pero este ya es el segundo día y todavía no abre los ojos –recriminó esta última.

     –Hemos curado todas sus heridas físicas, pero quizás algo más dentro de su cuerpo la mantiene en ese estado. Majestad, le recomiendo que deje que el tiempo fluya, usted también debería descansar.

     Fue en ese momento que la joven de cabello color fresa llevó una mano hacia su abdomen, a ella le habían atravesado el vientre en la noche de hace dos días cuando fueron al pueblo. Pero se trataba de la Resplandeciente Reina y Suma Sacerdotisa, obviamente usarían toda la capacidad del reino para que se recuperara lo antes posible; lo que incluía no solo hechizos de alto nivel sino también objetos mágicos curativos muy potentes.

     La Virtud Teológica le soltó la mano a su amiga para ponerse de pie y darles la espalda a todos los sacerdotes. –Esta bien, si ya acabaron su trabajo entonces pueden retirarse. Yo permaneceré aquí un rato más. –Quienes estaban presentes en la habitación inclinaron sus cabezas antes de marcharse.

     Quedándose sola, ella se acercó a la ventana más cercana para asomar su cabeza, su rostro recibió mucha luz solar y su melena fue sacudida por el frio viento. Después de haber tomado algo de aire fresco volvió a mirar a su mejor amiga, quien todavía descansaba en su cama. –Ella no está muerta, si ese fuera el caso el Don Prodigioso que recibió habría regresado a Anhelada Providencia.

     Una pequeña duda emergió en lo profundo de su cerebro, pero esta rápidamente se marchitó, Teresa giró unos milímetros su cabeza para observar el cuerpo de la Líder de los Paladines. Su hombro derecho solo llegaba hasta el codo ya que el resto del brazo y toda la mano había sido cortada por otro demonio. –Como tiene un cargo importante en el gobierno también se le dio mucha asistencia, lograron cerrar la herida, pero no pudieron encontrar su brazo y por ese motivo no pudieron unirlo. –Con la magia de sanación hubiera sido sencillo coser el brazo de regreso al cuerpo y sanarlo con magia de alto nivel, quizás un ritual hubiera sido necesario. Teresa haría lo que sea, pero ni eso era suficiente–. Espero que los inventores tengan una prótesis pronto.

     La Resplandeciente Reina apretó sus dientes y cerró los puños, sentía tanta impotencia que simplemente se dejó caer al suelo a un lado de la cama. –Todas tus heridas están sanadas Luna ¿Por qué no regresas a mi lado? –Ella recordó el momento en el que su mejor amiga fue a rescatarla en la tienda, la Líder de los Paladines debe haber visto que el demonio tenía su forma <Apelaría a tu ingenuidad para justificar esa situación, pero me preocupa que ese sea el conflicto en tu mente>.

     Llevándose las manos al cabello ella los tiró con fuerza aunque sin llegar a arrancarlos <Tiene que haber algo que pueda hacer para que despierte, no soy una Vocero, pero quizás…> entonces fue que recordó la Biblioteca Antioquia ubicada debajo del Palacio-Catedral <Allí se encuentra los Libros Sapienciales que el bisabuelo Resplandent, según contaba papá, los consiguió en una ciudad en las nubes y deberían ser muy poderosos> pero ahora venía la verdadera interrogante <¿Alguno de esos cuatro libros serían capaces de despertarla?>.

     El primero que se le vino a la mente fue el más icónico y representativo de su bisabuelo, aquel que oculta allí detrás mil secretos cósmicos que su bisabuelo dejó atrás <El Cantar de los Cantares> un libro rosado que expulsaba un brillo rojo y tenía cuatro corazones en su portada <Tiene el poder de enamorar a las personas, de encantarles incluso superando barreras mentales ¿Quizás eso serviría?>.

     Lamentablemente Teresa no pudo seguir maquinando dentro de su cabeza ya que el sonido de alguien tocando la puerta interrumpió sus pensamientos. –Ocupado –gritó ella intentando ocultar su pesar, pero el sonido de su voz fue suficiente para hacer que la persona entrara, personas de hecho.

     Ambas puertas se abrieron a lo ancho dejando que un grupo pasara, eran trece personas en total: un grupo vestía con túnicas anaranjadas y negras mientras que el otro azules y gris: se trataba de los Arzobispos del Ocaso y las Obispos del Alba. Seguidos de alguien más, un Nacido del Sol el cual se teñía el pelo de negro como parte de su oficio, el Primer Ministro.




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