El reino tras la niebla

“La cordura es solo una máscara más cara que la locura”

Soy Fiorella, tengo 21 años y provengo de una familia de antiguos militares. Mis hermanos actualmente se alistaron en el ejército de Brigham, vivimos en la capital del país. Mi papá tiene 3 hijos y 2 hijas, mi hermana de 14 años y yo. Mi madre es una pintora importante del país por sus excelentes obras que expresan los tipos de sufrimiento que tuvieron nuestros antepasados en el campo de batalla durante la guerra.

Tener una familia que esté llena de militares o que tengan que ver con ellos es demasiado, pero en parte es bueno porque mi padre desde pequeños nos enseñó lo esencial para servir al ejército o tener las cualidades de un capitán. A mi hermano mayor le cedió su puesto, mis otros hermanos son los subordinados de él. Mientras mi hermana y yo aprendemos de los primeros auxilios, a usar armas, montar a caballo y algo de artillería (aunque me da un poco de miedo) me gustaría servir al país, mi país sufrió por mucho tiempo ante el antiguo rey, a él solo le importaba el dinero y las personas que vivían en la capital, mientras a las personas de las aldeas se les menospreciaba por ser de bajos recursos. El actual rey es un hombre que su familia fue desterrada y ahora mantiene al país como todos por igual, también ayudó a que las personas de las aldeas pudieran venir a la capital y ejercer trabajos, mejoró la vida rural y urbana. Sin duda alguna, el mejor rey hasta el momento. Tiene un hijo de la edad de mi hermana, y el hijo mayor es el encargado del ejército quien se encuentra protegiendo la frontera, ya no se ven señales de muchas guerras, sin embargo, hay algunos rebeldes que intentan entrar y estafar a nuestro país.

Dicen que el hijo del rey es un engreído y posee un carácter sin empatía, es un hombre de sangre fría y que le encanta jugar con las mujeres, cuando voy al mercado con mi madre escuché de una chica que decía: El hijo del rey es un patán sin gracia, por más hermoso que sea no sirve de nada. Mi familia lo invitó a una cena para así poder decirle mi papá que se casara conmigo y el muy descarado solo dio un NO y que no caería tan bajo por personas que solo quieren el poder.

No podía creer aquello, ¿por qué las mujeres quieren casarse en estos días? ¿Obligar a alguien o que sus familias lo hicieran?

Vaya vida en la que estamos, mi familia dice que el príncipe siempre se llevó bien con nosotros, pero tras la muerte de su madre sufrió un daño inigualable porque precisamente en los tiempos donde su padre fue desterrado por el antiguo y falso rey, el enemigo los atacó en el campo y su madre dio la vida por él, pero no le gusta hablar de ello con nadie y tampoco sonríe, solo habla por cortesía.

Cómo en todos lugares, siempre hay chismosas por doquier y al ver pequeño error en ti corren a contarlo a medio mundo. En nuestro callejón hay una señora que se llama Inés, pero le pusieron de sobrenombre “Bugiarda”.

—Buenas tardes damas, ¿Qué las trae por este humilde mercado? —en forma sarcástica y girando sus ojos saltones.

—A mi esposo le apeteció un plato en específico de almuerzo y vine a comprar verduras frescas, Inés. -Mi madre siendo cortés como siempre y tan buena para disimular.

—Ya veo, me enteré de que tu último hijo también se alistó al ejército. Todos tus hijos lo están haciendo bien. —acomodándose para armar un gran alboroto.

—Así es, mis hijos aman servir al país y mi esposo los ha llevado por buen camino.

—Si, por supuesto. ¿Para cuándo la boda de Fiorella? —curiosa.

—¡Ay, Inés! Deja el chisme, el matrimonio será algo que mi hija decidirá por ella misma y si se quiere casar con un panadero o cualquier otro es su decisión. ¿Tu hija ya se casó? Y mira que tiene la edad de mi segundo hijo. —por primera vez, mi madre de etiqueta le devolvió el sarcasmo.

Cuando mi madre le dijo eso, sus ojos se pusieron rojos como si hubieran despertado el peor de los demonios y miró con tanto odio que mi mamá le devolvió la mirada acompañada de una sonrisa que hizo enfurecerla más.

—Te crees mucho Isabella, solo porque tú familia es reconocida por toda la nación y la familia real.

—¡Oh, solo son títulos! El valor se gana, pero veo que aún estás buscándolo. Me despido, ha sido una grata charla.

—Para mí no lo ha sido, mujer ingrata y orgullosa. Ante los demás eres simpática y educada, pero solo eres un lobo vestido de oveja. —empezó a gritarlo para llamar la atención de los demás.

—No sé cómo sentirme, si humillada o halagada. Por lo visto no te cansas de hacer el ridículo, pero responderé ante lo que dijiste. Si es por mis hijos, me convertiré en la loba más feroz si es capaz. Tú misma quisiste esto y ahora te aguantas, en el futuro evita estos encuentros casuales. —me toma del brazo y sigue caminando con la mirada en alto y reluciendo su hermosa sonrisa pese a los años.

Debo admitir que pocas veces había visto a mi madre perder la paciencia, pero esta vez hasta yo me quedé sorprendida. Por algo dicen que cuando estaba de encargada en artillería no permitía que nadie tuviera la oportunidad de desobedecerle debido a su carácter era de los jefes la más respetada. En la casa, hasta mi padre la respeta.

—Madre, muchas gracias por responderle. —me dispuse a poner mi cabeza en su hombro.

—No te preocupes mi bella, mientras yo esté viva nadie te hará daño. —lo dice dándome un beso en la frente.

—Eres la mejor del mundo mami, vámonos a preparar el almuerzo de papá y mi hermana.

Así nos dirigimos a nuestra casa, preparamos el almuerzo y en lo personal, cocinar con mi madre es lo mejor del mundo. Ella prepara una comida demasiado deliciosa y por más que me haya enseñado también, mil veces preferiré la que ella cocina. Está llena de amor y le pone tanta dedicación en todo lo que hace, mi padre siempre la elogia con sus virtudes, le lleva flores, la consiente y siempre le da el lugar que merece. Cuando nos enfermamos hace lo posible por darnos medicina y comida que nos haga sentir mejor. Un día mi hermano Franco que es el mayor estaba herido en la frontera, las muchachas encargadas de auxiliar no estaban, mi madre al saberlo tomó sus cosas y se montó a caballo para llegar lo más rápido posible y ayudarlo. Después de aquello el respeto de los demás hacia ella creció por el amor que le tiene a su familia.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.