—¿No llegaron los chicos?— le pregunté a Lisandro que estaba hablando por teléfono entretenido. Movió su cabeza de un costado a otro. Demonios.
Suspiré tirandome en el sillón de la recepción, jamás me había pasado que llegaba temprano de la fiesta, siempre conseguía a alguien y olvidaba absolutamente todo, pero este año fue distinto. En todo sentido.
—¿La pasaste mal querida?— me preguntó la misma mujer que me ayudó a entrar al Royal.
—No como otros años.— sonreí con nostalgia.
—Soy Claribel Faisons.— me dijo ofreciendome su mano, la cual acepté entusiasmada. —Sé quien eres, no hace falta que me aclares, ¿Eres novia de Jack?— me preguntó interesada y me ruboricé.
—No, soy amiga de él.
—Bien, no es algo que me interesa. Tengo un trabajo para ti y si quieres puedes aceptarlo. La calle Pols necesita que financen el lugar, vendrán buenos jugadores el próximo fin de semana, hay una fiesta en la que asistirás si aceptas y lo que debes hacer es ayudarnos a que acepten un trato.— no sonaba tan mal, era un trabajo después de todo, quizas podría ganar bastante dinero, pero después pensé en las palabras de Jack sobre mi intromisión en el Royal. —Piensalo y me llamas.— me dijo al verme dudar, me entregó una tarjeta. —O si quieres visítame en la habitación 503.
Claribel se marchó rapidamente con sus tacones altos porque la llamaban por teléfono, esperé media hora más a mis amigos y me llegó un mensaje desconocido.
NÚMERO DESCONOCIDO
Hola, soy Yalez, me dejaste tu número anoche ¿Recuerdas? ¿Te gustaría desayunar conmigo hoy? me ha pasado lo peor.
ARIANA:
Solo fueron un par de copas... ¿Pasas por mi? Estoy en el Stand Wolf, me cambio en 10 minutos.
Me respondió con unas manitos en señal de aprobación, corrí a mi habitación, me bañe rápidamente y me puse unos jeans negros con una camisa verde con los dos primeros botones desabrochados, agarré mi mochila y cuando estaba por salir se me cayó el collar. El relicario. Me había olvidado completamente, lo observé y tenía un linda rosa aún no lo podía abrir, quizás ni siquiera sea lo que yo creo que es. Me lo colgué en el cuello, era precioso.
Llegué a la recepción y me encontré a Margot discutiendo con un tipo, algo raro pasaba. Me escondí detrás de una planta para escuchar.
—Anoche estuvimos juntos Ariana ¿Cómo pudiste olvidarlo? Siempre lo haces, desde que nos conocimos en ese viaje no has parado de mentir, vengo aqui y me dices que tienes novio ¿Cómo así? y para completar te llamas Margot— preguntaba exasperado el chico, era alto, rubio y con unos ojos verdes de infarto.
—Que me llamo Margot y que te has confundido Tadeo.— le respondió agarrando sus hombros desesperada para que se callara. Nunca antes la habia visto así.
¿Ariana? ¿Margot no es Margot es Ariana?
Mi cabeza daba giros, estaba confundida.
—Vete de aquí antes de que alguien te vea o llamaré a seguridad.— le dijo enojada. El chico llamado Tadeo se retiró señalandola diciendo unas palabras que no logré oír. Margot tomó el camino de las escaleras y por suerte no me vió.
¿Qué demonios había pasado? ¿Y Jack y Rayan?
Corrí para alcanzar a Tadeo, me crucé a Yalez en la entrada y le hice una seña para que me espere. Tadeo daba pasos agigantados y al doblar la esquina se paró a mirar su celular.
—¿Tadeo?— pregunté observandolo, él me miró confundido.
—¿Quién eres?
Actúa normal, no sonrías Ariana.
—Te vi anoche en la fiesta y me parecías atractivo, uno chicos me dijeron que te llamabas Tadeo, pero no esperaba encontrarte por aquí.— le dije cruzando mis brazos, levantó una de sus cejas sonriendo.
—Mira tú que bien. ¿Quieres almorzar conmigo hoy?— me preguntó mostrandome una linda sonrisa.
—Claro, ¿Qué te parece en el Morrison? Esta a unas tres cuadras de aquí, cerca del mediodía.— le propuse ¿En qué me estaba metiendo?
—Vaya, tú tienes todo pensado, ahí estaré, lo prometo.— me respondió, se despidió de mi y me dejó su número, voy a descubrir la mentira si es que hay una.
Me volví al Stand Wolf y Rayan estaba hablando con Yalez entusiasmado.
—¿De que hablan mis lindos hombres?— les pregunté sonriendo besado a Rayan.
—Me lo robaste Ariana, estaba por invitarme a salir.— dijo bromeando Yalez refiriendose a Rayan.
—¿A dónde van?— preguntó curioso, tenía los ojos cansados y se nota que ha tenido una larga noche. No me molestaba en lo absoluto, nunca hablamos de eso.
—A beber un café y hablar de cosas.— le dije agarrando la mano de Yalez.
—Eso lo haces con el grupo.— respondió dolido Rayan.
—A las diez no cerca de las doce.
Nos fuimos con Yalez antes de que Rayan nos siguiera pero entró al hotel arrastrando sus pies. Juntos fuimos a tomar ese delicioso café que tanto amaba.
—Algo bueno salió de esa fiesta y es haberte conocido un poco más.— le dije tomando su mano sentados en la mesa.
—Lo mismo digo. Ayer me pasó algo terrible, le declaré mi amor a Michael y me corrió. ¿Puedes creerlo?
Demonios pobre Yalez. Lo abracé y sonrió.
—Encontrarás a alguien mejor que Michael, te lo mereces.
—Eso espero amiga. ¿Qué me dices de tú noche?— me hizo una mueca pícara.
—Bastante rara a decir verdad.— le respondí drámaticamente.
Rara quedaba corto
—¿Por qué?— me preguntó acercandose a mi para oír con mayor claridad.
—Mi amiga. Ayer Michael dijo que se parecía a una tal Ariana, ella nos dijo que solo se llama Margot y hoy otro chico la llamó de la misma forma. ¿Soy una mala amiga si creo que esconde algo?
—Micheal no se olvida de rostros.— dijo el preocupado.
—Ayer dijo que se equivocó.— le dije pensando en lo que dijo anoche.
—Investiga, Michael jamás se equivoca, siempre esconde algo, visitalo o preguntale.— le sugirió Yalez. Lo llamaron por télefono y tuvo que irse rápidamente, pidió miles de veces disculpas y recordé mi cita, eran cerca de la una.
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Editado: 04.12.2021