Corrí con todas mis fuerzas, mis pies, manos y todo mi cuerpo temblaba, no podía dejar que esas cosas me alcanzarán. Me querían viva o muerta, no importaba como. Mientras tuvieran el reloj me dejarían de perseguir.
—¡Dios apiadece de mi! —corri con más fuerza, el reloj empezó a brillar otra vez. Esas cosas estaban a centímetros mios para alcanzarme. Hasta que una luz rempladiente invadió la escena.
Todavía No me acostumbraba a esto. Un portal se abrió en el cielo, y cai de el hacia el piso. —¡Ayi kachiwiri!
(no otra vez)
Estaba ahora en mi hogar, toda la multitud corría de un lado para otro, había gritos, fuego, muerte y no podía ver más. Yo estaba en medio de todo ese desorden, me mirei ahí, a mi misma.
Parecía un futuro. Cruce miradas con ella. Antes de sentí como habría otro portal para mandarle a otra parte.
—Rwy'n cymryd mwy o amser
Pasa de líneas en líneas, era como si el reloj se hubiera descompuesto.
—¡Où suis-je! —Ahora estaba en un torre gigante. No parecía nada similar a lo que venía en Arcelia.
—¡Что это!
—¡Hierdie ding het gebreek!
—¡Allah mənə kömək olsun!
Cada portal me llevaba a un lugar distinto, un idioma nuevo y cosas nuevas. Hasta que empezó a calentarse. — Esta cosa va a explotar! —tartamudee.
No podia soltar el reloj. Estaba otra vez en Arcelia, todo estaba como en la primera línea, todo en llamas.
Y lo mire ahí. —¡Ndipatseni wotchi ija, mtsikana wosayamika!