El relojero del tiempo

4.C Sonido de reloj

Tanta horas de investigación. Las noches sin dormir y las horas de saltarme la comida. Empezaron afectarme a las pocas semanas que llevaba, en esto.

Margaret había estado visitándome durante los últimos días frecuentemente con la razón de que tenía que cuidarme, es lindo que se preocupara por mi, pero ya tenía Quince años. Ya no era una niña pequeña, o por lo menos ante los ojos de Margaret si lo era.

Cómo de costumbre me encontraba en una silla, concentrada en mis cosas. La mesa está llena de hojas y garabatos mal dibujados.

—Esto es estresante —Me estire en mi silla, suspirando de cansancio.

cerré mis ojos con cansancio. Mi cuerpo se aflojó, ya no tenía esa tensidad en mi cuerpo. Mantener en silencio me mantenía en calma, tranquilizaba

Hasta que escuché un susurro.

«Neoma»

Mi piel se erizo, como una corriente de electricidad de los pies a la cabeza. ¿Me estaba volviendo loca? o solo era el cansancio que estaba empezando a tener efecto en mi.

Voltee a todas partes lentamente. Voltee hacia la ventana y me quedé fijamente mirando hacia el exterior. Me quedé en un trance, mi vista se empezó a nublar y mi respiración se empezó a volver lenta.

«Neoma»

Volví a escuchar esa voz como si nada. Esto era raro. —Quien está ahí —tartamudee con dificultad mirando fijamente hacia la ventana.

Empecé a escuchar susurros, suaves. Mi mente estaba llena de susurros como si varias personas hablarán a la vez.

«El reloj»

«Busca el reloj»

«Encuentra el reloj»

Los susurros se empezaron hacer más fuertes como si las personas que estuvieran en mi cabeza, gritaran. Tome mi cabeza en mis manos y la sostuve con fuerza.

—¡Ya callense!

Las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas rápidamente. Mi respiración se aceleró, mi respiración se entré corto. Cai de mi silla y me retorcí por el suelo, a un apretando mi cabeza con mis manos.

Mis manos temblando, junto con mi cuerpo. No podía hacer nada, mi cuerpo no me reaccionaba. Solo podía cerrar mi ojos con fuerza y gritar para que se callaran esas voces.

«Neoma»

Gritaron a la misma vez inmensamente. Mi cabeza me empezó a doler.

Hasta que de repente todo se volvió oscuridad. Era como si estuviera en un vacío, nada y nadie estaba ahí. Solo yo.

Como si flotara en el espacio, pero sin estrellas y planetas que ver cerca. Tenía una tranquilidad. Hasta que de repente empecé a escuchar las manijas de un reloj.

«Tig tog»

Esto es estresante —Me estire en mi silla, suspirando de cansancio

Esto es estresante —Me estire en mi silla, suspirando de cansancio.

cerré mis ojos con cansancio. Mi cuerpo se aflojó, ya no tenía esa intensidad en mi cuerpo. Mantener en silencio me mantenía en calma, tranquilizaba. —Si hubiera sabido que esto de investigar esa así de cansado, no estaría aquí.

Pero, recordé porque lo hacía. Lo hacía por el, todo por ver su cara, escuchar su voz y sus regaños otra vez.

Sacudí mi cabeza levemente y me levanté de aquella silla. Me dirijo hacia la cocina. Tome un vaso y lo llene de agua. Era refrescante. No recordaba hace cuando fue la última vez que había tomado agua, solo sabía que era súper buena el agua.

Deje el vaso en la barra de la cocina y me di la vuelta para salir de ahí. Di unos cuantos pasos hasta sentir que algo me miraba. Ese instinto que te hacía sentir que alguien te miraba era aterrador, si te movías o corrias sentías que te seguía a más velocidad que la tuya. Cómo a un costado de agarrarte y llevarte a un lugar desconocido.

Me quedé super quieta con el miedo de voltear. —No es nadie neoma, solo es tu imaginación —Murmure apenas, dándole pensamientos positivos a mi conciencia.

Sentí como algo me rozo la espalda y no me tomo ni un segundo para salir corriendo de la cocina. —¡El diablo! —grite para luego casi tropezar con una mesa pequeña. Tuve suerte de no caer pero no de golpearme el pie, justo en el dedo chiquito.

Sentía como todavía esa cosa iba detrás mio. No supe cuando paso pero había escuchado un ruido como si alguien se hubiera caído. Tenía mis ojos cerrados, los abrí.

Le mire ahí, Mirándome desconcentrado de lo que pasaba. Eche un reojo a la puerta de mi casa y estaba abierta. Baje mi mirada.

—¿Ah? ¡Will!

Solo me sonrió inocentemente. Aquel chico de buen peinado y olor a flores

—¿Neoma? —Ladeo su cabeza.

Sonreí tímidamente, mis mejillas se habían enrojecido Podía sentirlo.

¡Esto es vergonzoso!

...—Podrías quitarte de encima —dijo con un quejido de incomodidad.

Me quite se encima rápidamente y mire a todos lados. —¿Como entraste?

El solo se sobresalto  mirándome inocentemente. —La puerta estaba abierta —tartamudeo

No recuerdo haber dejado la puerta abierta

Le miré con desconfianza, pero no tarde mucho en cambiar de parecer. Como podría desconfiar de él. Era todo un Angelito.

—¿Porque corrías? —Dijo con esa risa estúpida que odiaba con todo mi ser. Si, me gustaba su risa, pero esa no. También había cosas de El que me molestaban, como su risa burlona.

—Bueno, eh —tartamudee.

Si, le iba a decir que salí corriendo porque pensé que alguien estaba detrás mío y que me perseguía.

—No es nada, creí haber visto un ratón.

Solo Río tapándose su boca con su mano. —Tú y tú miedo a los ratones, neoma. No me sorprende. Puse mis ojos en Blanco cruzandome de brazos. —Bueno ¿a qué viniste, o solo caminaste hasta mi casa solo para burlarte de mi?



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En el texto hay: aventura, magia, viajeros del tiempo

Editado: 23.06.2024

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