El relojero del tiempo

6.C Un cambio

Ya habían pasados dos semanas del sucedido. Me intrigaba saber quién era esa pequeña sombra. Paseaba con el centro de Arcelia buscando aquella tienda. Tenía curiosidad, si tenía algo que ver con el tiempo podrían conseguir piste se lo que buscaba.

Llevaba un vestido largo café oscuro con una coleta de caballo, conjuntado con un moño a juego con mi vestido. Trataba de disimular mis precauciones. —donde se encontrará esa tienda —susurre para mí agarrando con fuerza aquel volante con mi mano derecha.

Mordí mi labio inferior con fuerza por la frustración. Camine volteando a ver las tiendas, a ver cuál daba la pinta de algo raro. —Todo es normal aquí. Nada extraño.

Camine. Escuchando a las personas hablar tranquilamente, voltee a todos lados. Y vi que había un poco de gente en un Zona cercana por la cual pasaba.

—Está claro, yo y Will nos amamos demasiado. Por eso, nuestras familias se unirán por el amor que nos tenemos.

Escuché a lo lejos. Era jisha. Lo que me faltaba para terminar de estresarme más de lo que ya estaba. No había tanta multitud juntos aquella pareja que estaba tomada de las menos, pero apenas se lograba verlos. Me quede a lo lejos mirando, con un poco de decepción.

Entonces nuestras miradas se encontraron una atmosfera única entre nosotros dos. Sus mejillas en un tono rosado claro, y su sonrisa única que me regalo justo cuando nos miramos uno al otro, era perfecta y única.

Le devolví la sonrisa nerviosamente. Se miraba tan lindo con esa ropa formal. Will llevaba un chaleco de color café oscuro con una camisa blanca y sus pantalones de color negro, conjuntado con unas botas del mismo color.

Nuestras miradas no se separaron para nada. Era una conexión única, pero llego el momento de terminarla. Mire hacia otra dirección, antes de darle una última mirada e ir me a continuar con lo que hacía. —Soy una idiota por creer en esto.

—Soy una idiota por creer en esto

Camine y camine. El centro se empezó a quedar desolado, sin gente. Los puestos se estaban cerrando, no había casi vendedores. Todos se estaban levantando de sus lugares rutinarios. La gente iba de un lado a otro. Estaban empezando a caer gotas del cielo, estaba por llover. Debería de haber buscado refugio, pero mi conciencia no estaba clara en ese preciso momento. Todo iba mal. El día que pensé que sería diferente a los demás días.

Seguí caminando por las calles de Arcelia hasta que mis pies empezaron a doler. —Porque me pasa esto a mi —murmure estando cansada. Ya no podía seguir caminando, me dolían mis piernas.

Me senté en una de las bancas cercanas que había y caí sobre ella estando cansada. Ya no había gente vendiendo. El día que resulto siendo soleado y hermoso se volvió en un día gris, con lluvia y desolado.

Mi ropa estaba empapada, mi vestido me pesaba. Mi cabello estaba mojado y desordenado por la lluvia. Las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas, no podían aguantarlas por más tiempo. —Porque me pasa esto a mí.

Solo recargue mis brazos en mis muslos. Me sentía hundida, con el corazón roto. No podía hacer nada, todo se me estaba desmoronando. Como podría hacer que todo volviera a la normalidad, solo había una manera. Y era conseguir ese reloj.

—N..necesito encontrar ese rel...reloj urgen..temen..te

Me levante de mi asiento sintiéndome cansada, triste y enojada. No podía encontrar ese reloj. No podía concentrarme en encontrar es reloj ya que por más que quería hacerlo algo me distraía o me desviaba de mi camino.

O seria otra cosa lo causante de mi distracción.

Camine a mi casa con la última fuerza que me quedaba

Camine a mi casa con la última fuerza que me quedaba. Me acercaba cada vez más y la lluvia cada vez más hacia más fuerte y ruidosa. Logre llegar a la colina con todas mis fuerzas, mis piernas ya no aguantarían más tiempo, caería al suelo en cualquier momento. Hasta que lo mire ahí, empapado por la lluvia y con frio. Me acerque a él rápidamente poniendo mis manos en sus mejillas, estaba frio, podían sentirlo.

—¡QUE MIERDA TE PASA! —le grite preocupada por su salud. El solo se limitó en responderme y me miró con sus ojos llenos de tristeza. —Qué haces aquí.

No podíamos quedarnos aquí fuera con esta lluvia que se estaba convirtiendo en una tormenta, sería malo para su cuerpo y salud. Tomé su mano y lo guie por mi casa con su mano temblando sobre la mía. Lo senté en el sillín y fui rápidamente por unas toallas para cercarlo. Subí las escaleras rápidamente y entre a mi habitación buscando lo necesario.

Baje a la primera planta con las tollas en mis manos. Cuando lo mire ya no llevaba su chaleco. Yo también ocupaba cercarme y cambiarme de ropa, pero su salud me importaba más que la mía. Puse rápidamente una tolla en su cabeza. Sus rizos ya no estaban, todo su pelo estaba completamente mojado. Esos rizos que tanto adoraba ya no estaban, y sus ojos parecían apagados. Donde estaba el chico energético y positivo en todo.

Seque su cabello lentamente, estando detrás de él.

No había hablado, no dijo ninguna palabra mientras me encargaba de secar su pelo. Mi cara todavía era de preocupación, hasta que empecé a escuchar sus sollozos. —Neoma —dijo mi nombre, su voz era quebrada. Me rompía el corazón verlo de esa manera tan desmoronada. Que había pasado para que estuviera de esa manera.



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En el texto hay: aventura, magia, viajeros del tiempo

Editado: 23.06.2024

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