El renacer de Alana

PRÓLOGO

Había una vez un reino llamado Magic, en el cual existía la magia, los seres mágicos y los habitantes vivían en paz y armonía. En Magic gobernaban los reyes y sus tres hijos. La reina esperaba tener dos gemelas… pero esa paz duró poco tiempo: el malvado Jake destruyó aquella paz con sus guerreros y maldijo a la reina.

Dos años después del nacimiento de las gemelas, empezaron a ocurrir cosas extrañas: la princesa Jade murió de forma trágica, y poco tiempo después, el príncipe Taeyeon desapareció junto con una de las gemelas.

Al año siguiente, los reyes enviaron al príncipe más joven a un lugar seguro, por temor a que le ocurriera algo. Meses después de dejarlo a salvo, decidieron asignarle una guardaespaldas a la joven e inocente princesa, que apenas tenía tres años.

Unos meses más tarde, estalló la guerra en Magic. Se escuchaban en la lejanía los cascos de caballos acercándose a galope, y en todo el castillo los guardias se preparaban para la batalla.

Un muchacho de baja estatura entró en los aposentos de la princesa, que permanecía dormida. La tomó en brazos, la cubrió con una manta y salió en busca del joven e inexperto guardaespaldas. Al no encontrarlo, entregó a la niña, junto con un mensaje, a una mensajera de confianza. Ella usó su magia para ocultar a la princesa.

Cuando la mensajera encontró al joven, le entregó a la niña y el mensaje del muchacho:

—Tienes que huir. Debes proteger a Alana. Llévala a un lugar donde nadie la encuentre, a un sitio seguro, lejos de…

Un soldado los descubrió y los atacó.

—¡Huye! —gritó la mensajera al joven guardaespaldas.

El muchacho salió del castillo con la niña en brazos, sin llamar la atención, y usó sus poderes contra los soldados que se interponían en su camino.

Decidió llevarla al mundo terrestre, donde no existía la magia. Atravesó un portal que lo condujo a una zona segura, pero, por desgracia, uno de los enemigos lo atacó por la espalda, dejándolo gravemente herido.

Como último recurso, decidió llevarla a casa de unos aliados de los reyes. Caminó durante dos horas, malherido y a punto de desmayarse. Alzó la mirada y vio un templo. Llamó a la puerta, y le abrió un muchacho no mucho mayor que él.

—Protégela y cuídala… —dijo el joven guardaespaldas, reconociendo al chico que tenía frente a sí.



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En el texto hay: caballos, magia, amor secreto

Editado: 11.07.2025

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