El renacer de Alana

CAPÍTULO 3

一¿Quién eres? 一pregunto intentando ponerme de pie. 

一No es importante, debes salir de aquí y no regresar 一respondió el misterioso chico.

一¿Te he visto en algún sitio? 一dije una vez conseguí a duras penas incorporarme.

一No 一respondió cortante.

 

Cuando quise dar un paso para acercarme al chico, mi cabeza dio vueltas provocando que casi me cayera al suelo, pero el muchacho con unos increíbles reflejos me sujeto, miro hacia él y pude ver esos ojos azules que me sedujeron cuando los vi por primera vez.

 

一Tu eres el chico que vi en mis sueños 

一¿Perdón? 一respondió incómodo.

一O sea tu eres el chico que vi en mi último sueño antes de venir aquí…o sea…aj 一intente solucionarlo, pero empeoré la situación, me puse roja como tomate al darme cuenta de lo que decía.

一Vamos princesa, el castillo no es un lugar seguro 一El misterioso muchacho me sujetó la muñeca llevándome casi arrastras con él.

一Espera ¿Cómo que princesa?¿Quién demonios eres? 一me solté de su agarre irritada.

一Alana no hay tiempo tengo que ponerte a salvo 一respondió mirándome directamente a la cara.

 

Nos miramos fijamente a los ojos, su mirada suplicaba que le obedeciera, pero no confiaba en él. 

 

一Dime quien eres e iré contigo sin rechistar 一me cruzo de brazos.

一Eres terca como una mula Alana 一responde desesperado.

一No voy a ir contigo si no me dices quien eres y porque me llamas princesa Alana porque yo me llamo Sujin 一continuó insistiendo y cruzada de brazos estaba más tranquila de lo que aparentaba.

一Me llamo Shaiming, soy…tu…guardaespaldas desde que tienes 2 años ¿contenta? 一irritado Shaiming me extendió su mano para que fuera con él.

一No 

一¡Oh venga ya! Respondí a todo lo que me preguntaste 一irritado se acercó a mi.

 

Antes de que pudiera pronunciar ninguna palabra el techo emite un ruido indicando que debíamos huir cuanto antes. Alterada miro a Shaiming esperando que a él se le ocurriera algo para escapar del castillo en llamas.

 

一¡Habéis revisado todas las habitaciones del palacio! 一se escuchó al otro lado de la puerta.

一No mi señor nos falta esta habitación por revisar

 

Para cuando la puerta se abrió dejando ver a tres guardias, la habitación estaba vacía, Shaiming me aupó y saltó conmigo por la enorme ventana del cuarto antes de que entraran, aterrizamos en el pajar sin hacernos daño.

 

一¡En qué demonios pensabas! 一irritada me sacudo la paja de mi ropa.

一Gracias por salvarme de que nos encontraran 一respondió irónicamente.

一¿Pero esos no son guardias del castillo? 一pregunte curiosa.

一No 

一¿Quiénes eran? 一insisto.

一¡Vale ya de preguntas! Debemos escapar de aquí, nunca debiste regresar 一me regaño un Shaiming enojado.

一¿A dónde? 一pregunto, enfrentándome a esos ojos azules que me devoraban por la ira que sentía Shaiming.

一Uff…me sacas de mis casillas…no tengo tiempo de explicarte vamos 一me sujeta de la muñeca y me arrastra.

 

Lo seguí sin rechistar, miraba de vez en cuando hacia atrás mirando el paisaje oscuro y rojizo que reflejaban las llamas del fuego. Cuando llegamos a una aldea llamada “Los Prados” nos desviamos en dirección a un bosque que se alejaba de aquella pequeña aldea. Me quedo con los pocos detalles de los paisajes que íbamos viendo por el camino iluminado por la luna; cuando una flecha alcanza el hombro derecho de Shaiming, este gruñe del dolor.

 

一¡Corre! 一grita.

 

Ambos empezamos a correr, pero tropiezo con una piedra cayendo al suelo lastimandome una rodilla.

 

一¡No!¡Cambio! 一grita cambiando a la apariencia de un enorme caballo negro.

 

Miró asombrada al gran animal que se encabrita elevando un muro de tierra que evita que las flechas nos alcancen.

 

一Monta 

一¿Cómo? No se montar a caballo 一estoy asustada y tengo miedo.

 

El gran caballo se tumba, quedando lo bastante bajo como para que pueda subirme. Una vez que siento mi culo en el lomo del caballo, este se levanta con gran agilidad y facilidad. 

 

一Agarrate a mi pelo 一ordena Shaiming.

一¿No te haré daño? 一dudaba de lo que este me decía ya que estaba insegura encima de él.

一No tranquila

 

Me agarre lo más fuerte que podía, nos alejamos bastante rápido de los enemigo llegamos a una zona la pata lastimada de Shaiming sangraba mucho estaba muy preocupada por él, se estaba esforzando para protegerme, pero nuestra paz duró poco unos soldados a caballo nos alcanzaron y lanzaban más flechas, en un intento desesperado de protegerme estire mi mano creando una barrera de energía de color azul, que devuelve las flechas en contra de los que nos atacaban.



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En el texto hay: caballos, magia, amor secreto

Editado: 24.03.2024

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